Nacieron en San Andrés 150 tortugas carey, una especie en peligro de extinción

Las autoridades ambientales de la región se encargaron de asistir a los ejemplares en cada una de sus etapas hasta finalmente guiarlas al mar

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La Unión Internacional para la
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza calificó esta especie de en peligro de extinción - crédito Coralina

Desde la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Coralina, informaron el nacimiento de 150 crías de tortugas tipo carey, una especie considerada en peligro de extinción.

El lugar elegido para llevarse a cabo la eclosión (momento en que las crías rompen el cascarón, una vez alcanzan su desarrollo y están listas para nacer) fue el Parque Regional Johnny Cay, donde los guardas ambientales brindaron ayuda a los pequeños ejemplares, guiándolos hacia el mar para asegurar su preservación.

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A través de la Subdirección de Mares y Costas, en el componente de la Coordinación del Parque Regional Johnny Cay, Coralina estuvo encargada garantizar que los animales eclosionaran en condiciones sanas. Las autoridades ambientales también estuvieron presentes para afianzar la seguridad de estos animales recién nacidos.

Vale la pena mencionar que las tortugas carey generalmente migran hacia las playas para anidar, estando allí las hembras excavan nidos en la arena en lo que depositan sus huevos. Luego de un periodo de incubación, los huevos eclosionan y las crías emprenden su camino hacia los océanos.

No obstante, las tortugas marinas y sus anidaciones se ven amenazadas por diferentes factores que ponen en riesgo su supervivencia, entre ello se encuentran la caza indiscriminada, la erosión costera y las altas mareas, originada por el cambio climático. De allí que las autoridades ambientales mantengan un trabajado conjunto para garantizar su protección.

Las tortugas Carey (Eretmochelys imbricatas) no están exentas de esta problemática, por lo que deben enfrentarse al constante riesgo de desaparecer debido a la pesca y la caza indiscriminada de sus huevos por depredadores y demás acciones irresponsables de los seres humanos. De tal manera que la especie carey está catalogada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El Parque Regional Johnny Cay
El Parque Regional Johnny Cay fue el lugar escogido por esta especie para la eclosión de sus huevos - crédito Coralina

Con base en la información revelada por la corporación, en lo corrido de 2023 se han apoyado a más de mil especies de tortugas en el Archipiélago, donde las han asistido durante todas las etapas: desde el desove y la eclosión hasta la conducción hacia su hábitat natural, todo con el fin de preservarlas.

De igual forma, durante octubre del mismo año, 500 tortugas marinas recién nacidas lograron ser liberadas en Buenaventura, a través del apoyo de la Asociación Guardianes del Manglar. Esta organización suele utilizar tortugarios para asegurarse de que la mayor cantidad de estas especies nazcan en su hábitat natural.

Sobre la tortuga Carey en Colombia

Adicionalmente, cabe mencionar que desde 1977 se prohibió la captura y comercialización de esta especie en el país, pues su caparazón ha sido codiciado por comerciantes y consumidores debido a su belleza, lo que ha puesto en el ojo del huracán a estos ejemplares marinos.

La variedad de tonos de marrón sobre una misma pieza y la belleza que encierran los productos hechos con carey —monturas de lentes, abanicos, peines, espejos, polveras, joyeros, aretes— llaman la atención de comerciantes, provocando que, en un momento dado, se convirtieran en artículos de lujo.

De acuerdo con un estudio realizado por un grupo de investigadoras de la Universidad de Antioquia, estos reptiles son una de las especies más sobreexplotada de las tortugas marinas en todo el mundo, su caparazón y carne aún es muy apetecida pese a la prohibición que existe

“La ley en Colombia dice que cuando una especie está en este punto se debe proteger, no se puede pescar, ni cazar, ni sacar de su hábitat. El parque Gorgona se encarga de custodiar el ecosistema donde están habitando estas familias, que son los corales”, indicó la investigadora Cañas Uribe.

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