En una misión ejecutada por la Policía Nacional, la Fiscalía General de la Nación y la DEA se llevó a cabo la operación Pacific Black, que terminó con la captura de cinco importantes cabecillas de una organización criminal trasnacional con sedes en Colombia y Estados Unidos.
De acuerdo con el informe entregado por las autoridades, los arrestos se registraron en Miami, Estados Unidos; Popayán, Cauca; y el sector de Potrerito, en el municipio de Jamundí, Valle del Cauca.
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Entre los capturados están Jhonatan Andrés Samboni Ruiz, alias Tayson; Diego Fernando Beltrán Álvarez, alias Chili; Óscar Alexander Valencia Flórez, alias Way; y Alexander Valencia García. Estos últimos, sobrino y hermano de Cesar Augusto Valencia García, alias Chucho, cabecilla de la organización, que fue detenido en una fina de Jamundí.
Según las autoridades, esta organización tenía laboratorios clandestinos de clorhidrato de cocaína y se encargaba de enviar múltiples cargamentos de droga desde Buenaventura (Valle del Cauca) y Necoclí (Antioquia), con destino a Centroamérica y luego hasta Estados Unidos.
Además de ser el jefe de la organización trasnacional, Chucho era denominado el heredero del poder y socio de Cebel Rentería Rentería, alias el Negro o Ahumado, capturado en 2010. Además, era señalado de trabajar con Olmes Durán, alias el Doctor o el señor del Pacífico, cabecilla de la nueva generación del cartel del norte del Valle.
Dentro de la propiedad en la que fue capturado Valencia García, los uniformados encontraron un objeto poco común que demostraba el poder económico que tenía el narcotraficante: un perro de dos metros con múltiples partes en oro, como las cuatro patas. También tenía varias cadenas ubicadas en el cuello y una representación de una bolsa de dinero. El objeto fue avaluado en más de 80 millones de pesos.
De acuerdo con la Policía Nacional, este era un homenaje de alias Chucho, a uno de sus perros fallecidos. El aprecio que el criminal tenía por su mascota lo hizo ordenar la elaboración de la estatua que estaba ubicada en el centro de la sala de su finca.
Fuentes militares confirmaron a El Tiempo que, en el momento de su captura, Chucho estaba intentando cambiar por completo su perfil social, intentando justificar el dinero ilícito por medio de la compra y venta de vehículos de alta gama. Sumado a ello, se conoció que la finca en la que se registró su arresto había sido tomada en arriendo por el criminal.
De la misma forma, el narcotraficante habría ordenado a su familia cumplir con un lineamiento de comportamiento, lo que incluía la prohibición de hablar por celular, permitiendo que solo se comunicaran entre sí por medio de aplicaciones, con el objetivo de que su ubicación estuviera encubierta.
A pesar de sus intenciones de burlar a las autoridades, Valencia García cayó debido a su alto nivel de calidad de vida. Además, las excentricidades que llegaban a la finca en Jamundí llamaron la atención de la Policía, entre estos, un bar equipado con licores de diferentes partes del mundo.
La segunda persona más importante dentro de la organización era Jhonatan Andrés Samboni Ruiz, alias Tayson, que fue ubicado en Popayá. Este sería el principal productor de cocaína y socio de alias Chucho, siendo el encargado de liderar los laboratorios clandestinos en Almaguer y Bolívar, en el sur del departamento del Cauca. Antes de esto era el proveedor de alias Chupeta y alias Jabón.
Sambon Ruiz es señalado de ser el heredero de alias Motorola, que vivía bajo la fachada de ser un comerciante, pero en realidad coordinaba la logística, producción y salida de la droga a Estados Unidos.