Lucía Aldana, Laura Peñuela y Tania Valencia, exreinas colombianas, le contaron a Infobae Colombia, desde su experiencia, cuál es la razón de la crisis de los concursos de belleza; el preparador de reinas Fabián Chacón y el periodista de entretenimiento Mauricio Castro también sumaron su opinión al respecto.
Según los conocedores, el desinterés de las marcas patrocinadoras, los medios de comunicación y el mismo público ha afectado a los concursos de belleza, que han entrado en crisis debido a la falta de dinero y de audiencia, lo que ha llevado a que estos certámenes, que durante décadas fueron los más vistos, ahora ni siquiera son televisados en el país.
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Quienes forman parte o han participado en este tipo de concursos coinciden en asegurar que la mutación que han tenido los reinados se debe, en gran medida, a que no supieron aprovechar a su favor las herramientas que presta la tecnología y el mundo digital, pues hoy en día las redes sociales hicieron que todo esté a tan solo un clic.
“Ahora la información está a la mano de cada quien. Son las personas las que deciden qué les interesa ver, a qué hora verlo y en dónde hacerlo”, comentó Lucía Aldana.
La aparición de las redes sociales como Instagram, en las cuales mujeres bellas se hacen conocidas sin necesidad de participar en ningún concurso, redujeron el interés del principal motor económico de los reinados, que eran las marcas anunciantes, que se acercaban a estos eventos en busca de la exposición de mediática con el objetivo final de tener a una mujer bella como imagen de sus productos y/o servicios.
Las jóvenes buscaban ser reinas persiguiendo la ilusión de convertirse en modelos, actrices o personalidades de los medios y ser las protagonistas de comerciales y grandes campañas publicitarias, algo que ahora pueden hacer sin necesidad de pasar por un certamen de belleza.
“Cuando participé en el Concurso Nacional de Belleza fui con el objetivo de darme a conocer, hacer contactos y mostrar mi talento. La carrera que construí fue gracias a eso, pero si pierde ese foco, las niñas también van a perder el interés”, comentó Laura Peñuela.
Ahora, las plataformas digitales permiten que tanto las jóvenes como las marcas puedan encontrar otro espacio de exposición, difusión y, lo más importante, una comunicación directa con la audiencia.
Ahora cada mujer, cada marca y cada medio puede encontrar un nicho específico sin tener que acudir a la organización de un certamen para mostrar su talento, belleza, producto, servicio o contenido. Además la evolución alrededor de temas como la belleza, la utilización del físico femenino, la inclusión, la diversidad, entre otros, pusieron en el centro de la polémica los concursos, que fueron criticados por sus estrictos estándares y requisitos, y por lo tanto generaron desinterés en las nuevas generaciones, que no los ven como una competencia que esté de acuerdo con los intereses del público actual.
De otro lado, hay quienes aseguran que el interés de los concursos de adaptarse a estos nuevos estándares flexibilizando las reglas e incluyendo nuevas concursantes como mujeres trans o de talla grande e incluso casadas y con hijos, ha desvirtuado el evento y alejado al público tradicional.
“Siempre he dicho que juntos, pero no revueltos. Cada cosa en su lugar sino termina siendo un sancocho que nadie va entender”, afirmó Fabián Chacón.
Inclusión vs. justicia en los reinados
Los nuevos lenguajes han hecho cambiar el discurso sobre la belleza. La aceptación y el empoderamiento femenino hicieron que la igualdad se volviera un tema global que se tomó todas las industrias. Los reinados no fueron ajenos y acudieron a la inclusión para tratar de empatizar con las nuevas audiencias, que ya no siguen tanto este tipo de competencias.
Abrir los concursos a la inclusión para muchos desplazó la tradición, algunas exreinas, preparadores y periodistas se muestran en desacuerdo con estos nuevos estándares.
“No se puede hablar de igualdad cuando las jóvenes que se preparan bajo unos lineamientos, llegan a los concursos y se encuentran con que se deben enfrentar a otros tipos de belleza e incluso a otro sexo, eso las deja de inmediato en desventaja. Por ejemplo, la actual Miss Colombia, Camila Avella, es una señora, no es una señorita, para eso existen otras competencias como lo es el Señora Colombia”, comentó Mauricio Castro, periodista de La Red de Caracol Televisión.
Laura Peñuela, actriz y cantante, aseguró que abrir la puerta de los concursos de belleza a las mujeres madres, de tallas grandes y trans es algo irresponsable con aquellas que nacieron siendo mujeres, que han trabajado su cuerpo en un gimnasio y que se han conservado siendo disciplinadas y constantes en su preparación.
“Algo que hacía exclusivo los concursos y por tanto los volvía atractivos para el público era precisamente el hecho de verlos inalcanzables. Sus reglamentos eran bastante estrictos y eso nos exigía a las candidatas para buscar ese alto nivel. Nos debíamos esforzar más en cuanto al expresión, la comunicación, la pasarela, el cuidado del cuerpo y demás. El reto estaba en lo difícil que se hacía estar ahí. Es bello que ahora cualquier mujer pueda participar, sin límite de edad, que hasta las mamás lo puedan hacer, pero eso le resta impacto”, aseguró la actriz.
Para la modelo Tania Valencia, el tema de la inclusión más que una bonita causa es un error que en lugar de aportarle a la sociedad crea nuevas divisiones. Considera que los concursos no están haciendo la transición necesaria para su evolución o transformación, sino que simplemente se están subiendo al bus de volverse más inclusivos por estar a tono con las nuevas narrativas.
“No me parece tan chévere que se esté jugando a la preclasificación ni tampoco que se esté cayendo en el cliché de usar el tema de la inclusión como una cuota. Si se extienden los parámetros, más que flexibilidad es exclusión del modelo tradicional, por la tanto creo que lo correcto es crear nuevos concursos en los que una mujer de talla grande pueda competir con otra mujer de talla grande, así mismo una mujer trans con otra trans, pues al final su complexión física es muy distinta”, agregó Tania.
Por su parte, Lucía Aldana, ex Señorita Colombia 2012-2013 y creadora de contenido, comentó que para ella la esencia de la belleza con propósito ha cambiado y se declaró fanática de los concursos de belleza tradicionales.
“En mi caso, soy defensora del Concurso Nacional de Belleza y de sus tradiciones. Siento que el país debe volver a sentir suyo el reinado porque le ha aportado mucho a nuestra cultura, a la idiosincrasia y a la labor social. Este concurso simplemente es sinónimo de Colombia, de alegría de fulgor, de calidez. No soy de seguidora de los nuevos concursos, pero creo fielmente que se hace necesario rescatar propósito inicial del CNB. No se trata de elegir a una mujer bella porque si, se escoge a una representante que va a trabajar y a tomar la vocería de las mujeres, de la niñez y de los más vulnerables, que va recorrer los departamentos y que va a unir las regiones”, expresó Lucía.
El preparador de reinas Fabián Chacón agregó que no está de acuerdo en que se trate de unir algo que no tiene punto de comparación, ya que desde su experiencia formando aspirantes y con varios casos de éxito en su trayectoria, él define los nuevos certámenes como un mix que al final termina siendo nada.
“Los concursos no solo se dejaron permear por la inclusión, lo cual está bien siempre y cuando tenga un nivel de exigencia y se les pidan a las candidatas tener la misma preparación, pero hoy vemos que además de que no hay un enfoque, todo mundo opina al interior de los reinados y eso se refleja en los resultados, se volvieron una sopa a la que le agregan de todo”, comentó Chacón.
Están subestimando al público
Otro de los factores que exreinas, preparadores y periodistas señalan que está afectando los concursos de belleza, es el hecho de no tener en cuenta al público al que se dirigen dichos certámenes, pues se ha dado paso a la idea de que tanto las participaciones como las coronas se pueden comprar.
Tania aseguró que en su época de reinado, en 2013, Raimundo Angulo, presidente de la organización del Concurso Nacional de Belleza, mantuvo una competencia en la que realmente ganaba la que mejor lo hiciera, la que demostrara estar mejor preparada y la que en verdad era la más bella. Sin embargo, con el paso del tiempo ha podido darse cuenta que en nuevos concursos no se le da el mismo manejo.
“Lo hablo por experiencia propia. Amigas mías me han contado y he visto en las transmisiones de concursos en donde se ve cómo las aíslan y no las dejan avanzar para beneficiar a una candidata en específico. La gente no es boba, creer al público idiota hace que se desconecten de los concursos porque no están viendo que sea una competencia sino que por el contrario se volvió un espectáculo armado en el que piensan que las personas son ciegas y no es así, por eso se perdió la credibilidad y la gente se cansó de que jueguen con ellos”.
Laura Peñuela Señorita Sucre en 2009 y presentadora desde hace más de 10 años del Reinado Nacional de la Panela, consideró que contrario a los mensajes que se entregan en las redes sociales, en donde se habla de que la mujer en el presente se valora y acepta a ella misma, no es tan cierto, pues afirmó que en la actualidad las mujeres están persiguiendo otros estereotipos.
“Las mujeres ahora se operan más que antes, ahora se inyectan los labios, se ponen ácido en la cara, se quitan se ponen. De pronto sí nos hemos vuelto más consientes en los hábitos alimenticios y cuidar la salud, pero cuanto belleza natural no lo creo, estamos viendo que se prefiere el camino fácil. Antes la gente valoraba ver una mujer con sus curvas y estilizada a punta de ejercicio”, argumentó Laura.
El preparador Fabián Chacón se quejó de que los nuevos certámenes le están cerrando las puertas al talento local. “El nuevo Miss Universe Colombia puso sus condiciones en las que ellos tienen sus propios preparadores, estilistas, maquilladores y diseñadores extranjeros. dejando a los colombianos por fuera. Esto hace que tampoco exista equidad y calidad como antes en la que cada niña podía escoger a su diseñador y demás”, asegura.
Son muchas las circunstancias que según las exreinas, los preparadores y periodistas estarían afectando la imagen de los concursos de belleza y, en lugar de acercar, volverlos empáticos o sumar audiencias, los están alejando del público, haciéndoles perder el interés. Ahora, tanto las marcas como los medios de comunicación estarían buscando en otras plataformas la manera de promover sus productos, servicios y noticias, al igual que las mujeres prefieren ser creadoras de contenido que reinas.