Expertos explican los peligros de mezclar licor con medicamentos durante la temporada decembrina

Se acerca la temporada decembrina y con ella los peligros de mezclar medicamentos con la ingesta de alcohol, una práctica común que, sin embargo, podría opacar las fiestas de fin de año.

Va más allá de la bien conocida incompatibilidad entre el antibiótico y el licor que, si bien no reduce su eficacia –en la mayoría de los casos– puede restar energías al paciente y provocar que su recuperación sea más lenta, según un informe publicado por Mayo Clinic, en Rochester.

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Si bien “en la temporada decembrina es común el consumo de bebidas alcohólicas, la preocupación es que, si nos ponemos a mezclar cualquier medicamento con alguna bebida alcohólica, sea cual sea, así sea un pequeño sorbo, nos puede potenciar el efecto terapéutico del mismo, aumentando los efectos colaterales o, por el contrario, me corta el efecto del medicamento”, precisó en entrevista para el matutino de Arriba Bogotá, Adriana Prieto, médica farmacológica de la Universidad Nacional.

Ambos escenarios son posibles, incluso, con medicamentos contra el insomnio, cuando menos de uso común, en un país en el 4 de cada 10 personas reportan problemas para conciliar el sueño:

“Comúnmente, en le mercado, conseguimos moléculas para ayudar a conciliar el sueño, una situación a que muchos colombianos nos puede estar afectando, como es el tema del insomnio, pero mezclarlo con bebidas alcohólicas es una falla”, insistió Prieto en conversaciones con el medio citado.

A mediados de agosto del 2023, tras publicar los resultados de un estudio sobre el mercado de estupefacientes, la facultad de Química de la Universidad Nacional alertó que alrededor de 47 nuevas drogas estarían vendiéndose en las principales ciudades de Colombia.

“A través de esta investigación científica se logró establecer que una de las drogas más consumidas de origen sintético, que es la denominada droga tucibi o tuci, luego de realizar esta caracterización química se logró identificar una mezcla de componentes, dentro de los cuales predominaba la ketamina, que es un medicamente de uso veterinario, mezclado hasta con 7 u 8 componentes más, dentro de los que se destaca también el éxtasis; medicamentos de control especial como el tramadol, las benzodiacepinas, y medicamentos de consumo masivo como el ibuprofeno, el acetaminofén y la lidocaína”, explicó el profesor Dennis Ocampo, líder del proyecto.

Más allá de las implicaciones sociales, la puesta en circulación de nuevos alucinógenos, fabricados a partir de mezclas, podría convertirse en un problema de salud pública, pues, sus componentes van desde medicinas tradicionales hasta analgésicos para animales.

“Esta sustancia –dijo Ocampo, en relación con la ketamina– es utilizada dentro de la medicina veterinaria como un analgésico muy potente que se utiliza, precisamente, para hacer procedimientos de uso veterinario. En los humanos, lógicamente, podría producir efectos analgésicos muy potentes y, en unas dosis altas, una intoxicación o, inclusive, hasta la muerte”.

Sus efectos secundarios pueden ir desde una simple intoxicación hasta una sobredosis que conduzca a la muerte del consumidor. “También encontramos los comprimidos que son muy comunes y tienen un mercado bastante amplio, también llamados como éxtasis, que tienen como principio activo este componente que causa gran euforia. Pero adicionalmente, otras sustancias que se vuelven un coctel de gran peligrosidad por esta mezcla que se hace de forma muy clandestina y de forma artesanal”

Desconocer la pureza de la droga, sus componentes y cantidades estaría poniendo en riesgo la vida de quienes son conducidos al nuevo mercado. En conclusión, la “mezcla de estas sustancias puede tener unos efectos antagónicos frente al organismo”.