Según datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en Colombia hay aproximadamente 87 pueblos indígenas, los cuales poco a poco se han visto severamente afectados por el abandono estatal, lo que los ha hecho proclives a situaciones de discriminación, extrema pobreza y enfermedades que, en ocasiones, pueden ser prevenibles.
“Se ha documentado que la población indígena es vulnerable por sus condiciones de vida, la pobreza que afronta y la discriminación en varios entornos, situación que afecta su salud, generando afecciones por diversas enfermedades prevenibles que llevan al aumento de la mortalidad debido a falta de atención oportuna en salud”, indicó el boletín del Instituto Nacional de Salud (INS), publicado en la primera semana de octubre de 2023.
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Según dicho documento informativo, los pueblos indígenas padecen tres principales enfermedades y condiciones, que deterioran su ‘buen vivir’: “la malaria, la desnutrición y las enfermedades infecciosas en general”.
El boletín reveló que Puerto Nariño en el Amazonas, Manaure en el Cesar y San Andrés de Sotavento en Córdoba, son los municipios con más reportes de brote de dengue en población indígena. Además, identificó que los pueblos más afectados por el brote de dengue son el wayuu, el tikuna y el zenú.
“A través del seguimiento a las situaciones de brote o alerta en los pueblos y comunidades indígenas, se va evaluando la priorización de nuevos eventos, como fue el caso de la tosferina, debido a la detección de brotes que ocurrieron en el año 2021 y 2022 con afectación de los pueblos emberá y wounaan de Chocó y los kogui en la Sierra Nevada de Santa Marta”, indicó el INS
En respuesta a dicha problemática de salud pública en los pueblos indígenas, el Grupo de Gestión del Riesgo y respuesta Inmediata del INS, aseguró que trabaja en una “estrategia de priorización de eventos de interés en salud pública” para que, de esta forma, se le dé seguimiento a los casos que requieren especial atención.
“Actualmente, los eventos priorizados son: dengue, malaria y leishmaniasis en el grupo de las enfermedades transmitidas por vectores (ETV); tuberculosis y tosferina en los eventos prevenibles por vacunación, y la desnutrición aguda en menores de cinco años, la vigilancia integrada de la mortalidad por IRA, EDA y desnutrición y la muerte matera dentro de los eventos no transmisibles”, se lee en el documento.
Preocupante panorama en La Guajira
Para los casos de desnutrición aguda, el INS informó que “afecta con mayor prevalencia al pueblo wayuu de La Guajira y los municipios que tienen la mayor prevalencia son Uribia con 2,9 casos por 100 menores de cinco años y Manaure con 2,7 casos”.
El INS además aseveró que uno de los factores que empeoran la situación con las comunidades indígenas se debe al conflicto armado y los desplazamientos forzados hacia las ciudades, en donde se refugian principalmente en “asentamientos improvisados”.
“Se han identificado situaciones que generan condiciones de riesgo para la salud de las comunidades indígenas, como son el confinamiento de comunidades por el conflicto armado, así como, los desplazamientos de estas comunidades a zonas urbanas con asentamientos improvisados, como fue el caso de los indígenas embera que ocuparon amplias zonas del Parque Nacional en Bogotá”, agregó el reporte.
Consejos a tener en cuenta
Tras analizar el crudo panorama para los pueblos indígenas a causa de las mencionadas enfermedades, el INS brindó algunos consejos para mitigar la problemática:
“Se recomienda a los líderes indígenas y las secretarías de salud municipales donde se encuentran los asentamientos indígenas emberá fortalecer las acciones de vigilancia comunitaria y priorización de servicios de salud para mitigar los contagios por malaria”
Adicionalmente, el INS sugirió dar prioridad a la implementación de “programas educativos en las comunidades indígenas”, con el objetivo de aumentar la conciencia sobre el elevado riesgo de malaria y fomentar la adopción de medidas preventivas en dichas comunidades.
Y a las aseguradoras aconsejan que den prioridad al establecimiento de una “red de servicios que ofrezca atención periódica a las comunidades indígenas”, con el propósito de proporcionar diagnóstico y tratamiento oportuno a niños menores de cinco años en riesgo de desnutrición.