En las elecciones regionales de octubre, nueve personas buscaban llegar a la silla que hoy ocupa Claudia López en la Alcaldía Mayor de Bogotá y uno de los candidatos que dio la gran sorpresa fue Juan Daniel Oviedo: un bogotano de 46 años que, hasta ahora, no había ocupado ningún cargo de elección popular, y que ahora será uno de los 45 concejales de la ciudad.
De 2018 a 2022 fue director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), durante el gobierno de Iván Duque, y, ahora, en plena campaña electoral, quizás como contrapeso al acento “gomelo” del que todos hablan, decidió mudarse a Bosa: un sector popular de la capital de la República, para hacer lo que llamó una “inmersión urbanística”.
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Escrutado el 99,96% de los votos, de acuerdo con la Registraduría Nacional del Estado Civil, Oviedo obtuvo 614.010 sufragios, para un 20,11%; que si bien no le alcanzó para derrotar a Carlos Fernando Galán, que llegaba a su tercera elección a la alcaldía, le bastó para derrotar a Gustavo Bolívar: el aspirante del presidente de la República, Gustavo Petro.
¿Quién es Juan Daniel Oviedo?
Juan Daniel Oviedo nació el 16 de marzo de 1977 en Bogotá. Hijo de una vallecaucana y un santandereano, tuvo como figura paterna más destacada a Plutarco Arango, su abuelo, con quien comparte la fecha de nacimiento y también algunos de los ideales que marcaron su vida.
Se crio en el barrio Villa Luz, en la localidad de Engativá, y años más tarde, su familia se trasladó con su familia al barrio Normandía, debido a que su papá era piloto y debían estar cerca al aeropuerto. Juan Daniel tiene dos hermanos maternos, con los cuales convivía junto a sus padres y su abuelo, la persona que lo esperaba después del colegio.
Oviedo recordó que cuando recibía notas positivas el premio era una torta de banano de su abuelo; ese tipo de gestos, sumado a que su padre pasaba mucho tiempo trabajando, lo hicieron cada vez más cercano al señor Arango. Fue él quien lo acompañó durante uno de los hechos más impactantes de su infancia.
En 1982 se cayó sobre un tarro de leche en polvo que servía como caneca de basura, lo que le ocasionó una cortada; fueron necesarios 72 puntos de sutura, internos y externos, que le dejaron una cicatriz en la cara, por la que le hicieron bullying en el colegio, y además son la razón de su distintiva forma de hablar. Infortunadamente, un cáncer causó la muerte de Plutarco en 1987, cuando Juan Daniel estaba en quinto de primaria.
El deceso de su abuelo y el maltrato de sus compañeros hicieron que Juan Daniel se aislara en el estudio, de esa forma se convirtió en uno de los alumnos más destacados de su colegio, lo que le sirvió para estudiar becado gran parte de su vida. En 1991 sus padres se separaron y su mamá tomó la decisión de no aceptar la ayuda económica que le podría brindar su exmarido.
Soñaba con ser médico, pero el temor por la sangre lo llevó al mundo de los números. Ingresó a la Universidad del Rosario, que pagó en primera instancia su mamá, pero después de quinto semestre consiguió una beca por su buen rendimiento académico.
Trabajó en el Departamento Nacional de Planeación hasta que se graduó como economista en 1999, luego viajó al exterior (España y Francia) para realizar varias especializaciones. Allí, además de potenciar su carrera, aprendió a conocerse a sí mismo, lo que le permitió revelarle a su mamá que era homosexual, lo que, aún cree, ella nunca le perdonó, pues antes de eso le recalcaba su sueño de ser abuela y hasta ahora ninguno de sus novios le ha parecido bien.
De vuelta en Colombia fue profesor, secretario académico, asistente de investigación, analista, asesor de despacho, asesor externo, director ejecutivo y director de planeación y efectividad institucional en la Universidad del Rosario, antes de recibir el cargo por el que la mayoría de colombianos lo recuerda, la dirección del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) en 2018.
En el Dane recibió múltiples críticas por sus formas. Afirmó que es un mal compañero de trabajo, porque prioriza los resultados de la empresa antes que las buenas relaciones con sus colegas; sin embargo, múltiples figuras políticas y públicas del país destacaron su labor, incluso el actual presidente Gustavo Petro, con el que rechazó trabajar en 2022.
Añadió que, aunque tienen similitudes, chocarían por su manera de tomar decisiones, por lo que prefirió dar un paso al costado.
Su “inmersión” en Bosa
Su salida de la entidad lo ayudó a entender el cariño que le tenían, lo que lo llevó a tomar la decisión de ser candidato a la Alcaldía de Bogotá por firmas, 204.406 recogidas desde inicios del 2023, y en una de esas acciones impulsivas que lo caracterizan efectuó uno de los actos más sonados de las elecciones, mudarse a la localidad de Bosa.
Un reto de un tiktoker hizo que Juan Daniel, su pareja Sebastián y su mascota Mora, dejaran su apartamento en el centro de Bogotá para irse a vivir al barrio Bosa Brasilia, donde se hizo amigo de sus vecinos, con los que ha compartido noches de rumba y otras actividades que le han permitido vivir por completo lo que denomina una “inmersión urbanística”.
“Esto salió porque me provocaron, pero al mismo tiempo esa provocación confirmó lo que a mí me ayuda a construir dentro de mis propósitos, que es compartir realidades. Yo le dije “pasó esto y vamos a vivir en Bosa”. Un día salimos de la oficina y nos vinimos en TransMilenio a buscar casa, teníamos el exceso de trabajo mío, lo de las firmas, pero yo tenía que cumplir mi palabra, eso es una enseñanza de mi abuelo, uno tiene que cumplir su palabra”, afirmó Juan Daniel Oviedo a Infobae Colombia.
Durante su campaña llevó a cabo varios encuentros con la ciudadanía en un ejercicio que ha denominado Oviedo para oreja, allí ha escuchado los problemas que más resaltan las personas de la ciudad, lo que, indicó, es un insumo que utilizó para la elaboración de su programa de gobierno.
Aseguró que sus propuestas no estaban basadas en una figura política de izquierda o de derecha, sino en la búsqueda del bienestar de los bogotanos y su lega fue el de trabajar con cabeza y corazón.
Aunque confiaba en que sería elegido como nuevo alcalde, ya fuera en primera o segunda vuelta, la derrota en esta contienda no es algo que lo deje intranquilo.
A su vez, resaltó que lo que más ha hecho en la actual campaña es aprender de los ciudadanos. “Estoy aprendiendo un resto de cosas, que necesitamos líderes que tengan los pies en la tierra, lo que no significa que uno tenga que comer del plato de otra gente, yo no digo que sea eso. Tengo muchos contendientes por la Alcaldía que dicen que me falta conocer Bogotá, y cada quien aprende de los elementos que le parecen más útiles; yo estoy aprendiendo de esta experiencia”, indicó.
Allí, junto a sus vecinos de Brasilia, Juan Daniel Oviedo estuvo pendiente de los resultados de las elecciones, como una muestra de agradecimiento por todo el cariño que ha recibido de las personas en Bosa. Y aceptó con dignidad la derrota, consciente que este proceso electoral representó una ganancia para el aspirante, que al final aceptó la posibilidad de ser cabildante de la capital.