En diciembre de 2020, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones adjudicó un millonario contrato a la Unión Temporal Centros Poblados para conectar con internet a varias zonas apartadas del territorio nacional. Con el objetivo de que iniciara la ejecución de sus tareas, la cartera entregó un anticipo de 70.243 millones de pesos a la contratista, que se perdieron.
Cuando se puso la lupa sobre el proyecto, se identificó que, luego de cuatro meses de la adjudicación del contrato, ningún punto de internet había sido instalado todavía. El caso de corrupción salpicó a la exministra Karen Abudinen, a quien señalaron de ser responsable de la pérdida del dinero.
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Para entonces, las redes se llenaron de críticas en su contra y la culparon de “abudinear” (robar) el internet de 1,3 millones de niños y niñas que se verían beneficiados con la conexión tecnológica. Por el escándalo, se vio obligada a renunciar a su cargo. Ahora, tres años después de lo sucedido, lanzó un libro titulado: “¿Dónde están los 70 mil millones? Mi verdad sobre el escándalo de Centros Poblados”.
“Nunca me dejaron contar mi versión sobre el caso Centros Poblados. Hoy y después de varios años de haber denunciado, embargado, caducado y encarcelado a los verdaderos responsables, aquí está mi relato”, escribió la exministra en su cuenta de X (antes Twitter).
En entrevista con W Radio, explicó parte de los argumentos que presenta en el libro, mediante los cuales soporta que la adjudicación del contrato se hizo en cumplimiento de todos los requisitos legales y que, de hecho, la empresa contratista tenía en regla todo lo exigido para encargarse del proyecto. Asimismo, dijo que apenas conoció las denuncias sobre la ejecución del contrato, precedió a caducarlo. Con esta acción habría impedido una pérdida mayor de recursos.
“A ellos les suspendieron todos los contratos que tenían con el Estado, que eran más de cuatro billones de pesos. Entonces, lo que creo es se hizo lo correcto. Se protegió un billón de pesos porque hay que pensar que el contrato no solamente era de 70.000, sino que era de 1.7. (sic) Hoy hay más de 8.000 colegios conectados. Los 70.000 (millones) están en manos de los criminales”, sostuvo.
Por su texto se generó una lluvia de críticas en distintos sectores, desde donde la señalan de ser culpable de los hechos de corrupción, aunque la justicia colombiana no lo ha determinado así. Por eso, la periodista Paola Guerra, de W Radio, que denunció el entramado de corrupción, se negó a leerlo y lo calificó como un “descaro y una vergüenza”.
“Ojalá haya recordado todo lo que le advertimos sobre ese proceso en entrevistas con la W y que aun así permitió que se lo entregaran a las empresas de Emilio Tapia y que responda de verdad la pregunta que se hace en el título. Lo único bueno de esa portada es que aclara que es su verdad, que no significa que sea la única”, escribió en X la periodista.
Mientras tanto, las redes han sido bombardeadas con memes referentes al libro de Abudinen, en los que declaran no creer en sus palabras y, más bien, la tildan de culpable. Así, se han burlado de sus intenciones de limpiar su nombre. En varios de los memes han cambio el título del texto o, incluso, han puesto en su lugar libros reconocidos en los que se habla de robos.
También han recordado la molestia que generó a la exministra el hecho de que utilizaran su apellido como sinónimo de hurtar o estafar. En 2021 pidió a la Real Academia Española retractarse de explicar lo que significa “abudinear” o “abudinar”. Estos son los mejores memes al respecto.