Un suceso lamentable marcó el cierre de este puente festivo en Bucaramanga: el trágico accidente de tránsito entre un tractocamión y una motocicleta dejó sin vida a Jaider Camilo Suárez Tobón, un niño de tan solo 10 años.
Los hechos ocurrieron entre Centro Abastos y La Cemento, frente al barrio Villas de San Ignacio, al Norte de la ciudad. A pesar de la conmoción que generó este incidente, aún se desconoce con certeza qué llevó a esta colisión que terminó arrebatando la vida del pequeño, que viajaba como parrillero en la moto conducida por su padre, Carlos Alberto Suárez, de 27 años.
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La comunidad, consternada, reaccionó con indignación ante la tragedia, intentando linchar al conductor del tractocamión, identificado como Jorge Arias Álvarez, residente del municipio de Abrego, norte de Santander. Las autoridades, en una acción rápida, lograron evitar la violencia y trasladaron al conductor a la estación de policía norte.
Los informes oficiales señalan que el accidente tuvo lugar a las 7:40 de la mañana del lunes 13 de noviembre. La moto, de placas FAY-34B, se dirigía hacia el barrio Bavaria, cuando fueron impactados por el vehículo de carga pesada, de placas JYM-724. Testigos relatan que la moto quedó atrapada bajo la ‘mula’, arrastrada unos 20 metros, con el cuerpo del menor quedando sobre la vía, perdiendo la vida de manera instantánea.
La reacción de la Policía Metropolitana de Bucaramanga fue crucial para mantener el orden en el sitio del accidente, evitando que la tragedia se incrementara, pues la comunidad estaba ensañada en golpear al conductor sin siquiera indagar sobre la responsabilidad del accidente.
La patrulla del cuadrante 1-2 aprehendió al conductor del tractocamión, evitando así que la comunidad tomara justicia por mano propia. La Dirección de Tránsito de Bucaramanga asumió la investigación para esclarecer los motivos del fatal suceso.
Mientras la comunidad llora la pérdida de una joven vida, las autoridades buscan respuestas y se plantea una vez más la necesidad de medidas que prevengan tragedias similares en el futuro.
Murió asesinado hombre que en octubre había sobrevivido a un acto sicarial
En la capital de Santander, un nuevo episodio de violencia estremeció a la comunidad el pasado domingo 12 de noviembre. En el barrio San Alonso, específicamente en la calle 17 con carrera 33 A, un hombre identificado como José Luis Chaparro fue brutalmente asesinado dentro de una institución de rehabilitación ortopédica. Sicarios a bordo de una motocicleta perpetraron el crimen, disparando sin mediar palabra contra la víctima, quien falleció en el lugar.
El comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, el coronel Diego Pinzón, describió la escena como un ataque indiscriminado, destacando la gravedad de las heridas que llevaron a la muerte inmediata de Chaparro. Los agresores emprendieron la huida, dejando tras de sí un rastro de violencia que ha aumentado en la capital de Santander.
El caso tomó un giro impactante con la revelación de grabaciones de cámaras de seguridad, donde se muestra cómo los sicarios, camuflados como clientes, dispararon a Chaparro y le robaron un maletín. Este hecho se suma a los antecedentes judiciales del fallecido, involucrándolo en diversos delitos a lo largo de los años.
La víctima, José Luis Chaparro, ya había enfrentado un atentado a mediados de octubre, resultando herido en un ataque sicarial. Además, la violencia no se limita a casos individuales, ya que la capital de Santander también ha sido testigo de riñas con armas cortopunzantes entre jóvenes en inmediaciones de instituciones educativas. Los residentes del área señalan que estas situaciones no son incidentes aislados, sino parte de un patrón que amenaza la seguridad y la convivencia en la ciudad.
La comunidad se cuestiona sobre la falta de intervención de las autoridades y la ausencia de responsabilidad parental en la prevención de estos eventos.