El descaro del ‘Negro Óber’: extorsionaba comerciantes desde un teléfono fijo en la cárcel

El líder de la red criminal los Costeños tenía una agenda con números y nombres de sus víctimas, a las que amedrentaba a través de un teléfono fijo que había ingresado camuflado a su celda

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En un allanamiento le encontraron un teléfono fijo en la celda al Negro Ober - Créditos: @oscarmrueda/Twitter
En un allanamiento le encontraron un teléfono fijo en la celda al Negro Ober - Créditos: @oscarmrueda/Twitter

Uno de los reos más problemáticos y mediáticos del país es Óber Ricardo Martínez, alias el Negro Óber, uno de los líderes del grupo criminal los Rastrojos Costeños, que se dedica a cometer asesinatos selectivos, hurtos, tráfico de estupefacientes y, principalmente, a extorsionar a comerciantes y finqueros del Atlántico y otros departamentos.

En ese último delito el Negro Óber es un experto y se las ha ingeniado para cometerlo durante su estancia en los centros penitenciarios de Bogotá, Caldas, Cauca, Santander y en Cómbita (Boyacá), donde está interno actualmente.

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En uno de los tantos allanamientos a la celda del líder criminal, mientras estaba en la cárcel de Popayán, las autoridades le encontraron una agenda con los números de teléfono y los nombres de sus víctimas; sin embargo, eso no fue lo que más llamó la atención de las autoridades, sino un teléfono fijo que tenía el temido criminal en su celda.

Cuando los uniformados del Gaula de la Policía encargados de la redada carcelaria revisaron el teléfono se dieron cuenta que era un equipo de uso exclusivo de la cárcel y, por ende, el criminal debió sobornar a algún guardia para que se lo llevara a su celda.

En entrevista con RCN Noticias el comandante del Gaula, coronel Giovany Cristancho, dijo que pese a que el Negro Óber ha sido trasladado de cárcel cuatro veces se las ingenia para seguir extorsionando.

“Hay otras denuncias en contra de ellos. Nosotros hacemos el allanamiento y muchas veces no encontramos nada, pero sabemos que siguen llamando. Estamos trabajando de manera articulada con el Inpec para seguir atacando este fenómeno”, dijo el oficial.

Al parecer los alcances del Negro Óber no tienen límites, pues en allanamientos en sus celdas han encontrado decenas de celulares, sustancias psicoactivas y hasta televisores. Incluso, cuando le sacaron el televisor del calabozo se molestó y dijo que en otras cárceles sí lo dejaban tener televisión.

El líder de los Rastrojos Costeños manifestó su indignación por no contar con un televisor dentro de su celda. Créditos: @oscarmrueda/Twitter

Me tiene aquí sin televisor, ¿A quién se lo solicito? ¿A quién se lo solicito?, el patio de Bogotá lo tuvieron así seis meses pero me dejaron entrar un televisor”, dijo el criminal en su momento.

Entre los episodios protagonizados por el Negro Óber están las amenazas contra la Policía y la Fiscalía por la captura de su esposa, alias Johana, quien estaba coordinando los negocios ilícitos del líder criminal.

“Estoy decidido a hacer lo que sea, o me sueltan a mi mujer o miramos cómo estamos, les deseo mucha protección y que usen chalecos antibalas, si a ustedes no les importa coger a gente inocente como a mi esposa, yo sé que a ustedes no les va importar nada que les maten a un policía, les voy a matar a comerciante por comerciante en Bogotá, San Martín, Villavicencio, Barranquilla”, dijo en su momento el criminal.

El sujeto amenazó a las autoridades ante la captura de su pareja en marzo del 2023.

Tras los episodios reiterativos de amenazas, las autoridades decidieron priorizar al Negro Óber en el plan Dominó, una estrategia que adelanta el Inpec contra las extorsiones desde las cárceles de Girón (Santander), Popayán, Jamundí, Ibagué, Bogotá, La Dorada, Cómbita, entre otras.

Con la estrategia del Inpec, Óber fue recluido en una celda de aislamiento y le cortaron todas las comunicaciones para frenar sus actividades extorsivas. El desespero del criminal fue tan grande que intentó romper las cámaras de seguridad del centro reclusorio y pidió la intervención de la Defensoría del Pueblo porque le estaban violando sus derechos.

Según dijo alias el Cebollero, uno de sus compañeros de celda, el líder de los Costeños duró casi cien días dentro de una celda de aislamiento, sin acceso a comunicaciones, con solo una hora de sol al día y con cortes de agua intermitentes.

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