El Gobierno de los Estados Unidos ha presentado una nueva acusación contra Rusia. Según lo informado por el Departamento de Estado de ese país, la administración liderada por el presidente Vladimir Putin estaría llevando a cabo una campaña de desinformación en diferentes países de América Latina, entre los que se incluye Colombia.
La información proporcionada por el Gobierno estadounidense resalta que uno de los objetivos de los rusos en este proceso sería socavar el apoyo a Ucrania, así como expandir la hostilidad hacia los Estados Unidos y la OTAN.
En un comunicado emitido por el Departamento de Estado, la administración presidida por Joe Biden señala que “actualmente, el gobierno ruso está financiando una campaña de desinformación en toda América Latina”.
El documento destaca que el proceso que se estaría llevando a cabo en Colombia representaría “una campaña de manipulación de información diseñada para explotar de manera encubierta el entorno informativo”. Por este motivo, el Gobierno ruso habría establecido contactos en varios países de la región, incluyendo Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Cuba, México, Venezuela, Brasil, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, además de territorio nacional.
A través de estos actos, la administración presidida por Vladimir Putin buscaría “blanquear su propaganda y desinformación a través de los medios locales, de manera que parezca coherente para las audiencias latinoamericanas”. Además, esta estrategia sería utilizada para fomentar sentimientos negativos hacia los Estados Unidos en la región.
El Gobierno estadounidense también ha señalado a tres empresas específicas como responsables de llevar a cabo este proceso en Colombia y otros países. Estas empresas son la Agencia de Diseño Social (SDA), el Instituto para el Desarrollo de Internet y Structura. Se les acusa de “promover los intereses estratégicos de Rusia a través de la cooptación abierta y encubierta de medios de comunicación locales e influencers”.
Entre las personas implicadas en este proceso se encuentran Ilya Gambashidze y Andrey Perla, ambos directores de la SDA, el director general de Structura, Nikolay Tupikin, y el periodista Oleg Yasinskiy. Desde Washington, los han catalogado como empresas de “influencia por encargo”.
Desde el Gobierno ruso, al parecer, han orquestado este proceso de la siguiente manera: en un principio, los encargados “organizarían” un equipo de redacción en algún país latinoamericano. Este grupo estaría compuesto por periodistas y líderes de opinión, quienes recibirían información desde Rusia para revisar, editar y posteriormente publicar en los medios de comunicación locales.
La situación implicaría que los rusos, incluso, cuenten con traductores con habilidades en español en Moscú, algunos de los cuales utilizan seudónimos para “garantizar que la información se difunda de manera encubierta”. Estas personas serían las principales responsables de difundir información en América Latina que intenta convencer a la ciudadanía de que la guerra en Ucrania es justa y que pueden unirse a Rusia para derrotar al neocolonialismo.
El Gobierno liderado por Joe Biden ha señalado incluso que las embajadas de Rusia en América Latina estarían colaborando con los medios de comunicación que reciben apoyo desde Europa para aumentar la popularidad de personajes como Vladimir Putin y “difundir narrativas antiestadounidenses”.
Los rusos también planean conectar la prensa estatal de su país con los medios locales y “las embajadas de terceros países en la región” que tengan cierta afinidad con el Gobierno ruso.
En el mismo comunicado, el Gobierno de los Estados Unidos hizo hincapié en que la administración liderada por Putin está haciendo esfuerzos para ocultar cada vez más su participación, “blanqueando sus mensajes” a través de “un amplio ecosistema de sitios web proxy rusos”.
No obstante, el presidente de la República, Gustavo Petro, ha mantenido estrechos lazos con su homólogo Joe Biden, con quien se ha reunido en múltiples ocasiones durante los últimos meses.