Durante los últimos meses, Colombia se ha visto afectada por una serie de eventos que han tenido un impacto significativo en su economía y en sus relaciones internacionales. La combinación de factores como el aumento de los precios internacionales del petróleo y la incertidumbre económica que existe en todo el mundo plantea desafíos y oportunidades.
Si observamos los acontecimientos más recientes, como el reciente recrudecimiento del conflicto que comenzó hace menos de un mes tras el ataque terrorista de Hamas contra Israel, además del levantamiento de algunas restricciones por parte de Estados Unidos al Gobierno de Nicolás Maduro, se puede concluir que el alivio de las sanciones a Venezuela podría desencadenar en un aumento en la producción de petróleo y gas, lo que tendría un impacto en los precios globales.
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“Colombia es un exportador de petróleo, y el alivio de las sanciones podría ayudar a mejorar la relación de otros negocios entre Colombia y Venezuela, lo que puede llevar al país a nuevas oportunidades de cooperación económica entre las dos naciones. No obstante, Colombia es un exportador de petróleo y el aumento de precio actual provoca que su competitividad en las exportaciones se reduzca”, indicó Mario Zamora, expresidente de la Sociedad de Ingenieros del Petróleo y actual presidente de Mompos Oil Company.
Y agregó que: “En ese sentido, el país debe aprovechar los panoramas que se vislumbran en este momento para una aceleración del crecimiento económico” resaltó Zamora.
De acuerdo con esta afirmación, algunos analistas también aseguran que el relajamiento que se anunció con respecto a las sanciones sobre Venezuela podría generar un impacto positivo al momento de mejorar la percepción empresarial que se tiene desde nuestro país, y así poder estrechar aún más los vínculos que se tienen en los negocios con el vecino país.
Según un informe expedido por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), las exportaciones hechas desde Colombia hacia Venezuela sumaron US$415.9 millones en el periodo de enero a agosto de 2023, mientras que las importaciones acumularon un total de US$86.6 millones.
“Estos anuncios contribuyen al mejor ambiente que se ha creado en el periodo reciente para la paulatina reactivación de nuestros flujos de comercio e inversión binacionales”, indicó Saúl Pineda Hoyos, director del Centro de Pensamiento de la Universidad EIA a La República.
En medio de la creciente tensión global, Colombia se encuentra en una posición única. La posible reducción de precios podría impulsar la demanda de bienes y servicios colombianos por parte de Venezuela, lo que ayudaría a aumentar las exportaciones desde nuestro país. Además, se espera que este impacto ocasione una posible reducción en la inflación en Colombia y se convierta en una oportunidad para que otros productos también sean exportados debido a la mayor disponibilidad de recursos en Venezuela a mediano plazo.
Sin embargo, mientras estos alivios se materializan, los precios del petróleo se mantienen elevados como consecuencia al recrudecimiento de la guerra en Oriente Medio, lo que repercutiría en las presiones inflacionarias a nivel global. Por supuesto, esta situación pone en riesgo la estabilidad económica, generando inflación, incertidumbre en los mercados globales y un encarecimiento de las materias primas esenciales.
En este contexto, los bancos centrales tienen en sus manos reevaluar sus políticas monetarias, lo que podría prolongar o disminuir el período de tasas de interés elevadas en las economías de Estados Unidos y Europa. En ese mismo escenario, el Banco de la República en Colombia también se vería en la necesidad de esperar y actuar con cautela con relación a sus políticas monetarias.
Es fundamental recordar que los efectos de estos eventos dependen de una serie de factores, incluyendo la duración y el escalonamiento de los conflictos globales, principalmente de Ucrania e Israel, la magnitud del alivio de las sanciones a Venezuela por acuerdos electorales que deben cumplirse y la evolución de la relación entre Colombia y Venezuela. Por lo tanto, Colombia deberá estar preparada para adaptarse a estos cambios y aprovechar las oportunidades que se presenten en medio de los desafíos económicos y geopolíticos.