Carlos Pinedo Cuello asumirá el cargo de alcalde de Santa Marta el primero de enero, tras haber obtenido el segundo lugar en las elecciones municipales con 85.222 votos. Se impuso en los resultados después de que el candidato con más votos, Jorge Agudelo, fuera descalificado por una decisión judicial. Pinedo debe hacer frente a retos significativos, como la oposición de la izquierda petrista y posibles demandas judiciales que amenazan la estabilidad de su gobierno.
La controversia electoral surge cuando Jorge Agudelo, quien alcanzó la mayoría por 282 votos, fue despojado de la posibilidad de asumir el cargo de alcalde de Santa Marta por un fallo del Tribunal Superior de Santa Marta. Este determinó que su inscripción fue realizada fuera del plazo legal, establecido por la Registraduría hasta el 29 de septiembre, mientras que Agudelo se inscribió el 10 de octubre. A pesar de que su partido, Fuerza Ciudadana, argumenta que hubo un retraso en el proceso de inscripción, la corte sostuvo que la candidatura carecía de base legal para ser aceptada.
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Fuerza Ciudadana, respaldo de Agudelo, defiende que la inscripción se realizó en tiempo, señalando que “durmió” en la Registraduría desde la fecha límite establecida pero no fue procesada como correspondía. Sin embargo, el resultado de las situaciones legales actuales confiere a Pinedo Cuello la responsabilidad de liderar la alcaldía. El respaldo en el Concejo Municipal y la respuesta ante las acciones judiciales serán clave en el inicio de su mandato.
No obstante, el gobernador electo del Magdalena, Rafael Martínez, ha emitido una declaratoria contundente al no reconocer a Pinedo como el alcalde electo de Santa Marta. Según Martínez, el proceso electoral ha terminado en un “robo” y un “atraco a los samarios”, y sostiene que Agudelo obtuvo una victoria legítima en las urnas.
Martínez, aliado político de Carlos Caicedo y figura de relevancia en la política del departamento, destaca que solo los alcaldes democráticamente elegidos merecen reconocimiento, haciendo una clara excepción con el caso de Santa Marta. El gobernador electo manifiesta su incapacidad de colaborar con “alguien que no es legítimo”, refiriéndose a Pinedo y poniendo en entredicho el proceso que lo llevó a su supuesta elección como alcalde. La postura de Martínez sugiere una problemática más amplia en torno a la transparencia y justicia electoral.
Para Martínez, es esencial que la comisión escrutadora sea sancionada por lo que considera una gestión marcada por la corrupción, al punto de afirmar que “debe terminar presa”. Aunque Pinedo fue señalado como el adversario en esta controversia electoral, Martínez centra sus críticas en la falta de legitimidad de los resultados que dieron como victorioso a Agudelo y no a su contendor.
Gustavo Petro también criticó la decisión de la comisión escrutadora de anular los votos de Agudelo y cuestiona la validez del proceso democrático. El mandatario expresó su inconformidad a través de declaraciones, mencionando que “al volver cero la votación mayoritaria de Santa Marta, se han anulado sin ninguna sentencia penal los votos y los derechos políticos de decenas de miles de samarios que eran y son mayoría electoral” y enfatizando en que “esto no se puede permitir en democracia”.
El proceso de empalme de gobierno se ve comprometido dado que Pinedo, quien tomará posesión el 1 de enero, no ha recibido respuesta a sus comunicaciones con el gobernador del Magdalena ni con la actual alcaldesa Virna Johnson, respaldada por Fuerza Ciudadana.
Las complicaciones en la transición de poder local reflejan posibles dificultades administrativas a enfrentar con la nueva gestión que inicia su periodo en menos de un mes. Sin el diálogo entre las autoridades actuales y entrantes, persisten interrogantes sobre la cohesión política y la administración pública en la región. Este tipo de controversias destacan la importancia de la transparencia y la legalidad en los procesos electorales y gubernamentales en Colombia.
En el contexto político de Santa Marta, Carlos Pinedo manifestó en Semana su preocupación por los retrasos en el proceso de transición y ha expresado su descontento a través de un mensaje dirigido a la alcaldesa, Virna Johnson. Pinedo, quien mantiene un distanciamiento personal y político con Johnson, su excompadre de bodas, ha solicitado apoyo al presidente Gustavo Petro para el progreso de la ciudad. “Estoy inquieto con el empalme porque tenemos que avanzar”, afirmó Pinedo en la revista, resaltando la necesidad de cooperación para superar los desafíos actuales de la localidad.
La situación de Santa Marta, que ostenta su independencia al ser un distrito y no depender de la Gobernación de Magdalena, adquiere mayor relevancia al aproximarse su quincentenario en 2025. Carlos Pinedo subrayó la importancia de obtener proyectos conjuntos con el departamento, recordando la colaboración pasada entre la alcaldesa y el anterior gobernador Carlos Caicedo. Estos proyectos serían clave para el desarrollo y celebraciones de un momento tan significativo para la ciudad.
Además, se anticipa una intensa actividad judicial en Santa Marta en los próximos años. Seguidores de Caicedo ya han introducido una demanda de nulidad con alcance internacional para que Agudelo asuma nuevamente la alcaldía. Paralelamente, Carlos Pinedo prepara una demanda electoral para demostrar un supuesto fraude en las elecciones del 29 de octubre, alegando que los votos que recibió fueron manipulados. Este complejo escenario legal sugiere que la lucha por el poder en Santa Marta continuará sin resolverse en el corto plazo.