Luego de 17 días secuestrada, la joven estudiante Silvia Juliana Carvajal Montaño fue encontrada la mañana del lunes 27 de noviembre en un parador en medio de la carretera que pasa por Sardinata, atada de manos y con vendas en los ojos.
La joven de 19 años fue abordada por varios hombres fuertemente armados el pasado 10 de noviembre, cuando regresaba de visitar a su padre en Ocaña, para tomar los exámenes finales de cuarto semestre, en la Universidad a la que asiste en Cúcuta.
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La estudiante de Bacteriología iba a acompañada por dos amigos, pero una vez fueron detenidos por el grupo delincuencial, decidieron quedarse únicamente con ella, tras haber visto su documento de identidad.
“Yo le insistí que se quedara, que la carretera estaba muy mala y la gasolina, cara. Pero lo que jamás imaginé es que la secuestraran. Las únicas amenazas que recibimos fueron unas llamadas a mi esposa hace tres años, pero eso no trascendió. No imaginé que esto nos iba a ocurrir”, lamentó su padre en entrevista para el diario El Tiempo.
La joven fue retenida en la vía que conduce de Ocaña a Cúcuta, sobre las 6 de la mañana y la mantuvieron cautiva hasta la noche del domingo, 26 de noviembre, cuando fue liberada en el mimo corredor vial.
Se desconoce quiénes estuvieron detrás del secuestro, pero según testigos, eran seis hombres que se movilizaban en moto, sin enseñar su rostro y con armamento de larga distancia.
En la zona operan estructuras del ELN y al menos tres frentes de las disidencias, al igual que otros grupos de crimen organizado que, eventualmente, organizan secuestros para pedir altas sumas de dinero a cambio de liberar a sus víctimas.
Sin embargo, en el caso de Silvia, su familia ha mantenido un perfil reservado; por lo que, de momento, es imposible saber si cedieron a las exigencias del sus captores y pagaron la extorsión.
Su padre, Neil Carvajal, celebró la liberación en conversaciones con Noticias Caracol, pero se limitó a entregar otros detalles: “Gracias a mi Dios ya la tenemos en la casa (en Cúcuta). Muy felices porque esto se dio de buena manera y ya está con nosotros, en buenas condiciones. Gracias a Dios que no llegó con traumas fuertes”.
Silvia fue secuestrada en medio de las luchas que diversos grupos armados sostienen para dominar los cultivos de coca y las rutas de narcotráfico en la región del Catatumbo. Un territorio de 10.089 kilómetros cuadrados, marcado por la presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidentes de las FARC y el Ejército Popular de Liberación (EPL).
Su secuestro ocurrió a un día de que el padre del futbolista Luis Díaz fuera liberado, luego de haber estado en manos del ELN durante al menos doce días, en los que una comisión humanitaria conformada por la Misión de la ONU en Colombia y la Iglesia católica estuvieron al frente de las negociaciones por su liberación.
“En la Defensoría del Pueblo vemos con preocupación el incremento de esta práctica atroz, que afecta uno de los derechos fundamentales de los seres humanos, la libertad, la cual no debe ser restringida por ideologías o para obtener recursos que financian a los grupos armados o criminales”, comentó entonces el defensor del Pueblo, Carlos Camargo.
Además, advirtió que los departamentos con mayor número de secuestros se encuentran en la frontera con Venezuela, siendo Arauca (55) el que más casos registra a la fecha. La problemática se extiende también a otros departamentos como Antioquia, Norte de Santander y Vichada, todos mostrando cifras significativas en este delito.