Desde los últimos días de octubre y comienzos de noviembre, el cielo de la capital se ha llenado de nubes grises. Aunque no todos los días ni a todas horas se ha experimentado el paisaje neutro típico de Bogotá, el clima ha traído consigo precipitaciones intensas, granizo y un frío constante.
Estas lluvias han afectado el tráfico de la ciudad, incluyendo el Servicio Integrado de Transporte Público. En redes sociales se ha viralizado un video en el que se evidencia algunas de las impresionantes consecuencias de las fuertes lluvias, en este caso para los buses TransMilenio ubicados en la estación Bicentenario.
En una publicación de la red social TikTok, realizada por el usuario @kmirt_rodriguez, identificado como Camilo Rodríguez, que actualmente cuenta con 76.000 me gusta y más de 2.000 comentarios, se observa una impresionante escena en medio de las aguas.
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En el video se puede apreciar una parte de la estación Bicentenario, ubicada entre las localidades de Santa Fe y La Candelaria, mientras uno de los vehículos de TransMilenio pasa precisamente por el deprimido de Bicentenario. El agua que ahí se contenía llegaba a cubrir la totalidad de las ruedas y, a su paso, dejaba una estela de corriente, como si se tratara de una góndola en los canales de Venecia, Italia.
Así está el panorama de las lluvias en Bogotá
La capital colombiana, Bogotá, se enfrenta a un desafío climático. Un reciente análisis elaborado por el ingeniero civil Fabio Rubiano Sánchez, de la Universidad Nacional de Colombia, ha revelado un drástico cambio en el patrón de lluvias que está sacudiendo a la ciudad.
Durante décadas, Bogotá fue conocida por su clima caracterizado por lluvias prolongadas y moderadas. Sin embargo, en la actualidad, la ciudad se enfrenta a lluvias más cortas pero significativamente más intensas, una evolución climática que se atribuye al impacto del cambio climático.
El análisis detallado de Rubiano Sánchez indica que el aumento de las temperaturas está perturbando los patrones de precipitación en la ciudad. Esto se traduce en un fenómeno en el que las lluvias son más breves pero notoriamente más intensas.
Estas lluvias intensas presentan una serie de desafíos, desde inundaciones repentinas que afectan a la población hasta riesgos de deslizamientos de tierra que ponen en peligro la infraestructura urbana.
El estudio ha identificado que las áreas más propensas a experimentar lluvias intensas se localizan en el oriente de Bogotá, en particular cerca de los Cerros Orientales. Esto impacta significativamente a las localidades de Sumapaz, Usme, San Cristóbal, Santa Fe, Chapinero y Usaquén.
Por otro lado, zonas como la calle 205 con la autopista Norte, Suba y la zona de Contador en Usaquén son identificadas como sitios vulnerables a tormentas intensas. En contraste, las áreas más secas de la ciudad se encuentran en el occidente y suroccidente, abarcando localidades como Kennedy, Fontibón y Engativá.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha advertido que hacia el 2100 se espera una transformación aún más marcada en el comportamiento de las lluvias en Bogotá. Se proyecta una disminución del 20% al 10% de las precipitaciones en la parte oriental y un aumento del 20% al 30% en la zona occidental de la ciudad. Estas proyecciones recalcan la urgencia de abordar los desafíos que el cambio climático plantea a la capital colombiana.
Este análisis se basa en datos recopilados desde 1970 hasta 2020, utilizando información proporcionada por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales.
Actualmente, Colombia se encuentra en su segunda temporada de lluvias en 2023. Las autoridades hidrológicas advierten que esta temporada podría extenderse hasta finales de noviembre. Por lo tanto, instan a los ciudadanos a mantenerse informados sobre las condiciones climáticas diarias y a tomar las medidas necesarias para protegerse de posibles riesgos físicos o problemas de salud respiratoria.