El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) lanzó un comunicado que pone en alerta a diversas ciudades en Colombia. El informe del Ideam plantea una preocupación seria: la temporada de lluvias que actualmente afecta a varias regiones del país podría evolucionar hacia una amenaza aún más grande: la formación de ciclones.
De acuerdo con el informe, se ha identificado una región de interés que muestra signos de posible desarrollo ciclónico mientras se desplaza hacia el oeste del Mar Caribe en los próximos días. Esta observación conlleva una probabilidad creciente de formación de un ciclón tropical en los próximos siete días.
La noticia ha despertado preocupación, especialmente en la región Caribe, donde las lluvias podrían causar estragos, particularmente en las zonas costeras.
El Ideam ha urgido a las seccionales de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo a activar los protocolos establecidos para hacer frente a estas emergencias, así como a implementar planes de contingencia para prevenir un aumento potencial en las precipitaciones y el oleaje en el norte del Caribe colombiano. Colombia ya tiene en vigor varios niveles de alerta por ciclones tropicales, que incluyen vigilancia, aviso, alistamiento, protección y refugio.
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Pero la preocupación no se detiene aquí. El Ideam también emite una advertencia sobre un posible aumento en la intensidad del Fenómeno de El Niño a principios de 2024. Esta predicción coincide con la temporada de menor disponibilidad de agua en Colombia, según el Estudio Nacional del Agua (ENA).
Según las últimas informaciones proporcionadas por las autoridades, los efectos de este fenómeno meteorológico se sentirán al menos hasta mayo de 2024, con un aumento significativo de su intensidad en noviembre y diciembre de 2023, así como en enero del próximo año. El Ideam estima que la probabilidad de que el Fenómeno de El Niño alcance una intensidad fuerte se sitúa entre el 75% y el 85%.
La combinación de estas advertencias crea una situación meteorológica de grave preocupación en Colombia. Tanto las autoridades como la población en general deben estar preparadas para afrontar posibles ciclones y eventos climáticos extremos en los próximos meses. La prevención y la gestión de riesgos se convierten en factores clave para proteger a las comunidades vulnerables en todo el país.
De hecho, desde el domingo 22 de octubre, el mismo Ideam emitió una inminente advertencia por dicha preocupación, especificamente, por la probabilidad de que ocurra un ciclón en el oeste del Mar Caribe de Colombia, es decir, en San Andrés y, eventualmente, en el Golfo de Urabá.
Este fenómeno ha sido denominado ‘Perturbación 95L’y la probabilidad de su desarrollo ha aumentado al 60%. En un comunicado especial, el Ideam explicó que, hasta el momento, la altura de las olas oscila entre 0.5 y 1.5 metros, sin causar impactos significativos en el territorio nacional.
Se pronostica un aumento en la altura de las olas hasta alcanzar los 2.5 metros en la zona marítima del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Como medida de precaución, se ha activado el Protocolo Nacional de Alerta por Ciclones Tropicales y el Plan Nacional de Respuesta ante Ciclones Tropicales.
El Ideam recomienda encarecidamente seguir las medidas de seguridad indicadas por la Autoridad Marítima en lo que respecta a las actividades náuticas y la movilización de embarcaciones que se encuentren en la zona de influencia durante las próximas horas.
Por el momento, la Gobernación de San Andrés ha instado a la comunidad de las islas a mantener la calma y estar atentos a las fuentes de información oficiales para evitar generar pánico innecesario.
En octubre, San Andrés llevó a cabo un simulacro departamental antihuracanes como parte de sus preparativos para posibles emergencias en esta temporada.
Cabe recordar que el 16 de noviembre de 2020, San Andrés y Providencia fueron azotadas por el huracán Iota, que dejó una estela de devastación en las islas y es considerado uno de los peores desastres ambientales en la historia de Colombia por las entidades de riesgo. Iota pasó a 35 kilómetros de Providencia cuando era una categoría 4 y a 65 kilómetros cuando alcanzó su máxima intensidad, según informó el Centro Nacional de Huracanes. La isla quedó incomunicada durante al menos 16 horas y el 98 por ciento de su infraestructura colapsó.