Para los seguidores de los certámenes de belleza que año tras año veían en sus televisores cómo avanzaba el Concurso Nacional de Belleza, la noticia de que en noviembre de 2023 no se realizaría en el auditorio Getsemaní de Cartagena una nueva edición del evento para elegir a la soberana de los colombianos, los tomó por sorpresa. En la misma fecha, pero en 2022, la representante de Atlántico, Sofía Osío Luna, era coronada como la más bella del país.
No cabe duda que la grave crisis económica que atraviesa el país, seguida de la falta de interés de los seguidores del certamen y la creación de nuevos concursos como Miss Universe Colombia, Miss Earth Colombia, Miss Mundo Colombia y ahora, Miss Grand Colombia, han hecho que el evento de Señorita Colombia se vea afectado por la falta de patrocinadores.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Google News.
Otra de las preguntas que se hacen los missólogos, es el porqué si el país envía mujeres de belleza excepcional a este tipo de certámenes, no resultan vencedoras en la noche final.
Por eso, surge el interrogante de si lo ocurrido en las décadas de los setenta, ochenta y noventa, cuando el narcotráfico mandaba en las calles de ciudades como Cali y Medellín, ha permeado la imagen de las aspirantes en los últimos años.
Cabe recordar que los hombres que formaron parte de la historia del narcotráfico en el país, veían en esas pasarelas una especie de catálogo para escoger a sus acompañantes a la carta, eligiéndolas como novias, esposas o simplemente damas de compañía por una noche y con una jugosa suma de dinero de por medio.
En Infobae Colombia le entregamos un recuento de las reinas que fueron adoradas por los “narcos” en el país, permeando al Concurso Nacional de la Belleza, el Reinado Nacional del Bambuco y otros más locales como el Reinado de la Panela o el de la Guayaba.
Martha Lucía Echeverry
De acuerdo con su descripción en la página oficial del Concurso Nacional de la Belleza, nació en Cartago, Valle, el 8 de agosto de 1956 y se convirtió en la representante por el Valle del Cauca en la edición de 1974. Se trata Martha Lucía Echeverry que se alzó con el título de Señorita Colombia. Con corona y cetro en su mano, se ganó el derecho a representar al país en Miss Universo, en el que se llevó el reconocimiento como la mujer más fotogénica del certamen.
Conocida también por haberse dejado tentar por el narcotráfico en Colombia, al sostener un romance con el temido Miguel Rodríguez Orejuela, recordado por ser la cabeza visible del cartel de Cali. Esto ocurrió cuando dejó atrás las filas del concurso de Raymundo Angulo y comenzó a desempeñarse como relacionista pública del América de Cali, sociedad en la que tenían presencia los hermanos Rodríguez Orejuela.
María Teresa Gómez Fajardo
Fue la representante por el departamento de Antioquia en 1981 y cuado entregó la corona a su sucesora, Gómez Fajardo se casó con uno de los peones de los Ochoa, el rejoneador Dayro Chica. De acuerdo con versiones que rodean a la temida familia de narcotraficantes, recuerdan que cuando la pareja dio el sí frente al altar, uno de los regalos de bodas fue un ajedrez elaborado completamente en oro macizo.
Junto a este se encontraba una nota que decía: “Para que usted vea cómo un peón se puede comer a una reina”, pues con apenas este rango en la familia, logró conquistar a una de las mujeres más apetecidas de aquel año en el certamen de belleza nacional.
Este caso recuerda una reciente entrevista al periódico El Tiempo de Raymundo Angulo, director del Concurso Nacional de Belleza, en la que indicó que el objetivo de los narcos en este tipo de eventos era “cazar como presas” a las participantes, fueran o no ganadoras. Y allí agregó: “Luego, con los años, algunas de ellas se casaron con estos señores, pero eso ya es su vida privada”.
Maribel Gutiérrez Tinoco
La historia recordará a Maribel Gutiérrez Tinoco como una de las reinas más polémicas y cuestionadas en los certámenes de belleza. En la noche de elección y coronación del Concurso Nacional de Belleza, los computadores que auditaban sus puntajes: fallaron. Y, ¿por qué polémica? Pues a su regreso de Miss Universo, en donde no logró una posición destacable, abandonó la corona en Colombia para casarse con un peligroso narcotraficante.
La elección de Maribel Gutiérrez Tinoco fue una de las más controvertidas en los casi 90 años del Concurso Nacional de la Belleza. Varias de sus compañeras de certamen aseguraron en medios de comunicación que durante la concentración llamaba la atención por su extravagancia.
Anillos de diamantes poco antes vistos, choferes cuando el resto de las candidatas iban en bus y autos lujosos e incluso, mitos urbanos de que su vestido llevó bordados en hilos de oro, fueron algunos aspectos que llamaron la atención de la Señorita Colombia 1990.
Al respecto, Mauricio Castro, periodista y experto en reinas, dijo para Infobae Colombia:
“Fue una época en la que los narcotraficantes tenían su propia reina, pagaban porque fuera […] Cuando en plena transmisión los computadores de dañan y ahí tenía que ver un tema de manos negras metidos dentro del Concurso Nacional de Belleza”
Se casó en 1991 con Jairo el Mico Durán, que habría movido algunos hilos en el certamen de belleza alterando los computadores y ubicando a la mujer de su interés como favorita, que nunca se destacó entre los conocedores de reinados y el jurado calificador.
Pero la vida de le daría una sorpresa a la barranquillera y exrepresentante del departamento del Atlántico, ya que un año después de su matrimonio, el Mico Durán fue asesinado, lo que obligó a la exreina a esconderse por una larga temporada en Estados Unidos. Tiempo después, regresó a Colombia, se casó de nuevo y vive lejos del foco público.
“Los narcotraficantes si les enviaban regalos a la candidatas y muchas los aceptaban, otras preferían rechazarlos”, indicó el peridosta en entrevista con este portal de noticias.
“Las reinas del sur” de Colombia
Para 1993 la sombra del narcotráfico continuaba persiguiendo los certámenes de belleza, pues ese mismo año dos participantes al Concurso Nacional de la Belleza enlodaron la imagen de una organización que perdía por segundo año consecutivo el título de Miss Universo con candidatas poderosísimas: Paola Turbay y Paula Andrea Betancourt.
Los nombres de Catherine Sánchez (Amazonas) y Luz Adriana Ruiz (Vichada) retumbaron en los pasillos del concurso y en los principales medios de comunicación. La primera llegó a participar en embarazo y casada con un reconocido narco de la época, y su compañera se casó después con el extraditado Justo Pastor Perafán, pues la exreina se convirtió en pieza clave para manejar las empresas del peligroso hombre.
Ese mismo año, pero en París, la modelo Sandra Murcia se hizo pasar como Miss Universo para codearse con personas influyentes y así, facilitar el ingreso de coca al país en el continente europeo. Conocida como Miss Coca, fue esposa de uno de los integrantes del cartel del Valle que responde al nombre de Efraín Hernández, conocido en el mundo de las drogas como Don Efra.
María Mónica Urbina
Es una de las reinas más recordadas por los colombianos, pues su rostro logró una importante posición en Miss Universo, pero también ha enfrentado una dura vida debido a los señalamientos porque sus parejas han estado vinculadas, presuntamente, con el narcotráfico. En 1987, después de entregar la corona como soberana nacional de la belleza, se casó con Jhon Fabián Vélez, padre de sus hijos Manuela y Nicolás.
El escándalo del divorcio la salpicó 1997 cuando su expareja, al trasladarse a vivir a Armenia, fue señalado de haber tenido nexos con Wilber Varela, alias Jabón. Uno de los familiares de su exesposo, Roberto Londoño Vélez, apareció mencionado en la lista Clinton como testaferro del temido narco. Finalmente, Londoño Vélez fue asesinado y Jhon Fabián Vélez asumió el liderazgo de las empresas, pero corrió con la misma suerte: fue asesinado a tiros en 2010 frente a una prestigiosa peluquería en la calle 109 con 19 de Bogotá.
La exreina de La Guajira se casó en 2011 con el empresario José Gillermo Hernández, conocido como el Ñeñe Hernández, recordado por el escándalo de la ñeñepolítica, que involucró a varios personajes de la vida pública por la compra de votos en la campaña presidencial de 2018 de Iván Duque. Se conocían desde la infancia y el hombre falleció en 2019 en Brasil, asesinado presuntamente por la delincuencia común, aunque otras hipótesis señalaron que su muerte fue consecuencia de su relación con el capo Marquitos Figueroa, a quien le lavaba dinero.
Claudia Azcárraga
Fue representante por el departamento de La Guajira en 1991, siendo nombrada Segunda Princesa en el año en que Paola Turbay se alzó con la corona. Sin embargo, años más tarde fue protagonista de un polémico encuentro con uno de los capos del narcotráfico más temidos de Colombia: Pablo Emilio Escobar Gaviria, pues la exreina le habría dado un autógrafo al antioqueño y esa foto la encontraron en un allanamiento a su morada.
Lo curioso de la fotografía es que tenía una particular dedicatoria, en la que afirmaba que “era su novia preferida”.
“Soy tu novia preferida, gracias por el giro y por las cosas lindas que me regaló para Cartagena. No te olvido, pronto iré a visitarte”, poniendo en evidencia lo que siempre se comentó en las murallas de la ciudad, que los capos financiaban a las candidatas en certamen de belleza más emblemático del país.
Claudia Azcárraga terminó casada con nada más y nadie menos que Roberto Escobar Gaviria, hermano del peligroso capo colombiano. La exreina concedió una entrevista a Noticias Telemundo en la que confesó los terribles padecimientos que vivió junto al capo, pues le hacía probar con antelación su comida para saber si esta estaba envenenada. Cabe destacar que los primeros meses de romance entre la exreina y Escobar, conocido como el Osito, se produjeron en la cárcel de La Catedral, adecuada por el narco para pagar una condena en el país y evitar la extradición.
Y es que de acuerdo con la mujer: “Debía cambiar de carro varias veces para llegar a la cárcel con la alimentación [...] El tener que probarle la comida a Roberto y el esperar media hora y si yo no me envenenaba estando en embarazo, él se la comía”.
El amor se acabó y logró separarse en 2004; sin embargo, aseguró que el capo ejerce demasiada presión sobre ella, por lo que no le permite viajar a determinados lugares, además, de acusarlo de maltrato psicológico.