Sigue la polémica por la decisión de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, de poner fin al convenio de transporte que existe desde hace 10 años con el municipio de Soacha, el Ministerio de Transporte y la Gobernación de Cundinamarca. Según se ha conocido, no solo el costo de los buses incrementarán su precio, sino que el servicio de taxis también presentaría un incremento significativo.
Según indicó el líder del gremio de taxis Hugo Ospina, terminar las alianzas entre el distrito y el municipio vecino conllevaría a que los conductores del servicio de amarillos deban solicitar una planilla cada vez que soliciten un servicio intermunicipal. La expedición de dicho documento acarrearía costos adicionales que dejaría el servicio de taxi inaccesible a una parte de la población soachuna.
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“Si salgo del radio de acción autorizado por las alcaldías de los municipios, la ley dice que yo tengo que llevar una planilla única de viaje. Es la que lleno cuando voy a Manizales, Pereira, Medellín, Cali… Entonces yo llevo una planilla de viaje, que me la entrega el Ministerio de Transporte, y obviamente eso encarece los costos de operación del servicio”, aseguró el líder gremial en diálogo con Red+ Noticias.
Para Opina, el servicio actual que se presta entre las ciudades tiene un costo aproximado de 30.000 pesos, que podría duplicarse a partir del 7 de noviembre, fecha en la que se daría el fin a la alianza entre las administraciones locales. Según comentó, después de ese día, el servicio podría pasar a costar entre 60.000 y 70.000 pesos, considerando que solo la expedición de la planilla tiene un costo aproximado de 12.000 pesos.
El encarecimiento del servicio supondría una baja para los amarillos, teniendo en cuenta que son al menos 90.000 pasajeros los que se movilizan diariamente entre Soacha y Bogotá, y una buena parte de ellos utiliza el servicio de taxi para llegar a sus destinos. Sin embargo, desde la Alcaldía de Bogotá parece no haber una intención para dialogar dicho acuerdo interadministrativo, por lo que el Ministerio de Transporte envió una carta a la alcaldesa Claudia López advirtiendo los efectos de la decisión.
“En atención a las competencias y responsabilidad que atañe a esta cartera ministerial, de garantizar el servicio de transporte público de manera eficiente, continua y segura, el Ministerio convoca de manera urgente a las partes suscribientes del convenio 1100100-004-2013 a una nueva sesión del comité derivado del mismo”, señala el documento.
Buses de Soacha ya no podrán ingresar a Bogotá
Con la decisión de la Alcaldía de Bogotá de terminar el convenio entre las partes para garantizar la movilidad entre la capital y Soacha, los vehículos de ese municipio ya no tendrían permisos para ingresar a la ciudad, lo que supone un incremento significativo en el costo de transporte de quienes se dirigen diariamente desde y hacia Soacha.
Según cifras estimadas, los habitantes de ese municipio tendrán que pagar, a partir del 8 de noviembre de 2023, aproximadamente $1.500 por el servicio dentro de Soacha que los lleve hasta un punto de conexión. Desde ahí, deberán cancelar $2.750, en el caso de los buses zonales, o $2.950 si acceden a las estaciones de Transmilenio. Es decir, pasarían de pagar $2.500, que es lo que cuesta actualmente un desplazamiento desde Soacha hacia la capital, a gastar aproximadamente $4.250 por trayecto.
Sin embargo, desde la Alcaldía de Bogotá se ha recalcado que la decisión se toma por una sobreoferta de transporte entre el municipio y la capital, además de señalar que dicho convenio está afectando el medioambiente, ante las deterioradas condiciones que presenta el sistema de transporte de Soacha.
“De acuerdo con una consultoría contratada por el municipio de Soacha y los estudios técnicos de la Secretaría Distrital de Movilidad, el corredor de Soacha - Bogotá, tiene una sobreoferta de buses de transporte público autorizados en el convenio, lo que incentiva la competencia y la guerra del centavo, generando riesgos de seguridad vial, violación a las normas de tránsito, y altos niveles de contaminación, tema que se eliminó en la ciudad con el SITP, ya que Bogotá trabaja con una flota de buses con tecnologías limpias y de bajas emisiones”, señaló la secretaria de movilidad, Deyanira Ávila Moreno.