Un grave hecho de violencia ocurrió en la estación de Policía de la localidad de Bosa, donde Johan Stiven Vanegas, de 24 años de edad, al parecer, fue víctima de una fuerte golpiza por parte de otros detenidos, a inicios de noviembre, lo que conllevó a que perdiera la vida la semana pasada en el Hospital de Kennedy, donde permaneció en coma por casi dos semanas.
“Ingresó con signos vitales, pero inconsciente. En ese momento en la Policía me dijeron que, según los reclusos, él se había comido un jabón y lo habían ingresado por una intoxicación. Que según como se ve en los videos de las cámaras del lugar, a él lo sacaron esposado de la celda y lo sentaron en la parte de afuera y es ahí cuando él empezó a convulsionar”, relató en el periódico Q’Hubo Bogotá, Xiomara Sierra, madre del joven, sobre la versión que le dieron los uniformados que custodiaban a Vanegas.
Sin embargo, en el centro asistencial le explicaron a Sierra que su hijo había sufrido unas graves contusiones que conllevaron a su delicado estado de salud.
“Estaba en coma porque tenía golpes fuertes en la cabeza que le habían ocasionado una hemorragia dentro de su cerebro”, agregó en el informativo de televisión Noticias Uno.
Vanegas permanecía detenido en Bosa, luego de que fuera capturado en febrero de este año señalado de ser el responsable del homicidio de su padrastro, crimen por el que fue condenado a 16 años de cárcel, por lo que estaba pendiente de ser trasladado a un centro penitenciario, detallaron en el periódico El Espectador.
Desde entonces el joven, según le contó a su progenitora, estaba siendo asediado por los detenidos con los que compartía espacio en la estación de Policía que lo estaban extorsionando.
“Era una situación terrible porque pedían plata para acomodarse. Que si no hay plata los golpean (...) Tocaba pagar 70.000 o 50.000 para aseo, la comodidad, o si no les daban mala vida adentro”, contó la madre en Noticias Uno, donde señalaron que incluso le dieron una cuenta de Nequi a donde tenía que hacer los pagos.
En octubre, Vanegas sufrió una fuerte golpiza por parte de los otros detenidos, por lo que le pidió a su madre que intercediera por él ante los uniformados que están a cargo de la estación.
“Tenía chuzones en sus manos, me dijo que estaba siendo golpeado, me dijo que a veces le tocaba poner las manos para que no le chuzaran la cara. Ese día yo le dije a un mayor que me lo cambiara de celda, porque tenía morados en varias partes de su cuerpo y golpes en su cabeza, pero el oficial no hizo gran cosa”, afirmó en Q’Hubo.
Sierra agregó en ese periódico que guardaba un audio de su hijo en que le señalaba que si no hacía los pagos, iban a continuar con los abusos en su contra.
“Me decía que le enviara plata, que si no lo ponían a dormir en el baño o le quitaban la cobija. Era lo que él me decía a mí”, señaló.
En El Espectador indicaron que falta el dictamen de la autopsia que le realizaron en el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, mientras que la Policía en Bosa señaló en Noticias Uno que el caso se encuentra en investigación.
Segunda ocasión en que muere una persona bajo custodia policial en Bosa
Este es el segundo caso de una persona que fallece estando en custodia de los uniformados de esa localidad del sur de Bogotá, luego de que a inicios de abril muriera un hombre cuando permanecía detenido un bus de esa institución.
Fue identificado como Anderson Beltrán y se desempeñaba como soldador. Al parecer, estuvo involucrado en una riña el 1° de abril, por lo que fue detenido por patrulleros de la institución que atendieron la llamada del administrador de un local en Bosas Centro de donde se lo llevaron junto con otro cliente.
Se los llevaron a la estación de Policía de Bosa, pero allí decidieron trasladarlo a una Unidad de Reacción Inmediata (URI), pero según la versión de los uniformados que lo custodiaban, el hombre lo hallaron muerto, tras ahorcarse con su propia camisa, de acuerdo con lo que registraron en esa ocasión en el informativo RTVC Noticias de la televisión pública.
Agregaron en ese medio de comunicación que lo habían detenido junto con su hermana, pero a ella la dejaron en libertad, mientras que a él lo dejaron en el automotor de la Policía, donde la mujer asegura que lo asesinaron.
“Él nunca atentó contra su vida. Dejó a su hija sola, trabajaba para ella. Le colaboraba a mi mamá y a mi papá. No entiendo por qué lo mataron, no lo entiendo”, dijo en RTVC.
Entre tanto en la emisora Blu Radio, otro de los familiares del hombre reiteró que fue un homicidio y señaló como responsables a policías de la localidad.
“Hubo una riña, en la cual mi hermano ya había tenido problemas con unos patrulleros, allá en Bosa Islandia. Y lo tenían amenazado (desde entonces), le ofrecieron hasta plata sobornándolo”, denunció en el medio radial.