Rock Al Parque 2023 desde el punto de vista de sus curadores: “El festival evoluciona por sí mismo”

Bogotá y el Parque Simón Bolívar se preparan para recibir una nueva edición del Festival Rock Al Parque, que marca el cierre del año para el ciclo de Festivales al Parque organizados por el Instituto Distrital de las Artes (Idartes).

Con un cartel protagonizado por actos como Aterciopelados, Julieta Venegas, Los Auténticos Decadentes, Los Pericos, In Flames, Overkill, LosPetitFellas, Javiera Mena, Cabra, La Vida Boheme entre otros artistas nacionales e internacionales, generó sensaciones encontradas entre el público en redes sociales, como es usual en la historia reciente del evento que llega en un momento muy particular de su historia.

Entre la cada vez mayor oferta de eventos privados en la ciudad, (incluida la presencia de un competidor directo como el Festival Cordillera), la edición 27 del festival será la primera desde la salida de Chucky García, que ejerció como curador del evento entre 2014 y 2022 y marcó una etapa donde se buscó una mayor apertura a otros estilos (incluso se instaló una carpa de electrónica en la edición de 2015) a pesar de las críticas de un sector del público que no vio con buenos ojos esta decisión.

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Sumado a lo anterior, es la última edición durante la gestión de la alcaldesa Claudia López, y la inminente llegada de Carlos Fernando Galán al Palacio Liévano plantea la posibilidad de que nuevas personas estén a cargo de todo el programa de Festivales al Parque.

Con ese panorama, la Gerencia de Música de Idartes determinó la creación de un comité de tres curadores conformado por Héctor Mora, reconocido periodista musical y locutor de Radiónica; Camila Rivas, presentadora, entre otros, del programa Resonantes de Canal Trece entre 2020 y 2023, y Rodrigo Duarte, gestor cultural reconocido por su trabajo en el Bime, encuentro internacional de industria musical que se realiza en Bilbao (España) en 2013 y que desde 2022 tiene una edición anual en Bogotá.

Los tres curadores hablaron con Infobae Colombia acerca de lo que rodeó la configuración del cartel para la edición 27 de Rock Al Parque y aprovecharon para desmentir algunos aspectos sobre la realización del festival que durante años se han dado por sentados entre el público. Prueba de ello es que los tres, empezando por Héctor Mora, recalcaron que la visión de un evento tan querido por los bogotanos no obedece al mero capricho de los curadores, sino que a la larga sigue unas directrices dictadas desde la Gerencia de Música, encargada de gestionar el programa de Festivales Al Parque.

Sobre el gran reto para este año habló Camila Rivas. “Nos acercamos a la tercera década de existencia del festival, y entre los últimos años se ha hecho un proceso interesante para fortalecer la relación con los públicos”, reflexionó sobre la gestión anterior, destacando que cada vez hay un público más joven interesado en asistir:

Rodrigo Duarte recalcó que si algo ha caracterizado a Rock Al Parque a lo largo de los años es el cambio. “La ciudad cambia, los públicos cambian, nosotros cambiamos… El Festival evoluciona por sí mismo y lo que prima finalmente es el proyecto, no el individuo”, indicó.

Los curadores también se manifestaron sobre la elección de las bandas distritales, otro tema que suele causar controversia en los últimos años. Inicialmente, explicaron que son procesos distintos, puesto que los curadores se encargan de elegir los artistas invitados nacionales e internacionales, y un jurado independiente elige a los artistas distritales beneficiados por el programa de estímulos.

Este jurado, según explicó Rodrigo, es elegido por la Gerencia de Música y en la edición de 2023 se designó a Jorge Mackenzie, líder de la agrupación de thrash metal Neurosis, Fernando Del Castillo, vocalista de las 1280 Almas, y a la chilena Claudia Pereira, reconocida booker que ha representado varios actos internacionales participantes en Rock Al Parque durante los últimos años. Ellos eligieron a los 20 artistas ganadores de la convocatoria distrital.

Por otra parte, Duarte desmintió denuncias de que el jurado haya influido en la elección de las bandas distritales, debido a las críticas recibidas en redes sociales por la baja representación del heavy metal y el punk en el cartel. “Nosotros si podemos asistir, y si fuimos (a las audiciones en la Media Torta), para hacernos una idea de cuáles son los artistas. Pero nos enteramos de los ganadores como todos los cristianos”.

La verdadera complejidad, según reconocieron los tres curadores, es la de ubicar a los artistas distritales de manera armónica con los invitados nacionales e internacionales. “Uno empieza a armar ese tetris para que haya una coherencia”, indicó Camila.

Cuando se juzga el cartel de un festival de música, siempre suele hablarse de “apuestas” por determinados artistas. En unos casos se debe a la presencia de una banda novedosa en el panorama que tiene una posición privilegiada en el cartel, y en otros por desafiar lo que se da por sentado en el evento. Con Rock Al Parque no es la excepción, y la carga que representa tener el “rock” en su nombre abrió desde los mismos inicios del festival un debate bizantino alrededor de lo que significa dicho terminó, así como sobre lo que está dentro y fuera de él. Es una discusión que trasciende al festival, por supuesto, pero adquiere un significado especial para los amantes del género al tratarse de un evento público.

Por eso, cuando se les preguntó a los programadores por la gran apuesta del festival para 2023, afirmaron que lejos de haber un solo artista que perfile al público asistente, la diversidad es la clave. “No es un festival pensado para solo unas personas todo el día, sino para toda Bogotá, muchos estilos, por tres días”, indicó Camila Rivas, añadiendo que Rock Al Parque “nunca se construye alrededor de una banda, un headliner o un invitado”. Sobre esa noción de diversidad, explicó que el cartel de este año “es una oportunidad que pueden hacer parte del mismo universo, pero lo exploran desde otras narrativas. A veces desde lo lírico, a veces desde lo musical, a veces desde lo estético”.

La amplitud de lo que significa el rock también fue un tema que se abordó en la charla, y recordaron el enfado de un sector del público con la incorporación al festival de artistas como ChocQuibTown, Manuel Medrano o más recientemente las Kumbia Queers. Rodrigo apuntó que para él, dicho término “a título personal, sencillamente no son más que fronteras mentales e invisibles, porque la música es una sola, finalmente”. Camila apuntó que a su juicio las guitarras siguen marcando la parada en el cartel:

A pesar de que la amplitud de rango en el rock es tangible, entre los detractores de lo que ha menudo se ha tachado como “inclusión forzada” se suele señalar que esta tendencia de ampliar el espectro sonoro no se aprecia con la misma intensidad en los otros festivales al parque.

Al preguntar el motivo a los curadores, Hector Mora matizó que, en principio, estas son directrices dadas por la Gerencia de Música, no propiamente por los curadores. No obstante, en una noción más personal señaló que al final el rock se define por su búsqueda de la libertad, en todos los sentidos. “¡Me llama la atención que muchos fanáticos del rock son más papistas que el papa!”, indicó el periodista y locutor. Añadió también que hay discusiones más importantes que una cuestión de géneros:

Rodrigo Duarte compartió la postura de Mora, y añadió que de todos modos ya se están dando estos pasos en los otros festivales al parque, apuntando en particular la presencia del cantante de merengue Wilfrido Vargas en Salsa al Parque, que también causó un fuerte debate entre los cultores de la salsa. “La intención de estos festivales es crecer a la par con el público. Es un tema de responsabilidad de ambas partes”, señaló, y hasta pronosticó que se pueda abrir un segundo escenario en Hip Hop al Parque para abarcar manifestaciones contemporáneas del género.

El programador añadió que en todo caso esta clase de cambios no se dan de un día para otro. “No es como que vayamos a tener a Tego Calderón cerrando Rock Al Parque”, apuntó a modo de broma. Duarte hizo hincapié en que no hay nada de improvisado en la visión que tiene Idartes alrededor de lo que debe ser Rock Al Parque en el presente y el futuro, y se distanció de cualquier noción de purismo relacionada con la música rock:

Mientras las discusiones sobre la razón de ser de Rock Al Parque continúan, el montaje de los tres escenarios que albergarán tres días de música ya está en marcha, mientras se espera con expectativa lo que desencadene para los festivales al parque la llegada del próximo alcalde de la ciudad.