Un nuevo hecho de intolerancia quedó registrado en video, cuando una cliente de las conocidas aplicaciones de transporte en Medellín fuera insultada en repetidas ocasiones por su conductora.
Usuarios en redes sugieren que la mujer iba demasiado lento, así que la pasajera solicitó que aceleraran el paso, pero la respuesta no fue la esperada: la conductora ofendió y le exigió que se bajara, hasta que, de un momento a otro, detuvo el vehículo y la dejó tirada a mitad de la calle, sin terminar el recorrido.
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Contrariada, le preguntó por qué mantenía ese trato con sus clientes. Sin embargo, la conductora decidió evadirla hasta último momento:
Cliente: ¿Y por qué insultas a los clientes?
Conductora: De malas, malp@r%$&.
Cliente: ¿Sí?
Conductora: Sí, perr@%$&.
Cliente: ¿Y usted cree que a mí me da rabia que usted me diga eso?
Conductora: Bájese, pues, bájese pues.
Cliente: ¿Usted por qué trata así a los clientes?
Conductora: Quiubo pues (aplaude y detiene el vehículo), pa’ bajo pues, pa’ bajo pues, gonorr$%&#, upa pues (…) hagale zorr@&%.
El metraje logró hacerse viral en cuestión de horas, alcanzando un millón de vista y casi cincuenta mil interacciones, entre ‘me gustas’ y comentarios. Varios de ellos insistieron en que falta un pedazo de la historia, refiriéndose a la versión de la conductora:
“Pero algo debió pasar antes, no sé. Digo yo”, “A ese cuento le falta un pedazo, uno no se altera así porque sí”, “Yo le tiro la puerta, pero bien duro”, “Yo pensando que había una app de transporte donde lo insultan a uno, como en los restaurantes (temáticos)”, “A mí me pasó alguna vez, también con una nena. Pensé que me iba a pegar, así que lo que hice fue que no me bajé y llamé a Tránsito”, “Yo pensé que era ese servicio como en el del restaurante que te tratan mal”, “Le hubiera dejado la puerta abierta”, “Cuando estoy de mal humor...”, “Está buena para que trabaje en el restaurante grosero de Barranquilla”, “Me tratan así y me pongo a llorar”.
Otros sugirieron, a manera de broma, que podría tratarse de un servicio especial, como el que brindan algunos restaurantes temáticos en los que los meseros y demás personal tratan de manera descortés a los clientes.
E, incluso, no faltaron quienes revisaron el Sistema Integrado de información sobre multas y sanciones por infracciones de tránsito (Simit), en donde, el vehículo registra tres multas y un comprendo entre junio y octubre del 2022, por un valor de $3.047.471 COP (alrededor de 721 dólares).
Sin embargo, ninguna responde a actos de intolerancia en la vía, sino a infracciones como “adelantar a otro vehículo en berma, túnel, puente, curva, pasos a nivel y cruces no regulados”, “transitar por sitios restringidos o en horas prohibidas por la autoridad”, “estacionar un vehículo en sitios prohibidos” y “no detenerse ante una luz roja o amarilla de semáforo”.
¿Quiénes y por qué se irritan más al volante?
Un estudio realizado por la Universidad de Temple, Filadelfia, en 2017, encontró que los conductores más propensos a sufrir del “síndrome de ira al volante” son aquellos cuya personalidad resulta competitiva o narcisista.
Los primeros suelen medirse con otros conductores, siempre dejando en claro su estatus “elevado”, mientras, los segundos –moldeados por su trastorno de personalidad– son flexibles con sus faltas, pero intolerantes con los errores ajenos.
En ambos casos, al encontrarse con un conductor que los obliga a maniobrar de último momento, pueden transformarse e, incluso, tomar reprimendas que resultan peligrosas para su seguridad y la de los demás actores en la vía, como en el caso de Medellín.