La confirmación de que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tiene en su poder al padre del delantero de la selección Colombia Luis Díaz ha generado condena nacional e internacional y ha puesto en vilo los diálogos que el Gobierno nacional adelanta con la guerrilla desde noviembre de 2022.
Una de las figuras de la política y de los procesos de paz en Colombia es Alejandro Éder, que hizo parte de la primera delegación del gobierno Santos para participar en los diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en 2012.
El recién elegido alcalde de Cali expresó su rechazo ante el hecho, calificándolo como una “vergüenza nacional” y agregó que el Gobierno debería romper los diálogos con el ELN, pues no está demostrando voluntad de paz.
“Este secuestro es un hecho lamentable, es una vergüenza nacional; es razón suficiente para romper la mesa de diálogo, porque tiene que haber ciertos límites, esos límites se tienen que respetar en un proceso de paz”, aseveró Éder en rueda de prensa.
El mandatario elegido por los caleños destacó la disposición que tiene el Gobierno de acabar con la guerrilla más antigua de Colombia, sin embargo, también recalcó que le falta contundencia en implementar una política de seguridad que, según el mandatario local, “no se ha sentido” y que la liberación del señor Luis Manuel Díaz debe ser una prioridad del Gobierno de Gustavo Petro.
“El Gobierno nacional ha mostrado una amplia voluntad de diálogo, y eso es positivo, pero es importante también mostrar contundencia”
Éder expresó que Colombia está quedando mal ante el mundo, pues el secuestro de un civil es “inaceptable”, en especial, si es familiar de una figura de reconocimiento internacional como lo es Luis Díaz.
Cabe recordar que el electo alcalde de Cali tiene, además de estudios sobre resolución de conflictos, una amplia experiencia en el conflicto armado colombiano, pues en 2006, asesoró al gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez, en la Política Nacional de Integración.
De 2007 a 2010, Éder fue nombrado asesor político y gerente de la Unidad de Cooperación y Relaciones Internacionales de la Alta Consejería para la Paz y la Reintegración, con el liderazgo de Frank Pearl.
Ya para 2010, en el gobierno de Juan Manuel Santos, Éder fue nombrado como alto consejero presidencial para la Reintegración Social y Económica de Personas y Grupos Alzados en Armas; y en 2012, integró el equipo negociador del Gobierno Santos en los diálogos de paz con las Farc en La Habana
De otro Lado, durante la rueda de prensa, Éder declaró que gran parte de su gabinete no se conocerá sino hasta la primera semana de diciembre, pues para el mandatario elegido, es prioridad determinar el estado de cada dependencia.
Otras voces de rechazo a los diálogos de paz con el ELN
La noticia de que los autores intelectuales del secuestro del señor Luis Manuel Díaz, padre del futbolista Luis Díaz, son integrantes de la guerrilla del ELN, cayó como balde de agua fría en las conversaciones que vienen adelantando con el grupo alzado en armas.
Fue el propio Otty Patiño, jefe de la delegación del Gobierno en el proceso de paz con el ELN, el que comunicó la noticia a la opinión pública el jueves 2 de noviembre.
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, dijo que la situación de inseguridad que vivieron los papás de Luis Díaz le restan “transparencia” y credibilidad al proceso de paz: “Pone en riesgo el proceso, porque es que un proceso lo puede negociar el Gobierno con la guerrilla, pero para ser transparente debe tener el respaldo ciudadano y cuando los ciudadanos saben que los secuestradores del papá de Lucho son los que están negociando, imagínese qué van a pensar”, dijo Velasco.
Mientras que Ariel Ávila, senador del Partido Verde, expresó vía X (antes Twitter): “El secuestro es, tal vez, uno de los crímenes más odiados por la sociedad colombiana, hacer esto es una gran bajeza, es un golpe a la sociedad, al proceso de paz, al Gobierno, a la confianza, a la comunidad internacional, a todo el mundo. Esto solo lo hacen trogloditas que no entienden la cosa política como está funcionando el país (...) creo que no se va a acabar la mesa, pero sí va a haber una gran crisis”.