Indígenas embera asentados en el parque Nacional respondieron la propuesta del Distrito para reubicarlos

A principios de octubre, al menos trescientos indígenas regresaron al corazón de Bogotá, tras una temporada en la UPI de La Florida

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Difícil situación humanitaria de los indígenas Embera que están en el Parque Nacional de Bogotá - crédito Camila Díaz / Colprensa
Difícil situación humanitaria de los indígenas Embera que están en el Parque Nacional de Bogotá - crédito Camila Díaz / Colprensa

De momento, los trescientos indígenas que regresaron el 9 de octubre (2023) al parque Nacional, seguirán asentados en el corazón de Bogotá, a la espera de un nuevo acuerdo con el Gobierno y alternativas a las soluciones que ha planteado el Distrito para su reubicación.

No piensan regresar a la Unidad de Protección Integral de La Florida, a pesar de estar durmiendo sobre cartones y bolsas de plástico (para evitar la humedad en temporada de lluvias), en cambuches que se sostiene con troncos de madera, y en los que viven hasta cuatro personas, en su mayoría, acostumbradas a climas cálidos de entre los 26 ºC y los 29 ºC grados, como en su natal Chocó.

Narciso Vitucay, que decidió regresar al parque, denunció en entrevista para el matutino de Arriba Bogotá que “esta gente ya ha estado sufriendo hace una semana, sin colchones, así también sufriendo mucho en la piso, eso está ya mucho basura”.

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Insisten en que incluso en condiciones precarias, se encuentran mejor en el parque Nacional que en la UPI de La Florida, con capacidad para recibir a 2.292 personas y atención permanente en salud.

De hecho, en conversaciones con el medio citado, Narciso se sostuvo en que “todo es lo mismo, así también el pueblo sufre allá. Asimismo, está sufriendo allá el pueblo también y aquí mismo, sufriendo y ya. Entonces, toda hora allá también hacen falta los baños, no hay cómo orinar en el baño, no hay cómo lavar la ropa, no hay nada para estar. Está sufriendo mucho también ahí mismo y lo mismo acá, también”.

En mayo de este año, el Secretario de Gobierno, Felipe Jiménez, señaló que en la Unidad de Protección Integral ubicada en Funza, había más de “1.800 personas, pero sabemos, por información de terreno, que solo 900 de ellas pertenecen a comunidades indígenas y que 400 son las que pernoctan diariamente allí”.

Para ellos, el Distrito habría destinado al menos 9.100 millones de pesos desde el año 2020, en aras de mejorar “la atención de los indígenas Embera que viven en Bogotá, y que se han focalizado en quienes aceptaron alojarse en la Unidad de Protección Integral de La Florida y en los que ocupan el Parque (…) Las ayudas entregadas están representadas en alimentación, mercados, servicios de salud, atención a la tercera edad y de educación para los niños de este pueblo”, que no entiende cómo se ha materializado semejante inversión.

¿Un nuevo proceso de renovación para el parque Nacional?

Luego de los primeros 8 meses de ocupación, cuando por fin la comunidad llegó a un acuerdo con los gobiernos de orden local y nacional en mayo del 2022, el alcalde de la localidad Santa Fe, Diego Herrera se preparaba para iniciar “la recuperación física del parque en tres momentos”.

Según comentó, en entrevista para Caracol Radio, “en un primer momento, el desmonte de lo que quedó ahí, los cambuches, retirar los plásticos, los palos y todo el material que quedó tras la estancia de la comunidad indígena”.

Tardaron una semana, pero las dos siguientes fases tomaron algo más de tiempo; ya que, si bien lograron habilitar la zona ocupada en cuestión de días, la recuperación de los prados y arboledas necesitaban, cunado menos, un mes:

“El segundo momento consiste en hacer una fumigación, desratización, control de plagas, mosquitos y demás que pueda haber, porque ahí había encharcamientos y pues, también, desechos humanos. Todo eso ha generado plagas, roedores y mosquitos en el parque”, explicó.

Y “la última o tercera fase es la recuperación clínica como tal. El arreglo de las bancas, el arreglo de los prados, el arreglo de los senderos que se hayan podido dañar y recuperación de los árboles, para que el Parque Nacional vuelva a ser ese sitio de disfrute de todos los bogotanos y de los colombianos, porque, en efecto, es un parque nacional”.

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