La selección Colombia se encuentra en Quito lista para enfrentar a Ecuador por la cuarta fecha de las Eliminatorias a la Copa Mundial de 2026. El combinado nacional tiene en mente lograr su primera victoria de importancia como visitante en el nuevo ciclo del técnico argentino Néstor Lorenzo.
No obstante, no será el aire de la ciudad de Quito el que agite los corazones de los futbolistas colombianos, sino los fantasmas del pasado que pueden llegar a jugarles malas pasadas. De cara a este nuevo enfrentamiento, los cafeteros no solo deberán demostrar que tienen equipo suficiente para hacer estragos fuera de casa, sino también deben reafirmarle a su hinchada que los malos tiempos ya pasaron.
La última vez que la Tricolor visitó Ecuador por Eliminatorias fue el 17 de noviembre de 2020 y allí escribió uno de los capítulos más tristes de su historia, misma que las nuevas caras actuales deberán encargarse de reescribir.
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En aquel día, cuando recién comenzaban a pasar los estragos de la pandemia, Colombia fue apabullada, goleada y humillada por el combinado ecuatoriano por 6-1 y a todo un país se le cayó la cara de la vergüenza y de la impotencia de no haber podido evitar aquel resultado.
Ahora, los cafeteros llegan al choque con una racha invicta de 11 partidos y con algunos jugadores, que vivieron aquella goleada, todavía presentes en la convocatoria actual el seleccionado nacional buscará sacarse la espina y sanar la herida de millones de colombianos.
Así fue como sucedió el Ecuador 6-1 Colombia
En un estadio Rodrigo Paz Delgado sin público, afortunadamente para los colombianos, Ecuador en ese entonces dirigido por el técnico Gustavo Alfaro saltó al césped con la motivación por los cielos luego de sumar importantes victorias ante Bolivia por 3-2 de visitante y ante Uruguay por 4-2 de local en las Eliminatorias al Mundial de 2022.
Por su lado, en este mismo camino a la cita orbital, los cafeteros llegaron a Quito con un ritmo inestable, sumando apenas un punto tras empatar 2-2 con Chile de visitante y caer goleado 3-0 por Uruguay en Barranquilla.
Previo al compromiso, la esfera deportiva nacional comenzó a dejar entrever que el camerino de la Tricolor no estaban del todo cómodo con los métodos impuestos por el técnico portugués Carlos Queiroz por lo que un intento de “cajón” se preveía para este encuentro.
Fue nada más pasar media hora del primer tiempo y Colombia ya estaba 3-0 por debajo en el marcador tras los goles de Robert Arboleda, Ángel Mena y Michael Estrada, pero como si fuera poco, Xavier Arreaga se sumó a la fiesta para tener a los ecuatorianos 4-0 arriba al 39′.
James Rodríguez fue el único de aquel partido en aplicar un poco de anestesia al dolor sufrido por el equipo tras descontar de penal antes del descanso, pero allí no paro la paliza. Para la segunda parte Gonzalo Plata y Pervis Estupiñán se encargaron de seguir golpeando a Colombia antes de su muerte y con el 6-1 final para los 90 minutos, el equipo se convirtió en imagen de humillación global.
Los latigazos posteriores a la goleada
Inmediatamente después del partido la prensa no demoró en crucificar a cada uno de los jugadores que se comieron los seis goles, la presión, los insultos y las críticas fueron suficientes para que Queiroz abandonara el seleccionado nacional y se comenzara a pedir el sacrificio de las “vacas sagradas” para que no volvieran al equipo (jugadores como James Rodríguez o Juan Guillermo Cuadrado).
El avispero siguió alborotado y esta fue la primera bala quemada que demostró que la selección no tenía lo suficiente para ir al Mundial. Los jugadores esperaron un tiempo prudente para hablar y Rodríguez fue uno de los primeros.
En una entrevista con Noticias RCN, James afirmó que es totalmente ilógico pensar en que alguien quiera perder por goleada solo para sacar a alguien y desmintió aquellas versiones del supuesto “cajón” a Queiroz:
“Es imposible que queramos perder 6-1 para sacar a alguien. Dije lo que es verdad, si no me quieren creer, es cosa de ustedes”
Aun así en su momento, en una conversación con Marca, el estratega luso afirmó que su salida fue planeada por las directivas de la Federación Colombiana de Fútbol y que los interéses administrativos siempre primaron sobre el bien del equipo:
“Mi salida de la selección Colombia o ‘cajón’ fue, como es bien sabido, el resultado de un trabajo fino realizado por el propio González Alzate, figura con un vasto y reconocido currículum que trabaja detrás de bambalinas en el fútbol colombiano”
De ambas versiones sobre lo acontecido no se determinó una verdad universal, pero lo que terminó siendo certero fue que el “remedio terminó siendo peor que la enfermedad”.
Con la llegada de Reinaldo Rueda al banquillo de Colombia, el plantel se clavó la espada a sí mismo, se ganó la molestia de su afición en Barranquilla que dejó una escena de insultos y chiflidos que no se borrará, nunca logró alzar cabeza y tocó fondo, lugar del que Lorenzo está intentando sacar al país ahora mismo.