La historia de cómo Pablo Escobar trajo los hipopótamos a Colombia: el safari del narco

El capo leno de diferentes especies la hacienda Nápoles, cuyos animales aún recorren las tierras de Antioquia

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Así fue como Pablo Escobar
Así fue como Pablo Escobar trajo los hipopótamos a la Hacienda Nápoles - crédito Redes Sociales

Hace unos días se confirmó el inicio del proceso de esterilización de gran parte de la camada de hipopótamos que hay en Colombia, por medio del Plan de Manejo y Control del Gobierno nacional. Muchos de estos ejemplares son la descendencia de los animales que trajo Pablo Escobar al país, en medio de su afán por resaltar y mostrar grandeza, pues quería tener un pedazo de África en sus terrenos.

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Parte de esta historia es relatada por Juan Pablo Escobar (hijo del capo), en su libro Pablo Escobar, Mi Padre. En esta obra, el también llamado Sebastián Marroquín, asegura que la idea de traer animales de este tipo a la creciente Hacienda Nápoles había surgido tras una visita a otra finca, la Veracruz de los hermanos Ochoa.

El capo tenía, dentro de sus planes, construir su propio zoológico, sin embargo, no le apuntaba a tener animales convencionales, sino; buscaba romper los estereotipos en el país y traer especies poco conocidas para los colombianos. Esto ya lo estaban logrando los Ochoa en Repelón, Atlántico, en donde avanzaban con obras de gran envergadura.

Las visitas de Pablo Escobar a Veracruz fueron constantes, pues según Juan Pablo Escobar, él pretendía que lo guiaran en el proceso para construir su propio zoológico. En el mencionado libro, el hijo de Pablo explicó:

“Un día, mi padre regresó de la hacienda Veracruz, propiedad de los hermanos Ochoa Vásquez, con la idea de tener su propio zoológico. Ellos habían construido un hermoso lugar en el municipio de Repelón, departamento de Atlántico, con gran cantidad de animales exóticos que cautivaron a mi padre. A la hacienda de los Ochoa fue varias veces a preguntar cómo era el montaje de un zoológico y entendió que la supervivencia de los animales dependía del hábitat donde estuvieran asentados”.

Los caprichos del narco

Fue tanta la afición de Pablo Escobar por contar con dichos animales, destacando: elefantes, cebras, jirafas, dromedarios, hipopótamos, búfalos, canguros, flamencos, avestruces, según explica Sebastián Marroquín en su libro. El capo compró toda la biblioteca de la National Geographic, pues tenía como misión indicar los climas y las zonas en donde podría ubicar a los ejemplares cuando fueran llevados a Antioquia.

El jefe del cartel de Medellín pidió a uno de sus trabajadores que indagara sobre el lugar en donde podría comprar los animales, y gracias a esto, encontraron un criadero en Estados Unidos. Pablo Escobar viajó con su familia a territorio norteamericano y pagó una cuantiosa suma en dólares, asegurando que luego enviaría el resto de dinero cuando sus empleados recogieran a las especies.

Escobar dispuso de barcos y alquiler de aviones para así poder traer a los animales desde territorio norteamericano. Sobre el tema, Marroquín cita en el libro: “El primer grupo grande de animales para el zoológico de Nápoles fue traído en un barco alquilado que atracó en el puerto antioqueño de Necoclí, abierto al mar Caribe, distante cuatrocientos kilómetros de Medellín”.

Del mismo modo, explicó que hubo un grupo de animales que no logró adaptarse a los terrenos en Antioquia, a pesar de que el capo organizó toda la logística para este. Fueron las jirafas, las cuales provenían de Texas y desde el primer minuto rechazaron el alimento, lo que las llevó posteriormente a morir en Nápoles.

“Solo hubo una especie de animales que no se adaptó al hábitat de Nápoles: las jirafas. Los seis animales que mi padre compró en el zoológico de Texas tres hembras y tres machos— rechazaron el alimento y tampoco se acostumbraron a los comederos que hizo construir en la parte alta de los árboles. Al final, todos murieron y fueron enterrados en un lugar apartado de la hacienda”, dijo Juan Pablo Escobar en su libro.
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