Con las nuevas generaciones también va cambiando la mentalidad sobre la maternidad y la paternidad. Aquellos que hoy son abuelos siempre tuvieron el sueño de tener una casa propia, un carro y una familia con varios hijos. Sin embargo, ese pensamiento ha cambiado con el pasar de los años en muchos sentidos.
En la actualidad las parejas jóvenes están optando por otro tipo de decisiones con las que le apuestan tener una vida sencilla que no tenga demasiadas responsabilidades, más allá de su actividad diaria en el trabajo.
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Una de las decisiones que más toman y en las que más confían es el crecimiento profesional, que es uno de los caminos por los que más se inclinan. No obstante, también le apuestan a conformar un hogar, pero en vez de tener hijos, prefieren hacerlo con mascotas.
Muchas personas manifiestan que tener un perro o un gato es igual o más complicado que un hogar con un hijo. Incluso, se atreven a señalar que los gastos que se invierten en los animales podrían llegar a ser los mismos que los de un hijo.
Sin embargo, antes de llegar a esa conclusión se deben tener en cuenta varias situaciones. El profesor de la Universidad de los Andes, Santiago Rodríguez, indicó de qué depende que resulte más económica o costosa la manutención, sea de una mascota o un bebé.
“Definitivamente, en cualquier caso debemos considerar que cualquiera de las dos alternativas requiere una responsabilidad financiera”, le dijo a Portafolio.
Para el académico de la facultad de administración de esta institución educativa todo depende de los ingresos que se tengan, ya que existen personas que con un buen salario tienen la posibilidad de darle a su o sus mascotas muchas comodidades, tal como si se tratara de su hijo.
Así mismo, también los cuidados en las mascotas variarán si se trata de un perro, que es dependiente, a un gato, que por lo general acostumbra a ser independiente y no requiere tanta atención. En cuanto a este aspecto, el docente indicó que es importante el tipo de animal y el tamaño del mismo.
En cuanto a la alimentación, es claro que la comida de un bebé es mucho más costosa, teniendo en cuenta la variedad de alimentos que debe tener un niño para que crezca sanamente. Mientras que una mascota puede estar alimentada con un solo producto.
Otro de los aspectos que hay que tener en cuenta es la salud; por un lado un niño cuenta con la opción de poder estar afiliado a una EPS, con legislaturas que lo protegen; mientras que en el caso de los animales no es así. Por ese motivo los costos de las veterinarias suelen ser muy altos y ni se diga de los medicamentos que por lo general resultan muy costosos.
Cuando los niños entran a la etapa escolar, la educación es otro de las categorías clave, ya que esto representa una inversión a largo plazo en el caso de los hijos, mientras que la mascota no requiere de estudio y el matricularla a una guardería o colegio canino, en el caso de los perros, es algo opcional para sus dueños.
No obstante, la educación para un bebé implica el pago de un jardín, luego de un colegio y, en algunas familias, también representa el costo de la matrícula de la universidad. “Existe la posibilidad de estudiar de forma gratuita en Colombia, sin embargo, hay unos gastos asociados como el transporte y la adquisición de materiales de estudio”, explicó el experto.
Finalmente el profesor de la Universidad de los Antes concluye que: “Todo dependerá del poder adquisitivo de las personas”, que tienen la posibilidad de elegir cuáles son sus prioridades en gastos, pero en términos generales, resulta mucho más caro mantener a un bebé que a una mascota si se tienen en cuenta otros factores, como la recreación, la alimentación, la educación, entre otros aspectos.