El 29 de noviembre se celebra el Día Internacional del Jaguar, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de la conservación de esta especie clave en los ecosistemas de América. En Colombia, el área de distribución de estos ejemplares se ha reducido en 39 % del área original, una cifra que se suma a otros factores de amenazas que enfrenta esta emblemática especie.
Los conflictos humanos, el tráfico ilegal y la crisis climática son algunos de los riesgos que afectan a estos animales, presentes en casi todo el territorio nacional; desde el Caribe y los bosques húmedos del Chocó, hasta la Cordillera de los Andes, la Orinoquía y la Amazonía.
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Con el fin de conmemorar el día del Jaguar, organizaciones ambientales levantaron una alerta por las condiciones de estos felinos, que se encuentran presentes en 18 de los 21 países del continente. Diferentes entidades ambientales aprovechan esta fecha para fomentar proyectos de conservación y educación, tales como programas de monitoreo de la especie y la creación de corredores biológicos que aseguren su movilidad y el intercambio genético entre poblaciones.
Según el Ministerio de Ambiente, en Colombia quedan solo 16.000 jaguares. Entre abril y junio de 2023, siete fueron cazados, al parecer por retaliación, de acuerdo con los reportes de la Fiscalía. “No sabemos si este aumento se da porque las personas ahora tienen más canales para notificarlos, o porque ahora están sucediendo más casos”, sostiene Silvia Vejarano, especialista en Conservación de WWF.
La supervivencia del jaguar es esencial para la salud de los ecosistemas, dado que, como depredador, ayuda a mantener el equilibrio poblacional de otras especies y la diversidad biológica. Asimismo, la preservación de este individuo también tiene un aspecto cultural importante, ya que es un símbolo de poder y naturaleza en muchas culturas indígenas y ha sido una figura prominente en la mitología y el arte precolombino a lo largo de la historia.
El jaguar, Panthera onca, es el felino más grande de América y el tercero en el mundo, después del tigre y el león. Esta efeméride también busca destacar los esfuerzos de protección y las amenazas que enfrenta el jaguar, como la pérdida de hábitat, la caza furtiva y los conflictos con las actividades humanas.
De hecho, en los últimos 130 años, en países como Colombia y México han perdido cerca del 40% de su territorio, mientras que en Argentina, Paraguay o Bolivia se encuentran en situaciones críticas, alertó WWF Colombia.
De igual forma, el crecimiento de la industria agropecuaria, la minería, la explotación forestal, el tráfico ilegal, el conflicto con humanos y la crisis climática son algunas de las causas de que hayan desaparecido del 46 % de su territorio original. Adicionalmente, el desplazamiento de estos animales ha provocado un cambio en su dieta, alimentándose del ganado y animales domésticos, lo que lleva a las personas, en su afán de defender sus posesiones, a cazarlos.
El jaguar, que habita en casi todos los ecosistemas que están por debajo de los 2.000 metros sobre el nivel del mar, es una “especie ‘sombrilla’, lo que significa que su protección implica la conservación de grandes extensiones de hábitats naturales conectados para mantener su población: apoyar la conservación de este felino también es respaldar la preservación de vastas cantidades de ecosistemas que se extienden desde México hasta Argentina”, así lo indicó WWF.
La WWF trabaja en el Plan Regional para la Conservación del Felino más grande del Continente y sus Ecosistemas (Plan Jaguar 2030), una iniciativa de enfoque regional desarrollada en colaboración con Panthera, WCS y PNUD. Se centra, mediante una cooperación internacional, en fortalecer el Corredor Jaguar, asegurando la conectividad de 30 paisajes prioritarios, desde México hasta Argentina, con el objetivo de garantizar la movilidad de la especie y su supervivencia a largo plazo hasta 2031.