Se cumplen 31 años de los dos terremotos que desaparecieron al municipio de Murindó, Antioquia. Los dos fenómenos telúricos obligó a trasladar al pueblo, por los efectos devastadores en la zona del Urabá antioqueño. Aunque la cantidad de víctimas fue moderada, este desastre natural provocó un masivo desplazamiento de la población, pues no era viable reconstruir el pueblo; por eso, la las autoridades decidieron trasladar la cabecera municipal hacia otros sectores de la región.
A las 4:32 a. m. del 17 de octubre de 1992, cientos de murindoseños descansaban y otros se preparaban para trabajar, aunque la afluencia era poca, teniendo en cuenta que era sábado. De un momento a otro, la tierra crujió y las casas del humilde municipio se empezaron a tambalear de un lado a otro, claramente, el susto fue gigante; pues la ciudadanía se despertó de manera confusa en medio de una situación que ponía en riesgo su vida, tras un sismo de 6,6 grados.
Algunas casas terminaron destrozadas y otras con graves afectaciones, pues este sismo trajo consigo una importante devastación tanto en la zona urbana como en otros sectores rurales de la mencionada municipalidad. La gente se unió para reorganizar el pueblo tras el desastre; levantando escombros, ayudando a los damnificados y sobre todo, imponiendo la solidaridad en medio de la calamidad que golpeó la zona.
Muchos pensaron que lo peor había pasado, sin embargo, al día siguiente (18 de octubre), la naturaleza se volvió a manifestar y Murindó se sacudió aún más con terremoto de magnitud 7,1. Las débiles estructuras que aún estaban en pie cayeron al suelo, tanto la alcaldía como algunos edificios gubernamentales se derrumbaron, sumados al hospital municipal.
El 95% de este pueblo quedó destruido, siete personas murieron y 20 quedaron heridas, luego que más de 13 mil kilómetros cuadrados sufrieran graves afectaciones. Los municipios más afectados fueron Bejuquillo, Buchadó, Cañasgordas, Dabeiba, Mutata, Pavarandocito, San José de Urama y Vigía del Fuerte en cuanto a Antioquia, mientras que en Chocó, fueron Bojayá y Belén de Bajirá.
Teniendo en cuenta la ruralidad de la zona, se generaron varios deslizamientos que terminaron en los cauces del río Atrato, además, algunas quebradas se represaron y esto provocó que algunas empalizadas afectaran municipios cercanos. La tierra sufrió procesos de licuefacción, perdiendo así su forma compacta y provocando otros derrumbes y perdidas de banca, al punto que las mismas viviendas no se podían sostener.
El volcán Cacahual en Turbo explotó y emitió importantes cantidades de lodo caliente, dejando varios heridos, fenómeno natural que se desarrolló de manera consecutiva tras el movimiento de placas generado por los terremotos. Al menos una casa y una hectárea de tierra fueron afectadas por un incendio tras dicha detonación volcánica.
Mientras tanto, en el corregimiento Damaquiel de San Juan de Urabá, en el departamento de Antioquia hubo sorpresa en la población, luego que se lograra divisar un levantamiento de tierra a casi 200 metros de la costa. Tras realizar el seguimiento, se pudo concretar que se trataba de una isla de 150 metros de largo por 50 de ancho, que según los expertos; fue producto de la eroción en el fondo marino, cuya elevación sacó a la superficie la porción de tierra.
Qué debe tener un kit de emergencias para un temblor
La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Desastres explicó:
- Un celular con batería adicional
- Papel y lapicero
- Navaja multiuso
- Kit de primeros auxilios
- Maleta impermeable
- Pilas o baterías
- Radio de pilas
- Linterna
- Botella de agua potable
- Silbato o pito
- Medicamentos básicos (analgésicos o los necesarios de los integrantes de la familia)
- Alimentos no perecederos
- Tapabocas
- Documentos de identificación