El “sueño americano” de dos huilenses terminó convertido en una pesadilla, luego de que el pasado 30 de octubre, cuando intentaban cruzar la frontera de México para llegar a los Estados Unidos, fueran secuestrados por bandas delincuenciales mexicanas que les están exigiendo millonarias sumas de dinero a sus familiares para poder liberarlos.
Las víctimas en la trágica historia fueron identificados como Sebastián Gaviria y Yesenia Mendoza, una pareja de amigos oriunda de Neiva, quienes decidieron migrar a Estados Unidos en busca de un futuro mejor para ellos y sus familias.
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De acuerdo con el relato de sus familiares -entregado a la revista Semana-, los dos amigos decidieron aventurarse a perseguir el llamado “sueño americano” y, a través de una empresa en Florencia (Caquetá), programaron un viaje a Ciudad de México (México) desde donde partirían a Cancún para tener dos días de descanso y luego continuar hacia Tijuana, donde cruzarían la frontera hacia los Estados Unidos.
Con lo que no contaban los dos colombianos es que en el último vuelo que tenían para desplazarse hasta Tijuana, la Policía de México no los dejaría abordar por lo que, según el citado medio, los llamados “coyotes” les dijeron que para llegar a los Estados Unidos tendrían que cruzar por Ciudad Juárez.
El comienzo de la pesadilla
Según lo dicho por sus familiares al diario argentino La Nación, la pareja de amigos pisó territorio mexicano el 27 de octubre, y el último contacto que tuvieron con ellos fue el lunes 30 cuando, en su camino a Ciudad Juárez, fueron secuestrados por una banda delincuencial.
“Ellos compraron un tour para pasear allá, estuvieron dos días en Cancún y después tenían que tomar un vuelo que los acercara a la frontera, pero la policía de migración mexicana no los dejó abordar. El señor, que era el guía, les dijo que tenían que irse a ciudad Juárez y camino a ese destino un carro les salió al paso, los bajaron del carro y se los llevaron secuestrados, creo que era en Tijuana”, relató Mireya Gaviria, tía de Sebastián, al medio en mención.
Las versiones del secuestro de los dos jóvenes son confusas. Según lo dicho por la tía de Sebastián, mientras algunas versiones apuntan a que fueron cuatro personas las que perpetraron el plagio, otros dicen que fueron más. Lo que si bien es cierto es que, de acuerdo con la mujer, ella y su familia no supieron de lo que había ocurrido hasta el miércoles 1 de noviembre, tres días después de que el hecho fuera ejecutado.
“Los llamábamos, les enviábamos mensajes y no había respuesta. Fue el miércoles de esa semana, que realmente nos enteramos de que estaban secuestrados, esto fue a través de un amigo, la angustia fue grande, el desespero terrible y dos días después nos llamaron y nos enviaron una foto de Sebastián, diciéndonos que ellos lo tenían”, contó la mujer al diario argentino.
Pero la angustia y zozobra de los familiares de los jóvenes no terminaría ahí. Dos días después, la tía de Sebastián fue contactada por los secuestradores, quienes le exigieron 20.000 dólares para poder liberarlo.
Entre la angustia del momento, la familia de Sebastián logró reunir 2.000 dólares y, con la esperanza de que el monto pudiese darle la libertad al joven, decidieron consignarlo. De acuerdo con lo dicho por Mireya a la revista Semana, enviaron la suma a una cuenta de BanCoppel a nombre de Claudia Meras.
Con lo que no contaban era que el monto no sería suficiente para los secuestradores, quienes les advirtieron que si no reunían otros 13.000 dólares no liberarían a su sobrino.
“Es un temor terrible, el miedo de que a cualquier momento nos enteremos de lo peor y a eso se suma una sensación de impotencia, ya que hemos acudido al Gaula, pero nos dijeron que estaban de brazos cruzados y la muchacha que nos atendió, dijo que enviaría un código a las asociaciones internacionales contra el secuestro y efectivamente desde México llamaron a la mamá de Sebastián”, expresó Mireya en diálogo con el diario La Nación.
La situación de Yesenia, la otra colombiana secuestrada en México
Pero el caso de Yesenia tiene un componente adicional: aunque también fue secuestrada junto con Sebastián, la familia de la joven conoció que tras el plagio fue vendida a otra banda delincuencial, hecho por el cual terminó siendo separada de su amigo.
“El 4 de noviembre, Yesenia me llamó llorando y me dijo que la habían vendido a otro grupo y me pidieron el número del papá o la mamá. Llamaron al papá, hicieron una videollamada y apareció ella con un fusil en la cabeza”, confirmó su tía Rosmine Pinzón a la revista Semana.
Desde entonces, la familia de la joven ha recibido audios de ella diciendo que está bien, junto con la exigencia de que si no le consignan 15.000 dólares a la banda, no la liberarán.
“En todos estos días hemos seguido igual y ya nos dicen que están aburridos de tenerla, pero les he dicho que no tenemos plata para enviarles esa suma. Yo vivo de la venta de envueltos, pero ellos dicen que no les importa. Desde el 6 de noviembre no se comunican”, indicó Pinzón al citado medio.
Familiares denuncian que no han recibido apoyo de las autoridades colombianas
Pero como si la angustia del secuestro no fuera suficiente, las familias de los dos jóvenes denunciaron a la revista Semana que, a la fecha, no han recibido atención por parta del Ministerio de Relaciones Exteriores. En diálogo con la publicación bogotana, Yuli Gaviria, hermana de Sebastián, dijo que viajó desde Neiva para acudir a la Cancillería pero, pese a ello, no la atendieron de manera presencial.
“Me dijeron que me atendían por una línea, esperé como tres horas y luego que debía llamar a otro número para contar el relato. Me dijeron que debía enviar la información por correo electrónico, me dieron un radicado y ahora debo adjuntar las pruebas y buscar el registro civil para demostrar que es mi hermano”, aseguró la joven al citado medio.
A su vez, los familiares de Yesenia sostuvieron a la publicación bogotana que en la Embajada de Colombia en México tampoco “nadie da razón, no saben nada”.
Por ahora, lo único que se sabe es que la Cancillería aseguró que se contactará con la familia de los jóvenes para apoyarlos en el caso, según conoció Semana. Mientras tanto, ambas familias continúan haciendo lo imposible para lograr la liberación de Sebastián y Yesenia.