El conflicto armado que vienen protagonizando Israel y Palestina desde el pasado 7 de octubre ha vuelto a poner dicha región en boca del mundo entero, tanto por la acción terrorista del grupo extremista Hamas, como por la respuesta del Gobierno de Benjamín Netanyahu que le ha valido cuestionamientos por parte de distintos líderes mundiales por la crisis humanitaria que ha generado en la Franja de Gaza.
Colombia no ha sido ajena a esta confrontación armada, pues las restricciones de movilidad aérea afectaron a una expedición de turismo religioso realizada por el Padre Chucho, que obligó al Gobierno colombiano a disponer de aviones militares para evacuar a los turistas afectados.
Según datos del Portal Único del Estado Colombiano, actualmente hay 1.475 colombianos residentes en Israel. Y entre ellos se encuentra Sarah Mintz, antes conocida como Maritza Rodríguez, que tras su conversión al judaísmo ortodoxo en 2018 se retiró de la actuación por tiempo indefinido luego de cautivar a Colombia y América Latina con sus papeles en Doña Bárbara, Amantes del desierto, Rafael Orozco, el ídolo o El señor de los cielos; asumió su actual nombre y se mudó con su pareja Joshua Mintz a Israel.
Ahora puede seguirnos en WhatsApp Channel y en Google News.
Recientemente, Sarah fue reconocida por la publicación The Algemeiner, semanario norteamericano orientado a la comunidad judía, como una de las 100 personas que influyen más positivamente en la misma. A raíz de este reconocimiento habló con People en Español y destacó lo significativo que era para ella ser destacada como una figura tan reconocida en dicho entorno:
“Tiene un significado doble, no solo porque me han elegido una de las 100 personas que influyen positivamente en la vida de los judíos en el mundo, sino también por mi background. Estás reafirmando mi judeidad y eso tiene un valor agregado (...) Mi alma me decía, ‘tu búsqueda está en otro lugar, tu trascendencia, tu propósito en la vida es regresar a tu esencia que es tu alma judía’. Con la gente que estoy en este listado es increíble, me quedé como cuando uno gana un Óscar, jamás me lo hubiera imaginado”
La breve charla abordó justamente el drama del actual conflicto armado entre Israel y Palestina y destacó que en el mismo momento en que tenía lugar la entrevista había bombardeos en curso. Y no solo en el sentido militar del término. “Hay otro bombardeo cibernético muy cruel donde ves las noticias. Con todo esto que está pasando, el dolor y la dinámica del día a día es distinta, es entrecortada, pero todo continúa”, indicó.
Como viene sucediendo de manera generalizada durante el último mes, Sarah ha tenido que lidiar con los comentarios contrarios al judaísmo y los israelíes por causa de este largo conflicto y su papel en el mismo, pero muy particularmente por el hecho de que tanto ella como sus hijos siguen su vida con relativa normalidad:
“Hay muchas críticas de cómo es posible que te vayas a trabajar y dejes a tus hijos en la escuela. ¿Qué quieres que haga? El mundo sigue y uno está en lo que tiene que hacer, salgo a hacer el súper”
Eso sí, dejó en claro que en Jerusalén, donde vive Sarah junto a su familia, ya son perceptibles las consecuencias del conflicto y la derivada crisis humanitaria:
“Jerusalén no está cerca de la Franja de Gaza, pero vas por la calle y hay gente desplazada, hay niños de otras ciudades. En la sinagoga hay gente nueva, los hoteles están llenos de gente, hay lugares con familias desplazadas sin comida, es un sabor extraño. Continúas la vida sin saber cuándo esto va a terminar, si se va a poner peor, las acusaciones, el odio que hay… yo solo digo que hay que continuar mostrando luz, consciencia y la parte buena que uno es”