Alrededor de la 5 de la tarde del miércoles 29 de noviembre, apareció muerto en extrañas circunstancias un uniformado adscrito a la estación Rafael Uribe Uribe de Bogotá. Fue hallado con un disparo en la cabeza.
De acuerdo con información de El Tiempo, el agente de Policía respondía al nombre de Richard Steve Pava Mazo, tenía 26 años y es natural de Gramalotes (Norte de Santander) y acompañaba a un hombre privado de la libertad, que había sido capturado el 9 de mayo de 2023 por los delitos de hurto calificado y agravado y falsedad marcaría.
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Según las versiones preliminares, el presunto delincuente, Manuel Antonio Hernández Roa, había solicitado permiso para asistir a una cita médica en el hospital El Tunal. La Policía encargó a Pava Mazo la tarea de acompañar al delincuente.
Sin embargo, en un aparente intentó por desviar la atención del uniformado que lo custodiaba, se desencadenó una riña que le habría permitido huir del lugar. Se presume que después del hecho, el uniformado se habría quitado la vida con su arma de dotación.
Otra de las hipótesis que rondan el caso, y que fue divulgada por la usuaria de X (antes Twitter) Tatiana Sanabria, señala que luego de la cita médica de Hernández Roa, el uniformado habría acolitado un encuentro del presunto delincuente con una mujer, en un hostal llamado Andrius, ubicado en la calle 48 con carrera 13 sur y, en un descuido del uniformado, Hernández Roa le habría disparado en la cabeza y dejó el cuerpo en el parqueadero del sitio, mientras se daba a la fuga.
Pese a las especulaciones del caso, las autoridades se encuentran tratando de establecer los móviles oficiales del crimen: si se trataría de un suicidio del uniformado, luego de acompañar al recluso a la cita médica; o si se trató de un asesinato como parte del plan de fuga del indiciado.
De otro lado, las autoridades iniciaron un plan candado en la zona, con el fin de capturar al delincuente fugitivo.
Ofrecen 100 millones de pesos de recompensa tras el asesinato de un policía en Valledupar
En la noche del sábado 25 de noviembre, en un aparente hecho de intolerancia, fue asesinado el superintendente Víctor Alfonso Gutiérrez Bolívar, en el barrio Villa Yanet de Valledupar (Cesar),
El asesinato del uniformado se habría presentado luego de un llamado de la comunidad al cuadrante 10 del CAI Garupal en el que denunciaban que se estaba presentando un hecho de intolerancia.
Dos uniformados fueron a atender la situación y se encontraron a dos sujetos en motocicleta, que despertaron las sospechas de los uniformados. En medio de la diligencia de requisa y verificación de los documentos, uno de los hombres saca un arma y ataca al superintendente, quien se desploma al suelo gravemente herido.
En la zona, se desplazaron unidades de apoyo con el objetivo de localizar a los sujetos implicados, además, de facilitar el traslado del uniformado herido al hospital Eduardo Arredondo. A pesar de los esfuerzos de los médicos por brindarle los primeros auxilios, se determinó la necesidad de remitirlo a una clínica de alta complejidad. Sin embargo, a pesar de los intentos por salvarle la vida, el uniformado falleció.
“Toda nuestra solidaridad y acompañamiento hacia su respetada familia, con el compromiso de llevar ante la justicia a los criminales. Dispuse de un equipo especial de inteligencia e investigación criminal, al mando del propio comandante de @PoliciaDeCesar”, expresó el general William Salamanca vía X.
De otro lado, según información del secretario de Gobierno del Cesar, Eduardo Esquivel, las autoridades tienen identificado al presunto delincuente que acabó con la vida del miembro de la Policía Nacional, por lo que ofrecieron una recompensa de hasta 100 millones de pesos, a quien brinde información certera que permita dar con el hallazgo y captura de los delincuentes.