Los consumidores que optan por solicitar avances en efectivo a través de tarjetas de crédito se enfrentan a tasas de interés y comisiones significativamente altas, lo que puede impactar severamente su economía personal.
En particular, en Colombia, la tasa de interés anual para este tipo de avances se sitúa en promedio en el 30%, lo que representa, para un avance de 1 millón de pesos, un costo de 300.000 pesos en intereses al cabo de un año, si el monto no es saldado en su totalidad.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.
Además, a las elevadas tasas de interés, se suma una comisión por transacción que frecuentemente supera los 5.000 pesos. Esto se traduce en cargos adicionales que incrementan el costo del avance, sin contar con potenciales costos ocultos que algunos bancos puedan aplicar, como tarifas mensuales por mantener una deuda pendiente.
Estos costos adicionales pueden aumentar el monto total a pagar, ejerciendo presión sobre las finanzas personales del solicitante.
Otra preocupación relevante en la solicitud de avances es la dificultad para pagar el saldo. Dado que generalmente se trata de sumas cuantiosas, los usuarios pueden encontrar complicaciones para devolver el dinero, sobre todo si deben afrontar otros gastos mensuales. Esta dificultad para mantener al día los saldos aumenta el riesgo de caer en un ciclo de endeudamiento que podría afectar el historial crediticio del consumidor.
En conclusión, solicitar avances con tarjeta de crédito implica hacer frente a una serie de desventajas financieras que van desde costosas tasas de interés hasta comisiones y gastos adicionales que pueden no ser evidentes en un primer momento. Se recomienda que los consumidores evalúen cuidadosamente estas implicaciones antes de decidir utilizar este recurso como una opción de financiación.
Existen otras opciones para obtener dinero en efectivo a través de las entidades financieras
Frente a la necesidad de acceso a efectivo, expertos financieros recomiendan explorar opciones diferentes a los avances con tarjeta de crédito, dada su tendencia a presentar altas tasas de interés y comisiones adicionales. Entre las alternativas más viables se encuentra solicitar un préstamo personal o un crédito de consumo, que suelen ofrecer condiciones más favorables para el solicitante.
Estas modalidades de préstamo se caracterizan por tener costos más bajos, lo que puede resultar en un endeudamiento menos oneroso para quienes requieren liquidez financiera.
Además, se sugiere valorar la posibilidad de recurrir a préstamos entre familiares o amigos como una vía sin comisiones bancarias, lo que podría representar un considerable ahorro. No obstante, estas opciones también implican responsabilidades y compromisos que deben ser tomados en serio.
La elección de una de estas alternativas dependerá de la situación específica de cada individuo y su capacidad de cumplir con los términos del acuerdo de financiamiento. Es crucial, antes de tomar una decisión, realizar un análisis detallado de las condiciones del préstamo, así como de la propia situación financiera, para evitar caer en ciclos de endeudamiento que podrían tener efectos adversos en la economía personal.
En resumen, al buscar opciones de financiamiento, se enfatiza la importancia de evitar los avances con tarjeta de crédito sin antes haber considerado otras alternativas más benéficas. La toma de decisiones informada y la consideración de los costos asociados serán los pilares para mantener una salud financiera y obtener recursos de la manera más económica posible.