En Bogotá, conocida como una de las ciudades líderes en la adopción de la bicicleta como medio de transporte y que se ha propuesto ser la capital mundial de la bici, aún está pendiente la meta de establecer garantías de seguridad y adecuar la infraestructura necesaria para los usuarios de bicicletas, según se afirmó desde el Concejo Distrital.
Así se destacó en el debate de control político realizado por el concejal Marco Acosta, del partido Colombia Justa Libres, que puso sobre la mesa la problemática que enfrenta la ciudad en términos de la movilidad de los ciclistas.
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La administración actual, encabezada por la alcaldesa del Partido Alianza Verde, Claudia López, ha estado bajo escrutinio debido al incumplimiento en la expansión de la red de ciclorrutas, esencial para hacer frente a la cantidad de viajes diarios en bicicleta. Este número asciende a un promedio de 880.367 solo en Bogotá y se suma a aproximadamente 1.177.868 desde municipios vecinos como Madrid, Soacha, Chía, entre otros. A esto se añade el aumento en los robos de bicicletas y la deficiente señalización y semaforización en zonas clave de la ciudad.
La metrópoli, que sufre de un tráfico más intenso que ciudades como Bucarest y Manila, ha visto en la bicicleta una alternativa no solo deseable, sino necesaria ante la crisis de movilidad. Las bicicletas se presentan como la solución a múltiples problemas urbanos, tales como la congestión vehicular, la contaminación ambiental y la promoción de estilos de vida saludables, pilares fundamentales para alcanzar la aspiración de convertirse en la capital mundial de la bici.
“En este contexto, el Plan Distrital de Desarrollo bajo el eslogan “Un Nuevo Contrato Social y Ambiental para la Bogotá del Siglo XXI” fijó como objetivo la creación de 280 kilómetros de nuevas ciclorrutas entre 2020 y 2024. Sin embargo, a la fecha solo se ha alcanzado el 32.3% de dicho objetivo, según datos de Segplan, lo que indica un rezago importante en la infraestructura destinada a este fin”, manifestó el cabildante.
Lejos de conformarse con este escenario, también desde el cabildo distrital, el concejal puso una especial atención a las localidades con menor desarrollo de ciclorrutas como San Cristóbal, Usme, Ciudad Bolívar y Rafael Uribe, en las que un 40% de sus habitantes se desplaza a pie.
“El compromiso es ofrecer a estos ciudadanos alternativas de movilidad segura que contemplen la inclusión de la bicicleta como una opción viable”.
Frente a las cifras registradas en Bici Bogotá, expresó que resulta imperativo potenciar la conciencia sobre su importancia y fomentar su uso, apuntando a que la totalidad de las bicicletas en circulación se encuentren registradas, pues esto posibilitaría un control más eficiente y una respuesta más rápida en caso de robos o incidentes.
Acosta insistió en la importancia de mantener un seguimiento continuo y activo de las políticas de movilidad ciclista, con el objetivo de brindar a los usuarios una experiencia segura y eficiente en sus desplazamientos. Es vital que la red de ciclo-talleres expanda su cobertura y que el sistema de bicicletas compartidas crezca y se consolide como una parte integral del paisaje de movilidad urbana en Bogotá.
Finalmente, recordó que la ciudad está ante el reto de ofrecer un modelo de movilidad incluyente y sostenible, que concilie las necesidades de todos los actores viales y que sea un reflejo de su compromiso con la convivencia ciudadana y el mejoramiento de la calidad de vida.
“La seguridad, la señalización y la accesibilidad son los ejes centrales que definirán si realmente puede alcanzar el reconocimiento de ser la capital mundial de la bicicleta, un título que trasciende los límites del transporte para encarnar una visión de futuro y progreso para los ciudadanos de Bogotá”, concluyó.