La Procuraduría General absolvió el jueves 16 de noviembre al exdirector del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses Carlos Valdés de cualquier responsabilidad dentro del proceso que buscaba establecer quiénes fueron los funcionarios que determinaron en 2018 que en el cuerpo de Jorge Enrique Pizano no se encontró cianuro.
La versión inicial fue que Pizano, quien murió por un infarto agudo miocardio, fue quien denunció irregularidades y supuestos sobornos en la construcción del proyecto de la Ruta del Sol II.
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¿Qué determinó la entidad?
En un fallo, el ente explicó que esta decisión se tomó desvirtuando y no probado el cargo endilgado a Carlos Valdés, quien presentó su renuncia a la dirección de Medicina Legal a finales de diciembre del 2018, luego de afirmar que en el cuerpo de Enrique Pizano no había cianuro, basándose en los resultados de un rastro de sangre en una toalla que supuestamente utilizó antes de morir. Aunque cuatro días después del fallecimiento de Pizano, murió su hijo Alejandro, quien bebió una botella de agua saborizada que estaba en el escritorio de su padre.
En un fallo de primera instancia, el organismo determinó que Carlos Valdés se rigió en el marco de sus funciones como servidor de la entidad, por lo que la Procuraduría desvirtuó su responsabilidad disciplinaria. La sala de juzgamiento explicó que la conclusión de Medicina Legal no se aleja de lo afirmado por el Hospital de Facatativá (donde aseguraron que la muerte de Pizano se debió a causas naturales), por lo que quedarían sin razón las afirmaciones de que las declaraciones sobre el diagnóstico fueron emitidas sin rigor.
“Una vez se hizo la necropsia clínica, es decir, una muerte por causa natural y de tipo cardiaco, lo que desvirtúa que se hubiesen emitido afirmaciones indebidas y carentes de rigor científico (...)”, dice en el fallo. Mencionan, además, que prueba del actuar de Carlos Valdés fue su renuncia a la dirección de Medicina Legal, asumiendo la responsabilidad por las declaraciones, y recuerdan acompañar uno de los dictámenes de la Fiscalía que establecía que no había justificación para concluir que la muerte de Pizano se causó por envenenamiento.
“No se tiene sustento en un análisis de la totalidad de los elementos de prueba arrimados a la investigación, porque además de las piezas analizadas (...) de las cuales se concluye que su muerte fue natural, se cuenta con peritajes practicados en las muestras de histopatología y humor vítreo de JORGE ENRIQUE PIZANO, y contrario a los resultados del joven Alejandro Pizano, estos han sido negativos para presencia de cianuro”.
La Procuraduría concluyó el comunicado mencionando que las partes pueden presentar recursos de apelación para discutir la determinación del órgano.
Fiscalía sostuvo que la muerte del hijo de Enrique Pizano fue accidental y solicitó que el caso sea cerrado
La Fiscalía solicitó a un juez de Paloquemao en Bogotá cerrar el caso de la muerte de Alejandro Pizano -hijo de Jorge Enrique Pizano-, porque esta sucedió accidentalmente luego que el joven tomara agua de una botella que contenía cianuro y que su padre había preparado antes de morir:
“Jamás el señor Jorge Enrique tuvo ningún tipo de intención de hacerle daño a nadie y mucho menos a algún miembro de su familia”, señaló el fiscal Carlos Mauricio Escobar. Añadió a su relato: “Simplemente lo que ocurrió, de acuerdo con todo el material probatorio que he exhibido, es que el señor Jorge Enrique, pues preparó ese día la botella con agua y efectivamente le sobrevino una muerte repentina”.
El funcionario judicial enfatizó en que la necropsia al cuerpo de Jorge Enrique Pizano también se demostró que no había rastros de cianuro y que la causa real de su deceso se dio por una falla cardiaca en noviembre de 2018.
“Lamentablemente, la botella quedó en el escritorio de Jorge Enrique y de esa botella de agua es que toma Alejandro de manera accidental y fortuita”, explicó también que no existe ninguna lógica en que hubiese una tercera persona que tuviera el propósito de asesinar al joven.
Durante la audiencia, la Fiscalía sostuvo que Jorge Enrique Pizano había manifestado sus intenciones de acabar con su vida por el temor que tenía de ser capturado por las autoridades después de que se conociera el escándalo ocasionado por los sobornos de la multinacional Odebrecht en el proyecto Ruta del Sol II: “Jorge Enrique preparó la botella con cianuro, pero le sobrevino el paro cardiaco y de manera accidental es que Alejandro ingiere el agua que su padre había preparado”.