Un aumento moderado del salario mínimo para 2024 será el primer paso en el año entrante para avanzar en la lucha contra la alta inflación, que seguirá golpeando a los hogares más vulnerables. Además, facilitará mantener y crear nuevo empleo formal que garantice ingresos a las familias colombianas y permitirá la viabilidad empresarial que ya enfrenta altos costos en los insumos y una caída en el consumo.
Por eso, la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia) hizo un llamado de atención al Gobierno nacional, empresarios y trabajadores a que en el proceso de concertación del salario mínimo para el 2024, que comenzará el 28 de noviembre, se tengan en cuenta las principales variables económicas del país que presentan retrocesos y que requieren de un trabajo coordinado tripartito para superarlos y evitar un deterioro mayor en el crecimiento del país.
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Al respecto, la presidenta de AmCham Colombia, María Claudia Lacouture, recordó que el aumento del salario mínimo, por norma constitucional, no puede estar por debajo del dato de inflación. Por eso, dentro de las variables a analizar en este proceso, y teniendo en cuenta que Colombia tiene un Índice de Precios al Consumidor (IPC) sobre niveles del 10%, lo más sensato sería un aumento mesurado teniendo en cuenta estos factores.
“No se puede desconocer que hay múltiples factores que están indexados a esta alza, como son el costo del transporte; los arriendos; servicios públicos, entre otros. Esto significa que lo que aumente el salario, aumentarán los mencionados, generando una mayor presión al bolsillo y no un incentivo o incremento real en el poder adquisitivo de los colombianos”, dijo la también presidenta de la Alianza de Asociaciones y Gremios (Aliadas).
A lo anterior, reiteró que es importante sumar el factor de productividad, que los analistas calculan en máximo 1,5% para 2023.
Sobre esto, precisó que en productividad hay un largo camino por recorrer, debido a que los resultados demuestran que es urgente la inversión y sofisticación de los procesos corporativos y, por eso, el crecimiento del salario mínimo debe garantizar que las empresas puedan seguir generando empleo formal y dándoles viabilidad para su funcionamiento.
“Hay una clara desaceleración económica y para evitar una recesión se requiere, de manera urgente, de un plan de choque articulado entre sector público y privado para reactivar sectores como de la construcción que tiene una marcada caída, de comercio y reparación de vehículos e industria manufacturera que están en terreno negativo”, afirmó la dirigente gremial.
Al mismo tiempo, dijo que las proyecciones de menores utilidades de Ecopetrol y la inestabilidad en las actividades de minas y canteras está generando una influencia importante en el crecimiento económico, por lo que también es indispensable avanzar en una transición energética de forma responsable y paulatina.
Empleo formal y de calidad
En septiembre, la tasa de desempleo se ubicó en 9,3%, de acuerdo con cifras del Dane, sin embargo, se percibe una menor generación de empleo. Mientras en agosto se creó un millón de puestos de trabajo, en septiembre fue de 717,000. Al mismo tiempo, hay un aumento de informalidad de 0,2 puntos porcentuales (p.p.) a nivel intermensual ubicándose en 56,1%.
Sobre estos indicadores, Lacouture insistió en que el crecimiento de Colombia se da en un 80% por el consumo de los hogares y el cual en un 73% proviene de los salarios que generan los empleos que, aunque estables, representan un llamado a buscar acciones que fomenten el desarrollo empresarial.
“Se debe, de manera inmediata, y de cara al nuevo año, poner en marcha políticas de estímulo a generar empleo formal y de calidad, en especial en jóvenes y mujeres. Para lo cual, es imperante que exista articulación entre el Gobierno nacional y los nuevos mandatarios regionales con el propósito de establecer planes estratégicos, y con necesidad departamental, para fomentar la empleabilidad.”, señaló la presidenta de AmCham Colombia.
De igual forma, apuntó que entre enero y septiembre, las exportaciones de Colombia a todo el mundo se registraron en USD36.791,1 millones, presentando una desaceleración de 15,4% frente a los flujos del mismo periodo de 2022 de USD43.492,6 millones, de acuerdo con cifras del Dane, lo que quiere decir que Colombia y el mundo atraviesan escenarios complejos y de desaceleración económica, por lo que tomar decisiones sensatas y aterrizadas a los indicadores económicos contribuirá a apaciguar un 2024 que se espera complejo.
Así las cosas, manifestó que con un 2024 retador se hace indispensable hacer un llamado para que se haga un aumento del salario mínimo responsable.
“Un alza desmedida solo desincentivará la capacidad de generar empleo y, al tiempo, encarecerá el nivel de vida, por lo que se debe incentivar a las empresas a crear y mantener los empleos y continuar haciéndole frente a la formalización laboral. Este escenario debe ir acompañado de una política laboral más flexible, que abra espacio a nuevas modalidades de trabajo que se implementen de manera permanente”, finalizó Lacouture.