A las afueras de Barranquilla, en el corregimiento de Juan Mina, había un lote que contaba con las capacidades perfectas para ubicar a unas 25 mil familias de los estratos 1, 2 y 3, que se encontraban en ese momento sin la posibilidad de un hogar. El entonces alcalde de la ciudad, Guillermo Enrique Hoenigbserg Bornacelly, aprovechó la coyuntura para comprar de manera irregular el terreno.
Bajo cada uno de los errores cometidos en el proceso de compra de las tierras, Hoenigbserg fue encarcelado, dejando a la ciudad en un momento de inflexión, en el que la comunidad y los líderes políticos estaban divididos.
Los escándalos del cura Bernardo Hoyos, exalcalde también preso, y las deudas que le dejó al distrito el mandato de Edgard George González, acompañaban el panorama de la ciudad.
Ante una situación calamitosa, los partidos tradicionales tuvieron que pensar en movimientos ‘sabios’ para recuperar la administración, por lo que un personaje conocido, querido por la mayoría y líder de uno de los mayores grupos empresariales de la región Caribe, Álex Char, apareció como una especie de mesías para la casta política barranquillera.
Fue así como el partido Cambio Radical vio en Char una figura de confianza renovada, característica que se ha notado en el respaldo en las encuestas realizadas durante sus periodos como burgomaestre, cargo que ocupó de 2008 a 2011 y de 2016 a 2019.
Al cargo llegó por primera vez sin gran peso en la política. Hasta el momento únicamente había sido concejal en 1997 por el Partido Liberal y candidato a la Gobernación en 2000, campaña que contó con todo el músculo sistemático de su familia, en cabeza del patriarca Fuad Char Abdala.
Su aspiración a liderar el departamento se vio frustrada por el periodista Ventura Díaz. Inconforme, Char demandó las elecciones y venció en el Consejo Nacional Electoral, por lo que fungió en el cargo los últimos 10 meses del periodo.
Entre sus periodos como alcalde, Char ocupó otras posiciones como la de alto consejero para las Regiones, en el gobierno de Juan Manuel Santos.
Investigaciones, escándalos y Aída Merlano
Aunque subió al poder como alternativa contra los corruptos que lo antecedieron, a Álex Char le acompañaron entre 2014 y 2017 al menos 102 investigaciones, las cuales tienen que ver con temas como abuso de función pública, complicidad, casos de corrupción y otros.
Se le acusó de complicidad en el caso Nule por las irregularidades en la construcción de la vía Bogotá-Girardot, por lo que le pagó una millonaria multa a la Contraloría.
Hay otros que le recuerdan por las afectaciones a las viviendas construidas en el barrio Campo Alegre, terreno en el que no se tenían las condiciones geológicas para acceder.
Asimismo, su hermano Arturo (que se encuentra detenido) y otros miembros activos de su familia activos en política, fueron incriminados por Aída Merlano de supuestamente haber incurrido en fraude electoral.
“Fuad Char (padre del exalcalde de Barranquilla, Álex Char, y del senador Arturo Char), Laureano Acuña y Roberto Gerlein (hermano de Julio Gerlein) eran los tres mayores compradores de votos en el Atlántico”, dijo la excongresista ante la Fiscalía.
Posteriormente, se filtraron chats que mostraban la existencia de una supuesta relación romántica entre Merlano y Álex Char.
La gorrita
En toda su trayectoria, una de las características que más lo ha representado, a pesar de las polémicas, es la manera de venderse como el candidato del pueblo. Sus campañas han estado protagonizadas por las visitas a los barrios más vulnerables y por su manera de vestir o hablar propia del barranquillero de la calle.
Como parte de su imagen, un elemento ha sido constante: la gorra (cachucha).
De hecho, alguna vez le explicó desde la sala de su casa al diario El Heraldo por qué su afición por esta prenda.
“¿Por qué no me la quito? la verdad es que soy bastante informal. Me incomoda el saco, la corbata y los zapatos de cuero; por eso, siempre ando con zapatos de caucho. Me gusta la ropa muy casual, porque me facilita la vida. Este es mi sello. Tengo muchas, pero esta (verde con gris) es la de la buena suerte y la que más uso. Entre más viejas se ven, más bacanas; tengo unas que llevan más de 10 años conmigo. Si me van a hacer una estatua, háganmela con todo y gorra, o no me hagan nada”, dijo en su momento.
En el corazón del hincha de Junior
La gorra no ha sido la única herramienta que Char Chaljub ha utilizado para darse a conocer o para llegar al corazón de los barranquilleros: ahí aparece en escena el Júnior.
El equipo de fútbol, que sus parientes obtuvieron de los dueños originales hace décadas, ha estado siempre estrechamente relacionado con los demás negocios de la familia.
Cuatro momentos hicieron que la ficha de Cambio Radical apareciera en condición de héroe para el ‘juniorismo’.
Se trató de cuatro fichajes complicados: el regreso de Teófilo Gutiérrez, Yimmi Chará, Miguel Ángel Borja y Juan Fernando Quintero.
Cuando estaban por caerse dichas contrataciones, toda la familia Char se reactivó para oficializar la llegada de los jugadores de la misma manera: con una foto entre Álex Char y el refuerzo. Figuró como héroe del club.
De la misma manera, se ha mostrado bastante activo en el tema de hacer del deporte una posibilidad de reactivación comercial para Barranquilla. Invirtió gran parte de sus presupuestos como alcalde en la reformación de escenarios icónicos como el estadio de fútbol Romelio Martínez o el de béisbol, al que bautizó como Édgar Rentería.
Le dio todo el incentivo a que los Juegos Centroamericanos y del Caribe ocurrieran en la capital atlanticense, así como la gestación de las ideas de tener en la ciudad unos Panamericanos y un GP de la Fórmula 1.