Tragedia de Armero: 5 lecciones que aprendió el país para que un desastre así no vuelva a repetirse

Después de 38 años de la tragedia de Armero, el país cuenta con diferentes mecanismos para prevenir que se repita un desastre de tal magnitud

Guardar
Hijos de Armero completando su
Hijos de Armero completando su duelo más de 30 años después - crédito Colprensa.

El 13 de noviembre de 1985 una erupción del volcán Nevado del Ruiz y los flujos de lodo que produjo ocasionaron el mayor desastre del que se tiene registro en Colombia: la tragedia de Armero, que dejó 25.000 fallecidos y miles de heridos.

Para conmemorar los 38 años de ese episodio que nunca más debería repetirse, el Servicio Geológico Colombiano (SGC), la entidad encargada de monitorear la actividad volcánica en el país destacó cinco lecciones que esa tragedia dejó y que ayudarán a prevenir que ocurra otra tragedia de esa magnitud.

Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.

Se pueden prevenir las tragedias: Lo primero que destacó el SGC es que, aunque no se pueden predecir las erupciones volcánicas, sí se pueden prevenir los desastres derivados de estos eventos naturales.

Un ejemplo de ello fue la erupción del volcán Nevado del Huila de 2007, cuando se generaron flujos de lodo mucho más voluminosos que los del Nevado del Ruiz en la tragedia del 85, pero la reacción oportuna de las autoridades y las comunidades permitió proteger la vida de cientos de personas.

La importancia de que el ordenamiento del territorio tenga en cuenta la información geocientífica: Las administraciones locales tienen gran responsabilidad en la prevención o reducción del riesgo mediante el ordenamiento del territorio. En 1985 se socializó un mapa de riesgo del Nevado del Ruíz y las consecuencias que habría si hacía erupción, pero esa información no fue tenida en cuenta.

El SGC resalta que es fundamental que las administraciones locales tomen decisiones sobre el ordenamiento territorial con base en la información geocientífica. Además, destaca que ha desarrollado 14 mapas de amenaza volcánica en todo el país.

Remanente de la cúpula de
Remanente de la cúpula de la Iglesia de Armero, que fue arrasada por el lodo - crédito Servicio Geológico Colombiano.

Colombia necesita un sistema de monitoreo volcánico: En 1985 Colombia no contaba con un sistema de monitoreo volcánico en tiempo real, lo que impidió saber que el volcán Nevado del Ruiz estaba haciendo erupción. Para ese entonces, según comenta el SGC, se contaba con una red de monitoreo portátil que implicaba el desplazamiento de los investigadores a las estaciones ubicadas en el volcán y sus alrededores para recoger periódicamente la información.

Luego de la tragedia, con el apoyo de Estados Unidos, Colombia implementó un sistema de monitoreo en tiempo real que actualmente cubre a 25 estructuras volcánicas activas. Esa tecnología emite información en tiempo real tanto a las autoridades encargadas de la gestión del riesgo volcánico, como a la población en general.

La información oportuna y veraz salva vidas: El SGC destacó que más de 25.000 personas perdieron la vida en la tragedia de Armero por desinformación. Si los habitantes del municipio hubiesen recibido información a tiempo del enorme riesgo que corrían, habrían tenido horas para abandonar el lugar.

Los científicos en ese entonces no tuvieron acceso a canales de difusión lo suficientemente amplios. Pero a partir de la tragedia, el país se ha esforzado en fortalecer sus sistemas de monitoreo y en difundir la información de manera permanente sobre la amenaza volcánica, tanto para las autoridades como para la comunidad en general.

Los hijos de Armero completan
Los hijos de Armero completan su duelo más de 30 años después - crédito Colprensa.

Se debe consolidar la cultura volcánica en el país: Colombia es un país de volcanes debido a su ubicación geográfica y características geológicas.

El SGC explica que, a lo largo de la cordillera Central, desde el departamento de Nariño y hasta Caldas, hay cerca de 50 volcanes y más de la mitad están activos. Es importante que las comunidades que habitan cerca de estas zonas conozcan su entorno, la historia del volcán, las amenazas que podrían afectarles en una eventual erupción y, sobre todo, qué deben hacer para salvaguardar la vida en una situación así.

Guardar