La historia de Martina Weil, hija de Ximena Restrepo y medalla de oro en los Juegos Panamericanos

Por las venas de la atleta chilena, medalla de oro en los 400 metros, corre la sangre de una medallista olímpica colombiana

Guardar
Tras radicarse en Chile con su esposo Gert Weil, Ximena Restrepo tuvo allí a su hija Martina Weil, campeona panamericana en los 400 metros planos. crédito - EFE y Panam Sports
Tras radicarse en Chile con su esposo Gert Weil, Ximena Restrepo tuvo allí a su hija Martina Weil, campeona panamericana en los 400 metros planos. crédito - EFE y Panam Sports

El pasado miércoles 1 de noviembre, el Estadio Nacional de Santiago de Chile fue testigo de la final de los 400 metros planos en los Juegos Panamericanos. Aunque Colombia logró asegurarse un bronce con Evelis Jazmin Aguila, que completó el trayecto en 51,95 segundos; los ojos de todo el continente se posaron en la ganadora, la chilena Martina Weil, que con un tiempo de 51,48 segundos se aseguró la octava presea dorada para el país anfitrión en lo corrido del certamen.

Con 24 años, la santiagueña se proyecta como una de las principales esperanzas de medalla para América Latina en los Juegos Olímpicos de París 2024, luego de imponerse como la mejor del continente en su categoría. Pero lo que ha trascendido en los últimos días es que por su sangre también corre algo de Colombia, y es que su mamá no es otra que Ximena Restrepo.

Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Google News.

La antioqueña nacionalizada chilena logró un hito para el atletismo colombiano en Barcelona 1992 cuando, también en los 400 metros, le dio una medalla de bronce al país con un tiempo de 49,64 segundos, a poco menos de un segundo de la vencedora, la francesa Marie-Jose Perec. La suya fue la primera medalla olímpica obtenida por una mujer colombiana.

Para ese momento había decidido radicarse en Chile, pues en las justas anteriores en Seúl 1988 conoció a Gert Weil, lanzador de peso austral y doble campeón panamericano. Luego de algunos años de noviazgo, se casaron en enero de 1992 en una ceremonia celebrada en la iglesia de Los Ángeles en Medellín. Una vez completaron ambos su participación en los Juegos Olímpicos, se mudaron a Chile donde luego de un tiempo Ximena obtuvo la nacionalidad.

Allí Ximena dio a luz a Martina Weil, el 12 de julio de 1999. Según recordó Ximena en declaraciones a Caracol Radio luego de la victoria de su hija en los Panamericanos, ella inicialmente ella no quería dedicarse al deporte:

“Martina en un comienzo no quería ser atleta, porque ella decía ‘yo no quiero ser la hija de Weil, ni la hija de Ximena Restrepo’ y ahora nosotros somos los papás de Martina, ya pasamos a un segundo plano completamente”

Eso cambió cuando Martina cumplió 16 años. Hasta ese momento le gustaba más el baloncesto, pero un entrenador del colegio en el que estudiaba, el Villa Maria Academy en Santiago, vio aptitudes en ella y paulatinamente se fue cambiando al atletismo. En una entrevista de 2018 con el portal deportivo Emol, recordó:

“Bendito sea Carlos Moreno, el entrenador de mi colegio (Villa María) que sabía que yo corría, entonces me ponía en las postas, me proponía... además que yo sabía que era rápida. Una vez en quinto básico, corrí un 60 vallas en un interescolar y quedé tercera... era chica y nunca había corrido vallas...”

Durante la entrevista con Caracol Radio, a Restrepo le recordaron esta historia en particular, frente a lo cual señaló que el entrenador del colegio de Martina fue “un sabio” al hacer ese proceso de manera paulatina. “Cuando uno empieza a ganar y le empieza a ir bien, siempre uno quiere seguir eso, el reconocimiento de la gente. Entonces, a medida que le fue yendo mejor, más se fue entusiasmando”, reflexionó.

En ese 2018, cuando Martina fue campeona sudamericana juvenil en los 400 metros del certamen celebrado en Cuenca (Ecuador), habló del papel de Ximena Restrepo como entrenadora en su formación y en los logros que ya entonces estaba alcanzando en el atletismo de la región:

“Creí que me iba a costar mucho más, pero mi mamá y yo siempre hemos tenido una relación muy buena, siempre le cuento todo, es mi confidente, mi guía. Admiro mucho como ella piensa y ve el mundo, me gusta mucho eso. Te diría que es mejor, porque me conoce más que un entrenador normal, entonces si me toca un entrenamiento durísimo, y se da cuenta que estoy arrastrando las patas, me dirá que cambiemos el entrenamiento de hoy por otro... hay un feeling que ella genera con sus atletas...”

Ahora Martina tiene la mira puesta en París 2024, donde espera igualar y, por qué no, superar lo conseguido por su mamá en Barcelona 1992, en la misma categoría en la que Ximena alcanzó el bronce.

Guardar