La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, anunció en una rueda de prensa el inicio de la etapa de esterilización de los hipopótamos que dejó el fallecido narcotraficante Pablo Escobar en el Magdalena Medio, específicamente, de aquellos ubicados entre el valle del río Magdalena y la Depresión Momposina.
Al menos 20 de estos animales, de 169 identificados en territorio colombiano y considerados una especie invasora en Colombia, pasarán por un procedimiento quirúrgico en campo, con una duración de entre seis y siete horas, aproximadamente, para que sus órganos reproductivos sean extraídos y, de esta manera, evitar que la población continúe creciendo.
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La presencia de hipopótamos en Colombia repercute seriamente en el ecosistema, por lo que la cartera se encuentra en una “carrera contra el tiempo” para lograr reducir estos impactos. En ese sentido, y teniendo en cuenta que las intervenciones quirúrgicas no son suficientes para atender la problemática, el Ministerio tiene contemplada también la traslocación de los animales a otros países y la eutanasia ética.
De acuerdo con la ministra de Ambiente, se han estado adelantando conversaciones con India, Filipinas y México para exportar una determinada cantidad de hipopótamos. No obstante, este último país anunció que, por ahora, no podrá recibir a los individuos porque no hay condiciones para ello.
“[México] no está de acuerdo con la propuesta que hay de uno de los proponentes de importaciones de ese país. No contamos en este momento con el visto bueno de la Autoridad Nacional Ambiental de México”, detalló Susana Muhamad en la rueda de prensa.
Los diálogos entre países en torno al tema contemplan un posible impacto ambiental negativo en sus territorios por la llegada de la especie invasora, por lo que todos los hipopótamos que se exporten permanecerán en cautiverio, ya sea en parques de biodiversidad o zoológicos, donde puedan ser controlados, monitoreados y protegidos. Para ello se requiere, entre otras cosas, de una alta capacidad económica con la que se garantice el bienestar de los animales.
“La Convención Cites (Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) es la que nos da precisamente todos los requerimientos tanto para el proceso de translocación como el proceso de recepción y de mantenimiento de estos animales en cautiverio”, precisó la ministra de Ambiente.
Los protocolos y requisitos establecidos por la convención establecen que debe hacerse un seguimiento de todo el proceso de exportación, es decir, desde la captura del individuo, hasta la llegada y establecimiento del mismo en el país que lo recibe. En todos los pasos debe cumplirse con unas garantías de bienestar, seguridad y de gestión del riesgo, que no solo cobijan a los animales, sino también a las personas y a los territorios.
“Hay unas condiciones que tienen que ver con instalaciones, con la capacidad misma de la persona de administrar esos individuos que llegan al lugar, que los animales lleguen a un lugar donde se le garantice su bienestar, (sic) que haya la infraestructura, que lo mantenga en el tiempo”, precisó una experta del Ministerio de Ambiente. Explicó también que los países receptores deben poder asegurar unas condiciones éticas de disposición final de los animales, teniendo en cuenta que en algún momento morirán por enfermedad o vejez.
Para que Colombia pueda cumplir con todos los requerimientos, se está llevando a cabo un protocolo de exportación con la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), que es la encargada en Colombia de solicitar los procesos de exportación y los permisos correspondientes a las autoridades administrativas Cites de las naciones nación.
Dicho protocolo debe incluir las condiciones de captura del individuo y de traslado aéreo. Pues, los hipopótamos tendrán que ir anestesiados y hay que garantizar un seguimiento a su estado de salud durante el viaje. Asimismo, tiene que tener información sobre el personal veterinario que acompañará la traslocación y la adecuación del lugar de llegada donde deberán permanecer en cuarentena, para evitar la transmisión de enfermedades a la fauna silvestre del país receptor.
“Nosotros no vamos a exportar un solo animal, si no hay autorización de la autoridad ambiental del otro país”, aseguró la ministra de Ambiente.