“Moñona” de Álvaro Uribe en Antioquia y paliza a Daniel Quintero y Gustavo Petro: “El jardín de la democracia se renueva todos los días”

Así como las elecciones del 29 de octubre dejaron como gran perdedor al actual presidente de la República, Gustavo Petro, que confiaba en ganar la Alcaldía de Bogotá y tener presencia con su partido, Pacto Histórico, en otras regiones del país, también le permitieron festejar al que es considerado su gran contendor: el exmandatario Álvaro Uribe Vélez, que barrió en Antioquia.

El ex jefe de Estado, que se la jugó de frente por las candidaturas de Federico Fico Gutiérrez a la Alcaldía de Medellín, y de Andrés Julián Rendón a la Gobernación de Antioquia, ganó por punta y punta: pues a la segura victoria de Gutiérrez, que volverá al cargo tras cuatro años, también “coronó” con Rendón, que rompió las encuestas y dio la gran sorpresa.

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Pues así como ganó en Antioquia, en otra región del país en la que también hizo “moñona” fue en el Tolima, con los triunfos de Adriana Magali Matiz en la Gobernación y Johana Aranda.

Ni siquiera la renuncia de Daniel Quintero a la alcaldía para apoyar a su candidato, Juan Carlos Upegui, lograron hacerle siquiera contrapeso a Fico, que con el 73,37% de los votos, traducidos en 687.756 sufragios, logró una categórica conquista y superar, incluso, su votación en los comicios presidenciales en la capital antioqueña, cuando sacó 603.092 votos.

Uno de los aliados de Gutiérrez fue, justamente, Uribe Vélez, que en diferentes actos públicos mostró su apoyo al exalcalde, que asumirá su segundo periodo, luego de 2016-2019. Aunque el candidato se inscribió por su movimiento, Creemos, por detrás estuvo el exmandatario y el Centro Democrático, que se volcaron en masa a respaldar al burgomaestre electo.

Bastó con montarse al “bus” del también excandidato presidencial para asegurar su éxito, por más de que hay quienes creen que sin el apoyo del uribismo igual Fico hubiera ganado la contienda; ante el descontento generalizado de los ciudadanos, decepcionados tras el cuatrenio de Quintero, que dejó el cargo a tres meses de terminar su periodo.

El mensaje de Uribe en sus redes sociales fue reiterativo: vencer a Quintero y recuperar el control de Medellín, objetivo que a la postre logró con creces, pues su candidato le dio la paliza al exmandatario local y su candidato, que contaba con el respaldo cantado de miembros del Pacto Histórico.

Por su parte, con Rendón, el expresidente estableció una agresiva agenda, en que la que estableció toda clase de reuniones de cara a la contienda. La adhesión Eugenio Prieto, del liberalismo, tras la consulta en la que se impuso su “ficha”, fue clave para que un viejo integrante del CD empezara a consolidar su camino al triunfo, que se dio con 942.896 votos y el 36,83%.

Tan estaba claro el objetivo, de impedir a toda costa que llegaran los tentáculos de Petro al departamento, que hasta último momento que se buscaron tejer toda clase de alianzas. Que si bien no terminaron cuajando, generaron ruido en favor del uribismo, en torno a un candidato que deberá solucionar sus problemas con los entes de control, como la Procuraduría.

Pese a que el gran favorito de los comicios, Luis Pérez Gutiérrez, cercano al jefe de Estado, logró aliarse a última hora con Julián Bedoya, que aspiraba a la Gobernación con el aval del cuasidesconocido partido Demócrata, y ya contaba con la maquinaria de Carlos Andrés Trujillo, conservador que se puso al servicio del exgobernador, al final su aspiración se desinfló en las urnas.

En los comicios regionales, Uribe también derrotó a otro de los alfiles de Quintero: Esteban Restrepo, que si bien sorprendió con 232.072 sufragios, no logró condensar el apoyo de los paisas, aunque se invirtieron grandes sumas de dinero en su aspiración y desde redes sociales activistas afines al petrismo hicieron proselitismo en favor del exsecretario de Gobierno de Medellín.