La tortura de las participantes en los reinados para cumplir los estándares de belleza: tragedias y presiones detrás del 90-60-90

Exparticipantes y conocedores de los certámenes dialogaron con Infobae Colombia acerca del proceso que viven las candidatas para conseguir la corona

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En Colombia, las reinas de belleza suelen someterse a arduas rutinas y a cambios físicos extremos para hacerse con la corona - crédito Jesús Avilés / Infobae
En Colombia, las reinas de belleza suelen someterse a arduas rutinas y a cambios físicos extremos para hacerse con la corona - crédito Jesús Avilés / Infobae

Desórdenes alimenticios, problemas de sueño, ansiedad generalizada y depresión, estos son solo algunos de los conceptos asociados a la belleza que cientos de mujeres asumen, según expertos, debido, entre otras cosas, a los estereotipos que reproducen los reinados. Missólogos y exparticipantes analizaron la realidad que hay detrás de los desfiles y las sonrisas de las candidatas.

Y es que sobre la belleza se han dicho dos cosas puntuales: la primera, que es subjetiva; en palabras del filósofo británico David Hume, “la belleza no es una cualidad de las cosas mismas: solo existe en la mente que la contempla, y cada mente percibe una belleza diferente”; la segunda, defiende que hay estándares establecidos que dependen de la cultura.

David Konstan, académico estadounidense conocido por su trabajo en referencia a los conceptos de emoción y belleza en el mundo antiguo, indicó que “la noción de belleza está inextricablemente vinculada a la historia de la percepción, en general, de la cultura clásica”.

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Tales postulados se han generado debate en la sociedad, ya que algunos insisten en no mirar la belleza física como un factor prioritario que defina a una persona y critican instituciones que parecen ir en contravía de ese esfuerzo, como es el caso de los reinados.

Los reinados en Colombia congregan a cientos de personas que forman equipos profesionales para preparar físicamente a las candidatas - crédito @gabrielatafur
Los reinados en Colombia congregan a cientos de personas que forman equipos profesionales para preparar físicamente a las candidatas - crédito @gabrielatafur

Año tras año, cientos de mujeres participan en decenas de certámenes locales y nacionales, de donde es elegida una representante para la competencia final que pretende escoger a la “más bella del mundo” en Miss Universo. En este sistema, las candidatas deben aceptar reglas que les imponen criterios arbitrarios sobre rango de edad, apariencia física y hasta medidas idealizadas.

El 90-60-90 es bien conocido en el medio como la meta para las que aspiran a la corona. Pecho, cintura y cadera son las tres partes del cuerpo que tradicionalmente se han tenido en cuenta a la hora de buscar el modelo más cercano a la perfección, de acuerdo con los estereotipos que les exigen tener en cuenta a los jurados calificadores.

Cumplir con estas condiciones representa una exigencia que, después de dialogar con expertos, es mucho más severa de lo que se ve frente a las cámaras. Oculta entre la sonrisa casi permanente de las aspirantes y en cada una de las brillantes pasarelas, normalmente hay una tragedia.

El rigor para llegar al 90-60-90

“Están acompañadas por un instructor y un preparador físico. Hay una dieta balanceada especial para cada una, pensando en la salud de las niñas. Todo es personalizado. Hay rutinas exigentes de ejercicio. Con un acompañamiento muy estudiado, se sigue de manera rigurosa día a día o semanalmente. De vez en cuando se abre el espacio para X o Y cirugía que se quieran hacer para subir su autoestima o cosas de ese estilo”, detalló el experimentado preparador Diego Acero en diálogo con Infobae Colombia.

El missólogo e influenciador enfocado en reinados William de la Rosa destacó que no solo es el equipo que acompaña a las jóvenes el que hace un gran esfuerzo, sino que todo al final dependerá de los sacrificios que las concursantes estén dispuestas a hacer, aun cuando eso signifique exponer su salud.

“Va más que todo con el compromiso que tengan. Lo ideal sería que no se excediera en los hábitos. En ese sentido, debería destacarse no a las más delgadas, sino a las que reflejen un cuerpo más sano”, comenzó diciendo el especialista barranquillero en entrevista con este portal.

Conociendo a la perfección lo que pasa tras bambalinas, De la Rosa agregó que, “no estoy de acuerdo cuando veo que hacen dietas estrictas o dejan de comer; en Venezuela supe del caso de una participante a la que le amarraron la lengua con un parche para que no comiera tanto y bajara de peso”.

Salud mental: la gran preocupación

Detrás de todos los casos, comentarios, opiniones y posturas, hay una constante: la salud mental debería ser la prioridad para seguir adelante con esta clase de eventos.

Alejandra Camacho, ex señorita Bolívar (2014) confesó que “más que un reto físico, esto es una preparación mental. Solo hay una oportunidad para brillar. Una vez decides ser reina, o lo haces bien, o lo haces bien”.

Resiliencia y autoestima son dos palabras que también aparecen en las visiones de los expertos. Justamente en ese sentido, Acero había dicho que “puedes tener las medidas perfectas, pero si no trabajas la salud mental previo al concurso que vayas, no sirve de nada”.

Siguiendo con sus declaraciones desde la experiencia propia, Camacho agregó: “Más que cumplir con unas medidas, se trata de ser tu mejor versión hasta donde sea sano y es que muchos no saben que es algo que va mucho más allá que una preparación corporal”.

La exigencia, un camino entre el riesgo y el éxito

Otro punto clave en el expediente reciente de los reinados en Colombia ha sido el de la ardua preparación en tiempo récord que tienen que atravesar las misses para llegar a disputar la banda y el cetro. Valeria Ayos fue testigo de primera mano.

Como pocas, la cartagenera buscó conseguir el título de Miss Universe Colombia en 2020; en su intento sufrió una parálisis facial que la llevó a tener que abandonar la competencia. Comentó a Infobae Colombia que “lo más difícil es convertir los hábitos saludables y las jornadas de entrenamiento en un estilo de vida”.

Rememorando su experiencia, fue sincera y admitió que “muchas veces lo que nosotras tenemos sobre nosotras mismas es mucha exigencia y expectativa, pero tenemos que estar conscientes de cuál es nuestra realidad y hasta dónde podemos llegar. En ese sentido, debemos tener siempre un equipo profesional que nos asesore”.

Valeria Ayos fue una de las cinco finalistas de Miss Universe en 2021 - crédito AFP
Valeria Ayos fue una de las cinco finalistas de Miss Universe en 2021 - crédito AFP

Aseguró que “lo más importante va a ser tener la autoestima fortalecida. Es un ejercicio que se hace mentalmente y viéndonos al espejo”, considerando también que muchas veces el mayor reto es uno de los espejos más crueles: las redes sociales.

“Sin duda, las opiniones que tienden a ser malintencionadas afectan la salud mental de todas las reinas. Hay que buscar un grupo de apoyo que permita permear eso”, sostuvo.

Finalizó asegurando que incluso ella se sobrepasó. “Todas en algún momento nos pasamos un montón. En mi caso ocurrió en la preparación física. Yo no descansaba. Tuve muy poco tiempo de preparación, más o menos un mes. Como uno no quiere fallar en la meta, hubo momentos en los que no me detuve y uno siempre debe tener claro dónde parar”.

Aunque pasó días maratónicos, obtuvo su cometido en 2021, volviendo al certamen. En Miss Universe fue elegida como una de las cinco finalistas.

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