En 2023 se ha registrado una crisis migratoria que ha generado preocupación en varios gobiernos de ambos continentes y de organizaciones internacionales, por cuenta de la única frontera terrestre que existe entre América del Sur y Centroamérica, la cual está ubicada en la selva del Darién, entre Colombia y Panamá.
De acuerdo con el defensor del pueblo de Panamá, Eduardo Leblanc González, con corte en octubre, en 2023 más de 413.000 personas han atravesado el Tapón del Darién. Sin embargo, ante la falta de datos sobre el número de personas que ingresan a la selva desde Colombia, se desconoce cuántos migrantes han muerto o desaparecido dentro de la jungla.
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A pesar de las solicitudes internacionales para que Colombia asuma una postura más drástica en cuanto al paso de migrantes por el Darién, la Procuraduría General de la Nación expuso uno de los inconvenientes que existen en el país respecto a la migración. Aunque gran parte de los extranjeros que ingresan a Colombia lo hacen desde la frontera con Venezuela, este problema se registra con una regularidad similar en otros lugares.
La entidad publicó un informe en el que se afirma que 150.000 personas han ingresado en 2023 de manera irregular al país por la frontera con Ecuador. A esta cifra se deben sumar 88.000 que han entrado al país legalmente, lo que ha generado una crisis por la falta de controles y la ausencia de albergues.
El procurador Javier Sarmiento visitó el punto fronterizo del puente de Rumichaca, en el que conoció las condiciones con las que deben vivir gran parte de los migrantes, ya que el 73% de estas personas debe dormir en la calle ante la falta de un espacio en el que puedan albergar durante su paso por la zona.
“En diálogo con las comunidades, las agencias de cooperación internacional y con las entidades presentes en Ipiales, el equipo pudo determinar que, entre las situaciones más graves que estos afrontan están las dificultades de acceso a servicios, pues el 73 % de las familias deben pernoctar en calle o parques públicos, el 75 % no tiene acceso suficiente al agua de consumo humano y solo el 2 2% pudieron acceder a uno de los siete alojamientos humanitarios instalados por la cooperación internacional y organizaciones no gubernamentales presentes en el municipio, que funcionan sin ningún apoyo del Gobierno nacional, departamental o local”, es parte del comunicado de la Procuraduría General de la Nación.
La Procuraduría afirmó que la mayoría de los migrantes que ha ingresado de manera ilegal son de nacionalidad venezolana, los cuales estarían volviendo desde el sur del continente para retornar a su país, pero además se ha evidenciado la presencia masiva de originarios de Haití, Cuba, China, Vietnam, África y otras naciones de otros continentes.
Estos extranjeros tendrían el objetivo de llegar hasta el Tapón del Darién o hasta San Andrés, en lo que se ha convertido en algunas de las alternativas de los migrantes para llegar a Estados Unidos de manera ilegal.
Del 1 al 8 de octubre, el Grupo Interagencial para Flujos Migratorios Mixtos de Urabá registró el ingreso de 754 ciudadanos de origen chino a Necoclí sin que esto fuera advertido por las autoridades. Además, se afirma que la gran mayoría lo hizo con ayuda de traficantes de personas conocidos como Coyotes.
Los migrantes serían abordados por las estructuras criminales para ayudarlos a llegar hasta el Urabá antioqueño a cambio de dinero, mientras que los que no cuentan con los recursos necesarios permanecen en Nariño buscando dinero para seguir con el recorrido.
La Procuraduría aseguró que una de las preocupaciones está en la falta de presencia de las autoridades en los más de 30 pasos informales que existen y que estarían siendo controlados por grupos armados; motivo por el que se presentará un informe para evaluar acciones preventivas y disciplinarias al respecto.