Alejandro Ordóñez, exprocurador y hasta hace poco embajador de Colombia ante la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), estaría a punto de despedirse para siempre de sus intervenciones en política, para convertirse en sacerdote de la comunidad lefebvrista, en la que los feligreses reciben la misa de espaldas al altar.
Una decisión que habría sido tomada tras la muerte de su esposa, Beatriz Hernández de Ordóñez, en septiembre de este año (2023), por cuenta de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padecía desde el 2018.
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Ordóñez ya habría comunicado a su familia lo que hará los últimos años de su vida, en el seminario Santo Tomás de Aquino, de Dilwyn, estado de Virginia. “Es una casa de formación tradicional sacerdotal, desde el llamado que lleva al individuo a ingresar al semanario hasta el cumplimiento de este llamado en su ordenación sacerdotal”, según indicó la comunidad de Santo Tomás, en una publicación de junio del 2022.
Su idea no es otra que la de formar sacerdotes a imagen y semejanza de Cristo o, en otras palabras, “la formación de sacerdotes santos, del sacerdote que es otro Cristo. La liturgia, la vida de oración, los estudios, el trabajo y la recreación, todo para hacer al seminarista semejante as Cristo”.
En sus actividades, el exprocurador asistiría a misa diaria, misa solemne los domingo y festivos, y el Oficio Divino, para cantar en comunidad. Además, como seminarista estará encargado de preparar estas ceremonias y cumplir con otras obligaciones, como el rosario diario, la hora santa y el viacrucis.
Para ello, el seminario Santo Tomas señala que será necesaria no solo la oración común, sino también el guardar silencio “para una vida interior fecunda”. Una condición que podría ponerlo a prueba, pues, en política, siempre compartió sus opiniones, por más polémicas que fueran.
Para ayudar a controlar este y otros impulsos, tendría un director espiritual y cada noche asistirá a la conferencia espiritual con el actual director del seminario.
No terminariá su plan de estudios, sino hasta los 75 años, luego de haber pasado por un primer año de humanidades y continuar con espiritualidad, dos años de filosofía y otros tres de teología. Pero no todo es estudio, como el resto de seminaristas tendrá “un tiempo por la tarde y por la noche” para refrescarse y ejercitarse.
“Todos los seminaristas realizan tareas domésticas, como servir la mesa y lavar los platos, con una rotación semanal, inculcando ellos un espíritu de diligencia y humildad”, que complementará con labores permanentes en un área de su elección, de acuerdo con un video publicitario del seminario.
La muerte de Beatriz marca un antes y un después en su vida
Con Beatriz se conocieron cuando Ordóñez dictaba clases en la Universidad Santo Tomás. Ella fue su alumna, luego de que hiciera a un lado su primer intento para llevar una vida pastoral. La noticia sobre su muerte, sin embargo, lo devastó por completo y llevó a replantearse qué hacer los siguientes años.
“Mucha tristeza nos causa el fallecimiento de doña Beatriz, esposa del dr Alejandro Ordóñez, ex Procurador y ex Embajador ante la OEA, a quien damos nuestro más sentido pésame, y a toda la familia”, lamentó entonces el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Pero no fue el único, ya que, “El Partido Conservador, su Directorio Nacional y la Bancada en el Congreso lamentan profundamente el triste fallecimiento de Doña Beatriz Hernández de Ordóñez, esposa del exprocurador y exembajador ante la OEA, doctor Alejandro Ordóñez Maldonado. Enviamos nuestra solidaridad y condolencias a su familia. Descanse en paz”.
Beatriz estuvo al lado de todas y cada una de sus decisiones durante al menos tres décadas. Y, antes de partir, condensó en entrevista para Revista Semana cómo afrontó el diagnostico de ELA: “Mi miedo es terrenal, al desprendimiento físico de mi familia. Eso es lo único que me hace llorar. Es triste, además, porque implica cortar ilusiones. Tengo tres hijas maravillosas, siete nietos que adoro y no podré verlos crecer, y un esposo con el que armamos un gran equipo desde que nos casamos en Bucaramanga en 1983. Para evitar estar triste, opté por no pensar en eso y vivir cada día como si fuera el último. Ahí está la fortaleza interior que me ha dado Dios”.
“Es mentira”: Alejandro Ordóñez no cambiará de vocación
A raíz de los rumores en medios de comunicación sobre un supuesto cambio de vocación, tras la muerte de su esposa Beatriz, el exprocurador -que destituyó al actual presidente de Colombia cuando aún era alcalde de Bogotá- comentó en entrevista para revista Semana que “no es cierto que haya ingresado a algún seminario (...) y tampoco es cierto que me vaya a convertir en sacerdote”.
A pesar de seguir siendo fiel a sus creencias religiosas, dejó la iglesia como lugar de trabajo hace décadas y, al parecer, no está entre sus planes forjarse una nueva carrera, ni en Colombia, ni en Estados Unidos, en donde ha estado desde hace meses, acompañando a su familia.