Tragedia en Valledupar: menor muere ahogado en un balde de agua en su residencia

En un fatídico incidente ocurrido el pasado 13 de noviembre en Valledupar, Cesar, Jacobo Paternina López, un niño de 4 años, perdió la vida después de caer en un balde lleno de agua en su propia casa, bajo el cuidado de su abuela materna, María Anastasia Puche.

El desgarrador suceso tuvo lugar mientras los padres del pequeño, ambos profesionales de la medicina se encontraban en sus labores cotidianas. La abuela relató que dejó a Jacobo y a su hermano de 6 años viendo televisión en el primer piso de la vivienda mientras ella se retiraba momentáneamente a la cocina.

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Trágicamente, al regresar, se encontró con la pesadilla de ver a Jacobo sumergido en un balde destinado a recoger el agua del aire acondicionado con problemas técnicos. La rápida intervención de la abuela y la colaboración de los vecinos permitieron trasladar al niño a la Clínica Laura Daniela de Valledupar, donde luchó por su vida durante dos semanas, hasta su fallecimiento el jueves 23 de noviembre.

Este desgarrador incidente plantea preguntas sobre la seguridad en el hogar y destaca la vulnerabilidad de los niños incluso en entornos familiares. El CTI de la Fiscalía ha iniciado una investigación para determinar las circunstancias exactas del suceso y si hay responsabilidad directa.

La noticia ha causado conmoción tanto en los familiares como en la comunidad educativa donde el pequeño Jacobo estudiaba.

La víctima, Andrea Carolina Jiménez Arrieta, de 23 años, denunció un escalofriante caso de violencia intrafamiliar en Valledupar. Alega que su pareja, José Gregorio Oquendo Pérez, de 35 años, la agredió brutalmente, rapándole la cabeza, las cejas y propinándole golpes en diversas partes del cuerpo. Este incidente, ocurrido en el barrio La Nevada, se desató por un ataque de celos motivado por un supuesto video donde ella conversaba con su hermano.

El relato angustiante detalla que el agresor despertó a Andrea en la madrugada, acusándola de una relación con su hermano. La confrontación escaló cuando la golpeó con la empuñadura de un puñal y luego le cortó el cabello con dicha arma y una tijera.

A pesar de las lágrimas y la indefensión, la joven enfrentó amenazas para que no gritara.

Las imágenes adjuntas a la denuncia revelan la devastadora transformación de Andrea y las amenazas de muerte que recibió. Logró escapar durante un descuido del agresor y buscar refugio con sus familiares. Temerosa por su vida, implora a las autoridades que tomen acciones.

La madre de la víctima añadió un detalle aterrador: el agresor obligó a Andrea a elegir entre raparle el cabello o acabar con su vida, una elección hecha en medio del miedo. La pareja compartía una relación de cuatro años y vivían con su hija en la casa de la madre del agresor. Aunque hubo conflictos previos, nunca llegaron a este nivel de violencia.

Andrea insta a las autoridades a capturar al agresor, temiendo represalias contra su familia en Casacará, Agustín Codazzi. Informes sugieren que el presunto agresor podría estar internado en un centro de rehabilitación.

“El temor que tengo es que me dijo que, si denunciaba el caso, le podría hacer daño a mi familia que vive en Casacará, corregimiento de Agustín Codazzi. Según lo que me comentaron personas cercanas a él, en este momento se encuentra interno en un centro de rehabilitación”

Este caso refleja una alarmante realidad: en lo que va del año, la Policía ha registrado 1.100 casos de violencia intrafamiliar y 246 denuncias por delitos sexuales. Urge una acción contundente para abordar esta creciente problemática.