Las fuertes lluvias que se han venido presentado en gran parte de Colombia tienen en alerta a los entes gubernamentales de La Guajira, debido al desbordamiento de río Ranchería que ha dejado cerca de 10.000 familias afectadas.
Entre las zonas afectadas se encuentran los barrios Villa Fátima, Flor de Olivo, Waipé, Pasito Cangrejito y Pancho, en Riohacha que, según la autoridades, contabiliza más de 1.000 familias damnificadas.
Hasta el momento, se han habilitado tres centros de refugio para atender a las personas afectadas por la inundación. Uno de estos albergues se ubica en el colegio Divina Pastora, específicamente en la sede de Villa Fátima, donde se encuentran alojadas aproximadamente 600 personas, entre los que hay niños, ancianos y mujeres embarazadas, quienes han buscado refugio en medio de la crisis desatada por el desbordamiento del río Ranchería.
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A propósito, la directora de Gestión del Riesgo Distrital, Shirley Iguarán, se pronunció al respecto, asegurando que se están distribuyendo kits de alimentos para garantizar que las familias afectadas puedan preparar sus comidas. Además, destacó la atención brindada por la Secretaría de Salud Distrital, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y el equipo de apoyo psicosocial de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Desastres, que están trabajando conjuntamente para ofrecer asistencia integral a quienes se encuentran en esta situación de emergencia.
A pesar de los esfuerzos conjuntos y la colaboración del Ejército, se han realizado intervenciones con el objetivo de lograr la evacuación de las aguas causadas por el desbordamiento del río. Sin embargo, la magnitud de la creciente es significativa, lo que complica aún más la situación.
En otra área afectada, el barrio Arriba se encuentra prácticamente bajo el agua. La zona de amortiguamiento de la Laguna Salada está completamente inundada, lo que impide que las aguas pluviales sean evacuadas hacia el río, y además, se produjo el desbordamiento de los sistemas de drenaje.
Por otro lado, en la vereda La Gloria, los habitantes están clamando desesperadamente por ayuda. Aunque las lluvias han disminuido su intensidad alrededor de las tres de la madrugada del 7 de noviembre, los arroyos se desbordaron, provocando inundaciones en comunidades como El Hoyo, San Pablo, Las Vegas, Los Gorros y La Palmas. Estas comunidades se encuentran aisladas desde hace más de una semana debido a la falta de vías de comunicación, lo que agrava la situación.
La directora confirmó que hay pérdidas en los cultivos y daños significativos en la infraestructura vial. Según Iguarán, todos los cultivos se han perdido, las placas huellas se han visto afectadas y las vías alternas han sufrido erosiones debido a la furia de los arroyos. Ante esta crítica situación, se está recopilando información sobre la emergencia para ser reportada al Gobierno Nacional con el fin de solicitar asistencia humanitaria.
Como medida prioritaria para salvaguardar vidas, se ha tomado la decisión de suspender las clases en Villa Fátima y en las áreas rurales, destinando estas instalaciones educativas como refugios para las personas afectadas por la inundación.
Por último, la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira) hizo una advertencia de máxima urgencia respecto a las alertas hidrometeorológicas en la región; anunciaron que las alertas se encuentran en nivel rojo, lo que indica una situación crítica. La entidad hizo un llamado urgente a los entes territoriales y a los comités de Gestión del Riesgo de Desastre para que refuercen sus acciones de contingencia en previsión de posibles emergencias.
La corporación reveló que el embalse del Cercado se encuentra en estado de alerta máxima debido a la posibilidad de lluvias intensas que podrían llevar al uso del rebosadero. Esto, a su vez, podría desencadenar situaciones de contingencia que podrían ser mitigadas si las autoridades locales y las organizaciones pertinentes toman medidas de manera inmediata.