Recientemente, se reveló que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha enviado dos cartas, fechadas el 19 y 23 de noviembre, en las que reconocen la existencia de una crisis en la mesa de diálogos con el Gobierno colombiano. Al parecer, en estos documentos, la guerrilla expresó la necesidad de obtener claridades sobre los objetivos, temario y duración del quinto ciclo de conversaciones que está programado para llevarse a cabo en México.
De cara a este próximo ciclo de diálogos, el ELN dejó en claro que no aceptará imposiciones por parte del Gobierno, en cabeza del presidente Gustavo Petro, y ha tomado medidas significativas. Según Caracol Radio, la guerrilla anunció la pausa de todas las actividades del Comité Nacional de la Participación de la Sociedad Civil, señalando que esta decisión se toma en respuesta a la falta de avances y claridades en la mesa de negociaciones.
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Además, se dice que el ELN designó a sus gestores de paz para liderar el mecanismo de monitoreo y verificación del cese al fuego. Esta medida indica una postura firme por parte de la guerrilla en busca de garantías y transparencia en el proceso de paz.
La crisis en las negociaciones se evidencia en la necesidad expresada por el grupo guerrillero de obtener información precisa sobre los temas a tratar durante el quinto ciclo, así como sobre la duración y los objetivos específicos de la ronda de conversaciones, de acuerdo con el medio en mención.
El Gobierno colombiano aún no ofrece una respuesta oficial a las comunicaciones del ELN ni ha abordado públicamente la situación. No obstante, se mantiene firme en la decisión de seguir adelante con el proceso de negociación desde el país norteamericano, con el objetivo de alcanzar resultados que se alineen con las metas del Estado.
Esto es lo que espera el Gobierno de la nueva fase de negociaciones con el ELN
En una fase adicional de las conversaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), un grupo de representantes gubernamentales se alista para desplazarse a México a partir del 30 de noviembre de 2023, dando comienzo al quinto ciclo de negociaciones con esa guerrilla.
Este proceso, originalmente programado para el inicio de noviembre, los delegados gubernamentales decidieron posponer el quinto ciclo debido a la falta de conclusiones por parte del Comité Nacional de Participación, considerando que llevar a cabo las negociaciones en estas circunstancias sería “inoficioso”, según expresó José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) y miembro de la mesa de diálogos.
La misión de la delegación del Gobierno de Gustavo Petro es desafiante: persuadir al ELN para que renuncie a la práctica del secuestro, que es altamente perjudicial, si es que realmente busca alcanzar la paz. En el escenario menos favorable, los enviados del presidente Petro podrían recibir un rechazo por parte de los guerrilleros, un escenario que pondría los diálogos al borde del abismo.
“Ha llegado el momento de tomar decisiones que eliminen el secuestro, como lo hemos solicitado desde el comienzo de los diálogos. Nuestra delegación exige desde ya, y exigirá en la próxima reunión con la delegación del ELN, que cada una de las personas que esta organización tiene en cautiverio sea liberada en condiciones de seguridad y dignidad de manera inmediata”, dice el comunicado de presidencia del 9 de noviembre.
José Félix Lafaurie, el participante en las conversaciones que representa a la facción política de derecha, reiteró a Otty Patiño, el líder de la delegación, y a Iván Cepeda, el senador que hace parte de la mesa de diálogos, que considera inapropiado dirigirse a México para llevar a cabo un nuevo ciclo en este momento, y que preferiría abordar el asunto con mayor cautela.
“Soy de la teoría de que ir a México a plantear el secuestro y el fin del conflicto y regresar con caras destempladas puede acabar con el proceso. Si nos vamos y regresamos con que siguen los secuestros, y que incluso hay más, nuestro prestigio queda agotado. Se acaba la negociación”, cuentó Lafaurie a El País.
A pesar de sus argumentos, el viaje y las conversaciones continuaron con el grupo, que buscaba financiarse a través de prácticas como el secuestro; sin embargo, el Estado confía en que esta situación no vuelva a ocurrir.