Rim Kanaan es la cónsul de Palestina en Colombia desde hace varios años, tiempo en donde acusa al embajador Raouf Al Malki de ejercer presiones y acciones de maltrato laboral en su contra. El dignatario palestino se habría aprovechado de su posición para imponer trabajos extralaborales a la cónsul, además de supuestamente recriminarla y denigrarla de manera constante.
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Respecto a esta situación, Kanaan habló en Semana, explicando que maneja varias lenguas y gracias a sus méritos, fue designada como cónsul en Colombia hace varios años. Pasados algunos meses de su llegada, habría empezado a sentir la presión laboral del actual canciller, situación que desembocó en una fuerte crisis mental para la cónsul.
Si bien, la dignataria estuvo bajo tratamiento psicológico, siguió trabajando normalmente en la embajada, sobre el tema, sostuvo:
“Eso fue el primer año, llegué aquí hace cinco años, todo ese tiempo de abuso laboral, de maltrato que también yo creo que él se aprovechó de que yo soy mujer para maltratarme, todo eso llevo a que yo entrara en una fase de depresión; durante un tiempo estuve bajo tratamiento psicológico por mi salud mental, al mismo tiempo que yo seguía trabajando, eso repercute mucho mi salud mental”, le dijo a Semana.
Esa situación solo fue el inicio de lo que sería una constante de abusos por parte del embajador palestino, quien previamente había despedido algunos funcionarios de la embajada y le había adjudicado dichas tareas a la cónsul. Posteriormente, sacó de esta sede parlamentaria al profesor de árabe y colmó la copa de Rim Kanaan, quien tomó la decisión de poner límites finalmente.
En su diálogo con Semana, mencionó: “Después de ese evento, el embajador decidió despedir al profesor de árabe que estaba contratado por la embajada, y automáticamente me dijo que yo debía de dar clases de árabe, eso no estaba en mis funciones; quería que diera las clases en mi tiempo libre y sin bonificación, en ese momento pensé que tenía que poner límites”.
De acuerdo con la funcionaria, teniendo en cuenta lo que estaba sucediendo, asumía que en cualquier momento incluso podría llegar a realizar funciones de limpieza, razón por la cual se opuso a dar la clase de árabe.
“Pasé de ser secretaria a manejar toda la embajada yo sola, de hecho, todo ese tiempo estuve yo en la embajada sola con la persona de servicios, y yo dije que eso no lo iba a aceptar, porque si seguíamos, al día siguiente va a despedir a la señora servicios y me va a decir que limpie su oficina y le dije; no señor embajador, no voy a dar clases de árabe porque no son mis funciones”.
La mujer explica que esto podría tratarse de una situación de género, pues el embajador la gritaba y recriminaba de manera constante, asegurando que como no tenía familia, en su tiempo libre podía dar las clases, pero en este caso, no serían remuneradas como lo ordena la ley, aseverando que le estaban dando una oportunidad.
“Otra vez con gritos me empezó a decir que donde estaba mi compromiso, empezó a manipularme aprovechando que soy mujer para decir que yo tenía que dar esas clases de árabe, porque tenía mucho tiempo libre, porque no tenía familia, que debía agradecer esa oportunidad que él me estaba dando para aprender a dar clases de árabe”, dijo la funcionaria.
Uno de los ministros de Palestina es hermano del embajador, y Raouf Al Malki lo estaría usando para amenazar a la cónsul. “Lo haces o yo le digo a mi hermano el ministro, que tú no quieres trabajar”, citó la mujer frente a lo supuestamente mencionado por el dignatario.