En el momento cumbre de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), los paramilitares tenían poder, no solamente político y armado, sino también sobre las instituciones de la Fuerza Pública. Cuenta de ello es el relato de Salvatore Mancuso, exlíder paramilitar, ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en el que detalla cómo Carlos Cataño ordenó a coroneles de la Policía que lo liberaran junto a otro grupo de paramilitares que había sido capturado por un teniente.
El testimonio de alias Mono Mancuso se dio en el desarrollo de la audiencia única de verdad ante la JEP en la que entregó detalles inéditos del funcionamiento de las AUC y cómo era su relación con las ramas del poder en el país.
Los detalles que entregó Mancuso fueron determinantes para que la Jurisdicción Especial para la Paz lo acogiera en su régimen y determinara que su participación era clave para la reconstrucción de la verdad sobre el conflicto armado interno de Colombia.
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Los hechos contados por Mancuso se sitúan en 1997 cuando él y alias Jorge 40 llegaron hasta La Guajira para hablar con Santander Lopesierra, alias el Hombre Marlboro, y Juan Francisco Kiko Gómez, para expandir las AUC al norte del país.
“En La Guajira un teniente recién graduado, dicen que escoba nueva barre muy bien, (nos detiene) y cuando nos detiene le dijimos que éramos Convivir, no creyó lo que le contamos que no éramos las autodefensas. Empezó a poner problema, reportó a su comandante, llamó por radio y todo el mundo se enteró, el coronel y comandante de la Policía de La Guajira no quería soltarnos”, relató Salvatore Mancuso.
El entonces comandante paramilitar tuvo que llamar a Carlos Castaño, máximo comandante de las AUC, para que intercediera por él y otro grupo de paramilitares entre los que estaban René Ríos González, alias Santiago Tobón, y Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40.
“En esa situación llamo a Carlos Castaño y le digo: ‘Carlos nos está pasando esto, estoy aquí con Rodrigo Tovar detenido, y con todos los hombres que van conmigo’, también venía René Ríos, que era el que teníamos de comandante allá. Le dije: ‘Nos van a llevar a la estación de Policía y si esto no se resuelve nos van a mandar a una cárcel que queda en Fonseca‘ y me dijo: ‘Déjame y yo llamo un momentico al coronel José Serrano’”, sostuvo el Mono Mancuso.
Según Mancuso, Serrano, que llegó a ser director de la Policía y embajador en Austria, dio la orden al entonces coronel Óscar Naranjo, que también llegó a ser director de la Policía, para que mandara al coronel Danilo Gonzáles a que los liberara.
“Tuvimos que organizar ese tema con el juez, con el fiscal, con los que estaban ahí presentes y hasta disfrazados de policías tuvimos que salir. Dejamos allá a alias el Pájaro y alias el Puma (sus escoltas) porque ya estaban reportados y afuera habían unas manifestaciones grandísimas de los campesinos y tenían temor de que nos lincharan. Cuando nos sueltan nos fuimos disfrazados de policías”, dijo el exlíder paramilitar ante la JEP.
En su relato, Mancuso sostuvo que cuando salieron de la cárcel los recogió un capitán de la Policía que lo escoltó hasta la población de Zambrano para que no lo volvieran a arrestar y allí lo recogió el comandante de la Sijín de Bolívar que lo acompañó en su trayecto hasta llegar a Córdoba.
Salvatore Mancuso dijo que esa vez fue la última que pudo moverse ‘libremente’, porque después de ese episodio le expidieron orden de captura y debió tener cuidado para no ser capturado.