El viernes 3 de julio del 2023, la sargento del Ejército Karina Ramírez fue secuestrada por el ELN junto a sus hijos y su mascota mientras se movilizaba entre los municipios de Fortul y Arauca.
La suboficial del Ejército se dirigía por tierra para cumplir con un traslado de domicilio que le había ordenado la institución armada, pero como no tenía los recursos económicos para desplazarse por aire, decidió irse en su camioneta con sus hijos de 6 y 8 años.
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Las acciones de la sargento fueron criticadas por el ministro de Defensa Iván Velásquez, que prácticamente justificó el secuestro. “Ella sola, con sus hijos, en su vehículo, conduciendo y desplazándose en una zona en la que se sabe de la presencia del ELN es un acto de imprudencia”, dijo el jefe de cartera.
Cuatro días después, Ramírez y sus hijos fueron liberada gracias a la mediación de la Defensoría del Pueblo y cuatro meses después habló de su traumática situación.
En diálogo con revista Semana, la sargento contó que tras ser liberada debió ser sometida a tratamientos psicológicos y psiquiátricos para sobrellevar el estrés postraumático.
“Después de mi liberación, que fue el 7 de julio, no solo fue la parte psicológica y psiquiátrica, sino que a raíz del secuestro mi cuerpo empezó a reaccionar, he presentado parálisis facial, me salió un quiste en el seno, todo a consecuencia de la ansiedad”, dijo la militar en diálogo con el medio citado.
La sargento dijo que el trato por parte de los médicos de las Fuerzas Armadas fue inhumano y que menospreciaban el tiempo que duró en cautiverio, dándole a entender que lo que había vivido no había sido tan grave como para sufrir ese tipo de consecuencias físicas.
“(El psicólogo) me decía: ‘Sargento fueron 5 días, eso no es nada’, ‘Sargento, usted sabe a lo que se atiene, usted es militar, porta el uniforme’. Hasta llegó una persona que me dijo: ‘Ah, usted estuvo en un paseo de olla’”, agregó.
Ramírez también contó que el psicólogo que la trató después del secuestro le dijo que los síntomas que estaba presentando eran porque no tenía nada que hacer, estaba muy desocupada y necesitaba trabajar para que se le pasara lo que tenía.
Karina Ramírez contó al medio citado que se sintió culpable y que, en vez de estar acompañada por la institución, estuvo menospreciada y relegada por ser víctima de secuestro por parte del grupo guerrillero.
También contó que las palabras que había usado el ministro de Defensa fueron reproducidas por su círculo cercano y había personas que le decían: “Yo empecé a cuestionarme y me decía ¿Es mi culpa? porque todo el mundo decía: ‘Es su culpa, es de usted por imprudente‘”, justo lo que insinuó el ministro Iván Velásquez.
La víctima de secuestro dijo que no fue su culpa, que estaba cumpliendo su traslado como todos los militares lo hacían, pero que sintió que por ser mujer se sentía discriminada.
Los problemas psiquiátricos también la afectaron, pues por la noche no podía dormir situación que le contó al psiquiatra de la institución para que la ayudara, pero en vez de recibir apoyo, recibió rechazo.
“Empecé a contarle cuando, de la nada me cortó y me dijo: ‘No, no, no... ¿Sabe qué? Yo no tengo tiempo y usted se extiende. Así que por favor dígame, ¿Necesita dormir? ¿El medicamento no le sirve?, pues le voy a aumentar la dosis‘”, agregó Ghislaine Karina Ramírez, quien trata de lidiar con el estrés postraumático por su cuenta, porque la institución no le ayudó.