Así es el dominio de la guerrilla la serranía del Perijá, donde fue liberado el papá de Luis Díaz

El terreno es inhóspito y de difícil manejo, y ocurren con frecuencia asesinatos, homicidios y saqueos

El lugar está lleno de recursos, se ubica entre Colombia y Venezuela - crédito Ángela Quiróz/ César Vallejo/Universidad Nacional

El lugar donde se encontraba retenido ‘Mane’ Díaz, papá de Luis Díaz, jugador de la selección Colombia, es un escenario que se extiende entre los municipios de La Paz, San Diego, Manaure y Agustín Codazzi en Colombia, pues la Serranía de Perijá también llega a la zona fronteriza con Venezuela.

Allí, según un informe de la Defensoría del Pueblo, hay bandas delincuenciales formadas aparentemente por indígenas yukpas venezolanos, que mantienen en jaque a los campesinos de Sabana Rubia (Cesar).

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Según le dijo el exconcejal de San José de Oriente, Vladimir Yarumo, a El Tiempo “esa problemática se viene presentando hace muchos años. Antes de la desmovilización de las Farc, quedó un camino abierto que comunica a la población de Machique (Venezuela) con la serranía. Por allí han estado subiendo los indígenas yukpas de ese país”.

Para los residentes el centro de esta problemática gira alrededor de los crímenes, atropellos, robos continuos y saqueos que afectan desde hace largo tiempo a la población de la zona. De acuerdo con lo dicho por los campesinos, los grupos empezaron a delinquir a través del contrabando de ganado que provenía de Venezuela, y que les permitió recorrer una cantidad inmensa de trochas, caminos y cruces fronterizos que la atraviesan, lo que los convierte en expertos conocedores en el terreno cruzado por montañas.

La Serranía del Perijá es un corredor crucial para las actividades delictivas del ELN - crédito Mapa de Colombia

Por otro lado, el informe de la Defensoría, cuya fecha data del 2021, asegura que “cuando esta actividad ilegal dejó de ser rentable (contrabando de ganado), y probablemente capitalizando el malestar que algunos de ellos pudieron haber tenido al haber sido estafados por ciertos finqueros que los contrataron como jornaleros, los llevó rápidamente a redireccionar sus objetivos hacia la comisión de otro tipo de delitos y crímenes”.

Además, se presume que las bandas de la zona realizan actividades ilícitas en ambas partes de la frontera utilizando armas cortopunzantes, al igual que de fuego (corto y largo alcance). “Las víctimas son sometidas a toda suerte de abusos y vejámenes, sellando su agonía con homicidios horribles”, señalan algunos de los residentes.

Por otro lado, el informe de la Defensoría manifiesta que, desde Venezuela, los criminales ingresan las armas a territorio nacional a cambio de clorhidrato de cocaína, lo que convierte a la Serranía del Perijá en un estratégico corredor para el narcotráfico.

Una fuente que prefirió mantenerse en reserva indicó que “estos hechos de violencia, desencadenan un riesgo inminente para los campesinos de estas zonas, teniendo en cuenta que tienen una situación de desamparo y desprotección”.

La importancia de la Serranía para el ELN

El ELN nació en Santander y ha llevado sus luchas e intereses políticos a diferentes territorios del país, llegando al Magdalena Medio y la Serranía del Perijá. Allí el ELN hace presencia en la zona rural de seis municipios de las zonas medias y altas de la Serranía del Perijá, a través del Frente de Guerra Oriental, que se encargó del secuestro de Mane Díaz, pero sus dinámicas armadas están más ligadas al Norte de Santander.

Dentro del conflicto armado, la lucha por el control de rentas sobre las economías legales e ilegales que se desarrollan en el corredor de la Serranía del Perijá resultó funcional en el nacimiento de los primeros grupos armados, la llegada de las guerrillas y la posterior entrada del paramilitarismo, pues históricamente, se ha caracterizado por ser un corredor de narcotráfico que comunica a Norte de Santander con la costa y por albergar economías ilegales, como el contrabando de enseres, gasolina y ganado.

Vereda El Cinco ubicada en la cordillera de la Serranía de Perijá, en la frontera entre Colombia y Venezuela - crédito Andrés Cuervo/Wikimedia Commons

Según la Comisión de la Verdad, estos territorios fueron permeados por la bonanza marimbera y dieron inicio al narcotráfico en el país, por lo cual incentivó el surgimiento de ejércitos privados dedicados al cuidado del cultivo y el tráfico del producto.

El negocio de la marihuana permeó importantes sectores del Estado y la sociedad, construyendo bases y estructuras para el desarrollo de las economías ilegales que luego dieron pie al auge de la cocaína. Los territorios étnicos ubicados en este corredor fueron utilizados como zonas de refugio y retaguardia, donde las guerrillas como el ELN establecieron campamentos, ejercieron control social sobre la población, mantuvieron secuestrados en cautiverio y reclutaron a miembros de las comunidades.