Los casi nueve meses de debate de la reforma a la salud en la Congreso han pasado por el uso de todas las estrategias políticas y reglamentarias, tanto para impedir como para avanzar en su trámite. En el último debate fueron los mismos opositores quienes permitieron que se aprobaran un bloque clave de artículos del proyecto.
La oposición de Salvación Nacional trató de aprovechar las declaraciones del ministro de Salud en contra del Partido Alianza Verde para frustrar el trámite de la reforma, pero la estrategia no funcionó. Enrique Gómez presentó una recusación contra los 13 congresistas de esa bancada, lo que los obligó a salir de la plenaria.
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Con esa ausencia, los partidos de oposición podrían haberse salido del recinto, lo que habría disuelto el cuórum de la Cámara. Es decir, que tendría que haberse aplazado el trámite hasta el día siguiente y no avanzar ni en la discusión ni votación de los artículos del proyecto.
“Se reconoce como una práctica parlamentaria válida de la oposición la realización de protestas simbólicas, la abstención del voto, el retiro motivado del recinto legislativo, lo que implica un ejercicio racional y responsable justificado en circunstancias y situaciones de peso como esta”, señaló la representante Carolina Arbeláez, sobre la sentencia 780 del 2018.
Sin embargo, se conformó el cuórum y se aprobaron 12 artículos que permitieron dejar la reforma a la salud a un paso de superar el segundo debate. Su avance se debe a los congresistas que, a pesar de votar negativamente el texto, se quedaron en la plenaria.
La estrategia de los partidos durante los dos días que estuvieron inhabilitados los congresistas verdes fue estar presentes en la discusión, pero salirse del recinto de la Cámara a la hora de la votación. Lo intentaron el 28 y 29 de noviembre, pero no funcionó el mecanismo.
Las bancadas de Cambio Radical y del Centro Democrático se retiraron de las votaciones para no hacer cuórum. Pero no todos los congresistas se sumaron a la estrategia, por lo que fue posible avanzar en la aprobación de artículos.
Según los opositores de Salvación Nacional fueron 21 congresistas del Partido Conservador y el Partido de La U los que se quedaron en sus puestos y le permitieron a la mesa directiva abrir votaciones del proyecto, aunque habrían votado negativo.
Por parte de la bancada azul se quedaron Wadith Manzur, Daniel Restrepo Carmona, Ruth Caicedo, Juan Daniel Peñuela, Ciro Rodríguez, Fernando Niño, Andrés Montes y Juliana Aray Franco, quienes decidieron votar no a los artículos, como opositores, pero no romper el quórum. Luis Miguel López y Felipe Jiménez, por ejemplo, sí se salieron.
La razón es que la estrategia de la oposición causó molestia en los conservadores. El representante Manzur señaló en un pasado debate que la colectividad es clara en votar no a los proyectos y señaló que es cuestionado cuando utiliza los mecanismos, por lo que exigió respeto.
“Me he dado cuenta que hemos sido los bobos útiles del pasado. Cuando nos salimos del recinto para dañar el quórum, hay otros partidos que se quedan votando, haciendo quórum y comienzan a cobrar que el Partido Conservador es un tibio porque no votó no. Cuando vota no, entonces el Partido Conservador se quedó haciendo quórum”, señaló Manzur.
Por parte del Partido de La U, de acuerdo con Semana, se mantuvieron en el recinto los representantes Juan David López, Wilmer Carrillo, Milene Jarava, Ana Paola García, Alexander Guarín, Teresa de Jesús Enríquez y Jorge Eliécer Salazar. Jorge Eliécer Tamayo tuvo una posición independiente respecto a los artículos, mientras que Víctor Salcedo apoyó la estrategia de romper el cuórum.
Los liberales, que continúan en la bancada de gobierno, han apoyado la constitución del cuórum de la reforma en las votaciones. Así mismo las curules especiales de paz, que en su mayoría se han mantenido a favor del proyecto. Para algunos, el Gobierno nacional se jugó la estrategia al presentar el proyecto como una ley ordinaria, por lo que necesita quórum ordinario, es decir la presencia de la mayoría de los integrantes.